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Firma de convenio en una Casa de los Vientos en el abandono

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Un olor a humedad, grietas, muebles desnudos y jardines apenas y cuidados que campean la Casa de los Vientos sirvieron como escenario para que al mediodía de este martes se firmara un convenio de colaboración entre la Unesco a través de su representante en México, Nuria Sáenz, y el gobernador Rogelio Ortega Flores, quienes a pesar de todo realizaron el recorrido por el lugar.
El otrora anunciado nuevo centro cultural, con un costo al erario de alrededor de 38 millones de pesos, y en el que vivió el muralista Diego Rivera, está en el abandono.
En un recorrido por los 3 mil metros cuadrados que componen la residencia (544 construidos) se pudo observar que el mantenimiento a la misma es el mínimo; los jardines lucen descuidados , mientras que a los dos murales que Diego Rivera elaborara al exterior, y que están catalogados por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ya le faltan varios mosaicos.
No obstante, es el interior de la casona la que muestra más descuido, pese a que en el estudio de Rivera actualmente se encuentre una exposición de máscaras guerrerenses.
El olor a humedad es lo primero que recibe a quienes entran a las recámaras de la parte inferior, y donde se pueden ver colchones desnudos y almohadas sucias.
En la parte de arriba, el panorama es el mismo y al que se suman una cantidad de grietas en las paredes producto de la afectación de un par de temblores ocurridos en marzo y septiembre de 2013, temblores que trascendió hicieron que Protección Civil municipal emitiera un dictamen negativo.
El resto del cuadro lo componen barandales con la pintura oxidada, fragmentos de material cayendo del techo y por supuesto la hermosa vista al mar.
La Casa de Los Vientos, propiedad de la mecenas del arte Dolores Olmedo, albergó a Diego Rivera entre marzo de 1956 a junio de 1957. Desde finales de 2013 no se realizan actividades significativas en ella y actualmente su acceso es restringido.

Se explica la Secultura

El secretario de Cultura de Guerrero, Arturo Martínez Núñez, aceptó el abandono en que se encuentra la Casa de Los Vientos y justificó que la falta de un presupuesto para tal fin impide que el proyecto de un nuevo centro cultural que se presentó en julio de 2013 con bombo y platillo de la mano del entonces secretario Manuel Zepeda pueda llevarse a cabo.
Hay que recordar, dijo, que a la casa la compraron tres partes (gobierno del estado, federal y la Fundación Slim), “y que ninguna de estas tres partes tuvieron la previsión de tener una partida presupuestal para el mantenimiento y la rehabilitación y menos para la adecuación y convertir una casa habitación particular en un centro de uso público”.
Asimismo, explicó que dicha casa se ordena a través de un consejo compuesto por diversas personas tanto del gobierno como de la sociedad civil, por lo que no puede la Secultura hacer o deshacer sin su consentimiento.
“Decisiones tan ridículas como quien la dirige, qué pintura, qué pasto, no las podemos tomar, tiene que ser el consejo o en su caso, facultar el consejo al secretario para que se haga cargo, cosas que no había ocurrido”, al grado de que incluso, comentó que por ejemplo el nombramiento de la primera directora, Cristina Navarrete, fue irregular.
Por ello, reveló, que hubo una reunión previa a la firma del convenio de la Unesco entre representantes de la Fundación Slim, el Consejo para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el gobernador Rogelio Ortega Martínez y se acordó tener una reunión en dos semanas “en donde de manera clara se hará un planteamiento de trabajo y sobre una corrida presupuestal a efectos de hacer la intervención donde se tenga que hacer y darle el uso que se determine deba tener”, informó.
“Lo que sí puedo decir es que sí se necesita una adecuación mayor porque se necesitan habilitar muchas cosas y eso cuesta dinero”.

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