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Recoge líder opositora Aung San Suu Kyi, el Nobel de la Paz 21 años después; pide ayuda internacional para reformas en su país

DPA

Oslo

La líder opositora de Myanmar (antigua Birmania), Aung San Suu Kyi, recibió ayer en Oslo el Nobel de la Paz que le fue concedido en 1991, pidiendo ayuda internacional coordinada para el proceso de reformas en su país.
En su discurso de aceptación del Premio Nobel, pronunciado con 21 años de retraso, la líder opositora dijo ser “cautelosamente optimista” de cara a las reformas democráticas en su país natal.
Suu Kyi, de 66 años, fue galardonada en 1991 por su actuación pacífica en pro de la democracia y los derechos humanos, pero al encontrarse bajo arresto domiciliario, no pudo viajar a Noruega y fue representada por su familia en la entrega del premio.
Desde las elecciones parlamentarias de abril, Aung San Suu Kyi puede actuar sin restricciones como jefa de la oposición y esta semana se encuentra de gira por Europa.
En el acto en Oslo estuvo presente, al igual que en la entrega anual de los Nobel, el rey Harald V de Noruega.
“El premio enfocó la atención del mundo en la lucha por la democracia y los derechos humano en Myanmar. Fuimos salvados del olvido”, dijo sobre la importancia de la concesión del galardón durante su aislamiento en dos décadas de arresto domiciliario y represión política.
Además, recordó que sigue habiendo presos políticos en Myanmar. “Sigue habiendo presos políticos en Myanmar. Los más conocidos han sido puestos en libertad, pero temo que se olvide a los desconocidos”.
Pocos días después de los disturbios entre budistas y musulmanes con al menos 31 muertos en el estado de Rakhine, Suu Kyi dijo que espera soluciones políticas a partir de un acuerdo para el alto el fuego.
Y sobre el desarrollo político en su país, señaló que las reformas implantadas por el gobierno del presidente Thein Sein sólo tendrán un efecto duradero si cooperan todas las fuerzas internas de forma inteligente: el Ejército, los grupos étnicos, partidos políticos, medios, la sociedad civil, las organizaciones, el empresariado y sobre todo, la opinión pública.
El presidente del Comité Nobel noruego, Thorbjørn Jagland, destacó en su laudatio “la estatura moral” de Suu Kyi para el mundo que en dos décadas de persecución política no desarrolló ni amargura ni hostilidad. “Pocos hicieron más para convertir el mundo en lugar mejor para todos”.
La próxima semana, Suu Kyi viajará a Londres para celebrar su 67 cumpleaños con sus hijos que viven allí, en el marco de su gira europea que lleva a cabo desde mediados de esta semana con paradas en cinco países: Suiza, Noruega, Irlanda, Francia y Reino Unido.

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