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Las velas y su luz tienen un valor espiritual en La Montaña porque comunican con lo desconocido

La profesora Rosalba Díaz presentó su libro Una luz en la montaña –producción de velas e identidad cultural entre los nahuas de Guerrero–, en la Preparatoria No. 4 de la UAG de Taxco

 

Redacción

Este martes, la profesora Rosalba Díaz presentó su libro Una luz en la montaña –producción de velas e identidad cultural entre los nahuas de Guerrero–, en la Preparatoria No. 4 Pablo Neruda de Taxco, dependiente de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
Libro editado en 2014, precisamente por la UAG, habla sobre la importancia de la fabricación de las velas para los rituales indígenas de varios pueblos de la región de La Montaña de Guerrero.
Rosalba Díaz es profesora de la Unidad Académica de Antropología Social de la UAG ubicada en Tixtla. Ya ha publicado varios libros sobre pueblos indígenas, entre ellos Corazón de agua.
Dirigida a un público estudiantil, la autora utilizó varios ejemplos para que los jóvenes la pudieran entender.
Explicó que su libro “describe y analiza el proceso de elaboración, comercialización y consumo de velas en la región de La Montaña de Guerrero entre los pueblos indígenas básicamente”. Donde lo más importante para los artesanos no es ganar dinero con la venta de las velas, sino para mantener su identidad, es por eso que quizá gastan más de lo que ganan.
Continuó la autora: “El texto muestra la doble dimensión de las velas; la dimensión cultural y como producto económico que se justifica en su importancia, sólo si se conoce el contexto donde se consumen las velas y donde se compran y venden”. Es por ello que invitó a los estudiantes para que visiten alguno de los pueblos indígenas que se mencionan en el libro para comprender ese contexto.
Sobre el uso que le dan a las velas, está destinado a varios aspectos “los elementos culturales que sostienen la economía de la vela se asocian a la utilidad práctica, ceremonial y al sentido primario que los compradores le dan a dicho producto”.
En el libro narra: “Las velas y su luz tienen un valor espiritual porque son conductos de comunicación con el mundo desconocido y de unión de la deidad con la que se establece vínculo. La luz de la vela es “infinita”, ilumina otros mundos y dimensiones; es una forma de alimentar el espíritu y los diferentes planos que presenta la vida”.
“No hay un ritual, una fiesta, una ceremonia, donde las velas no estén presentes, si faltaran la eficacia del ritual se pondría en duda, su valor no es sólo estético, es un bien preciado que se ofrenda a los vientos, al cerro, a los productores del pueblo y sus guardianes”.
La expositora les explicó a los estudiantes que el uso de las velas no es algo decorativo, que junto con los rituales, tienen un significado más profundo para los indígenas de La Montaña, sobre todo para el arraigo comunitario, porque participa todo el pueblo, no es algo individual, es para todos.
La autora estaba consciente que se encontraba ante un público joven y mestizo, por tal motivo describió detalladamente algunos rituales que se realizan en La Montaña, con gente indígena, por ejemplo el Día de Muertos o la petición de lluvia en Acatlán, municipio de Chilapa.
La elaboración y distribución de las velas es algo tan complejo donde participan muchas personas, desde la compra del material para la elaboración de la vela, así como para el comprador final quien le dará un uso ceremonial.
“La producción y el consumo de velas establece redes locales y regionales de vendedores y compradores indígenas, para la circulación de un producto cuyo valor de uso es primordialmente simbólico en un universo específico: flores y velas que solicitan lluvias, luces para evocar relámpagos, para guiar un camino de ida o de vuelta a otros universos”.
El prólogo del libro lo escribió Abel Barrera, del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, donde sintetiza la importancia de las velas y los rituales para los indígenas: “…El circuito de producción, comercialización y consumo se circunscribe dentro de los enclaves indígenas…el fin último es garantizar la reproducción simbólica de la comunidad, la vida basada en la reciprocidad…lo que mueve a la gente…(es) contribuir al fortalecimiento de la identidad y del orgullo de ser lo que son: pueblos sabios, con una cultura milenaria…”
La autora agradeció a los estudiantes que asistieron a la presentación, incluso uno de ellos le manifestó su interés por estudiar Antropología, ella concluyó en que “reconocer el valor de los productores indígenas de velas es reconocer la importancia del saber popular y de los valores que aún prevalecen entre las comunidades productoras y consumidoras”.

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