Carlos Pérez Aguirre

Inicio de campañas e inconformidad social (1)

El pleno del Consejo General del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero (IEPC) aprobó por unanimidad cada uno de los nueve registros de los candidatos a gobernador, quienes ayer viernes arrancaron campañas electorales; así el Consejo General de ese instituto dio visto bueno a las candidaturas a gobernador del Partido de los Pobres de Guerrero (PPG), Godeleva Rodríguez Salmerón; de Morena, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros; de Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto; con candidatura común del PRD y PT, a Beatriz Mojica Morga; y el también candidato común del PRI y Partido Verde, Héctor Astudillo Flores; del PAN, con Jorge Camacho Peñaloza; de Nueva Alianza, Karime Iyari Sevilla Álvarez; el del Partido Humanista, Alberto López Rosas; y el candidato del Partido Encuentro Social (PES), Raymundo Nogueda Analco. Un total de nueve candidatos, varios de ellos sólo fungirán como hombres de paja sólo para cubrir el requisito, pero en la mayoría de los casos para tratar de diluir el voto y favorecer a alguno de los dos candidatos que realmente tienen posibilidades de ganar la gubernatura –siempre y cuando el proceso no se declare nulo, por el boicot que muchos exasperados ciudadanos ejercerán.
Pero el principal símbolo que tiene este proceso electoral, al contrario de otros recientes en donde existía expectativa, motivación y esperanza, es que hoy existe una gran desilusión, pues la ciudadanía detecta que no hay candidatos confiables, y a todos les atribuye los mismos negativos. Al perredismo chucho (Nueva Izquierda y aliados) le reprocha el entreguismo traicionero y corruptor. A este grupo corresponden los pasivos por el fraude que al ciudadano le representaron los gobiernos de Zeferino, Aguirre y, ahora, Ortega, al haber propuesto y apoyado a individuos sin principios mínimos de ética, insensibles a los requerimientos sociales y, sobre todo, corruptos y corruptores, ávidos de riqueza y poder para sus clanes familiares y de grupo, situación que hoy refrendan al provocar la fragmentación de la izquierda, encaramando a una candidata sumamente débil y poco conocida.
Adicionalmente, una gran cantidad de sus candidatos pertenecen a la corriente llamada IPG, en la cual el Aguirre-Salgadismo es correa de trasmisión corruptora. Por su parte, el ciudadano vincula al actual priismo con la falta de atención y desprecio de sus demandas, con la evidente crisis económica que empieza a hacer estragos, con el incremento generalizado de precios, altos impuestos, endeudamiento público, devaluación, entrega de recursos y empresas estratégicas a extranjeros, y corrupción sin limite. Del panismo se tiene amargas experiencias con los desastrosos gobiernos federales y el enriquecimiento abusivo de sus miembros y familiares.
Pero los acontecimientos más cercanos para que los guerrerenses aborrezcan a la élite política está en su cotidianeidad, en donde el famosos Estado de derecho ha dejado de existir porque diariamente somos asaltados, vejados, secuestrados, desaparecidos, violados, asesinados y reprimidos, ya sea por la llamada delincuencia o por los cuerpos del orden, según sea el caso. Circulamos por ciudades donde el desorden es contundente, atestadas de vehículos, con vialidades lunares, sin alumbrado público, sin servicios de agua potable, sin vigilancia fiable, con trasporte urbano caótico, caro e inseguro, sin opciones laborales adecuadas. Pero los candidatos circularán, prometiendo todo y regalando despensas, tinacos y muchos etcéteras, varios de ellos apalancados con recursos públicos o de la delincuencia, tanto de cuello blanco como de cuello negro.
Las alternativas de modificar la realidad de la entidad son estrechas, pero más estrechas todavía si candidatos corruptos, acomodaticios o ignorantes ascienden al poder, entonces ¿Cuál será la opción?

Titishando: Se comenta en los pasillos y corillos de la procuración de justicia federal, que se están administrando los tiempos para, en el momento electoralmente adecuado, asestar un nuevo golpe al aguirrismo corroído. Se manejan algunos ilustres apellidos como Salgado, Pacheco y doce más.

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