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Tomás Tenorio Galindo

OTRO PAÍS

Elecciones: festín para el PRI

Es incuestionable que la detención del hermano de Ángel Aguirre Rivero castiga la avaricia mostrada por el ex gobernador, su familia y sus cercanos por el mal uso que hicieron del presupuesto público de Guerrero. Pero no es por eso que fueron enviados a prisión Carlos Mateo Aguirre y sus socios en los latrocinios, por otra parte pan de todos los días, sino para dar cauce a la venganza política que le fue dictada a Ángel Aguirre desde Los Pinos y para dejarle al PRI la mesa servida en su objetivo de recuperar el gobierno del estado en las elecciones de junio próximo. Y efectivamente la mesa quedó muy bien servida, aunque el festín sea en realidad obra del PRD.
El castigo a Aguirre Rivero –sólo castigo político hasta ahora– se originó en su torpe desempeño en los acontecimientos del 26 de septiembre pasado en Iguala, que generaron la peor crisis social del país desde los tiempos de la revolución y desfiguraron la imagen que el presidente Enrique Peña Nieto había esculpido de sí mismo a golpes de publicidad. Era impensable que dentro de los códigos del poder, Aguirre Rivero saliera indemne de ese episodio y mantuviera el favor presidencial.
Como fue diseñado por los estrategas oficiales, la detención de Mateo Aguirre hizo polvo lo poco que quedaba del Partido de la Revolución Democrática después de Iguala. La desorientación y el caos que ha exhibido el PRD en los días que han seguido a la captura del grupo aguirrista, incluida la renuncia de Ángel Aguirre a ese partido, demuestran que el golpe fue de muerte. De muerte electoral.
A pesar de que el PRD pudo decidir ayer en su Consejo Electivo que Beatriz Mojica Morga será su candidata a gobernadora, en una decisión que se quiso presentar como unánime, el deterioro en el que entró a raíz del caso Ayotzinapa tocó fondo con la revelación de la corrupción en el gobierno de Aguirre, y es de tal profundidad la crisis electoral que experimenta ese partido, que más le valdría haber hecho lo que alguna vez sugerimos aquí: abstenerse de presentar candidato y sumarse con humildad a un candidato ajeno y a una coalición de izquierda.
Es posible que así ocurra, que la señora Mojica Morga termine declinando a favor del ex presidente municipal de Acapulco, Luis Walton, declarado también ayer candidato del partido Movimiento Ciudadano a la gubernatura, para facilitar la alianza entre ambos partidos y el PT. Todos los hechos políticos sugieren que así será, si es que el PRD aspira a continuar con vida. Lisiado pero con vida.
La utilización del Poder Judicial como eficaz instrumento electoral le concede al PRI una ventaja que se suma a la ventaja que ya había obtenido de la matanza y desaparición de estudiantes normalistas, que hundió al PRD en el descrédito total. El PRD pasó en los últimos cinco meses de ser el partido en el poder en Guerrero, a ser un partido de homicidas, narcopolíticos y corruptos sin escrúpulos. Al margen del interés priista por acentuar esa condición, es verdad que el PRD es todo eso, y no tienen los dirigentes perredistas un solo argumento que puedan esgrimir para conjurar esa imagen.
En consecuencia, el PRD solo y por su cuenta sería enviado a un tercer lugar electoral, si se toma en cuenta que de septiembre a la fecha Walton adquirió notable relevancia y concentró las esperanzas de la militancia de izquierda para hacer frente al nuevo impulso del PRI. Tarea que no será fácil de ningún modo, pues ni en coalición tendría la izquierda asegurado el triunfo el 7 de junio.
Con todo y que la situación parece clara, es incierta la actitud que adopte Beatriz Mojica una vez formalizada su candidatura por el PRD. Nadie se dirige a su propio sacrificio con una sonrisa, ni siquiera en un sacrificio político, virtual, y seguramente hará lo posible por modificar los indicadores de las encuestas –que según Movimiento Ciudadano ahora la sitúan bastante debajo de Walton en la preferencia de los electores– antes de ceder su lugar al ex alcalde de Acapulco. De ser ese el caso será un error, de Beatriz Mojica y de los dirigentes, pretender que es cuestión de derramar un poco de publicidad para resolver el problema del descrédito moral que sufre el PRD. ¿Cómo podría la candidata del PRD y ex secretaria de Desarrollo Social borrar de su biografía su paso por el gobierno de Ángel Aguirre? ¿O su relación con Nueva Izquierda, su corriente de origen y de la que también formó parte el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca?
Las cosas son un poco peores que lo descrito si además se recuerda la decisión de Morena de participar en las elecciones con su propio candidato. El PRI enfrentará así a un PRD bocabajo y a la izquierda dividida, pues Morena atraerá muchos votos que solían ser del PRD. Y estará regalada la elección para el PRI si no hay coalición de izquierda, si van por su lado Luis Walton, Beatriz Mojica y Pablo Sandoval Ballesteros. En este último escenario, no hay duda de que el próximo gobernador será Héctor Astudillo Flores y la izquierda habrá recibido el merecido que cultivó durante diez años de gobierno. Haría bien el presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, en dejar de fingir que Guerrero tendrá una gobernadora, e impedir que su partido arrastre en su caída a toda la izquierda del estado.

Ríos Piter, bien informado

Es indudable que Armando Ríos Piter fue informado con mucha anticipación por el gobierno federal sobre la acción penal emprendida contra el hermano de Ángel Aguirre. Así se explica que haya montado una farsa y se haya declarado escandalizado e indignado porque Los Chuchos le pidieron entrar en negociaciones con Aguirre. Seguramente estaba siguiendo un guión que fue escrito en Los Pinos, y que todavía sigue su curso. Ríos Piter declinó el 12 de enero a participar en la rebatinga por la candidatura del PRD al gobierno del estado, y la captura de Mateo Aguirre Rivero se produjo el 10 de febrero, un mes después. Por eso se hizo el valiente y hasta reclamó el crédito de denunciar al ex gobernador. Estaba actuando y sabía lo que sucedía.

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