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La selección de Rusia es eliminada de la Eurocopa tras caer 1-0 con Grecia

DPA

Varsovia

Grecia se devoró ayer a una ausente Rusia para ganar 1-0 y avanzar a los cuartos de final de la Eurocopa de futbol junto a la República Checa, primera del Grupo A al vencer a Polonia por el mismo marcador.
El capitán Yorgos Karagounis celebró su récord de 120 internacionalidades con Grecia anotando en el segundo minuto de descuento del primer tiempo el único gol del encuentro.
Karagounis dispuso incluso de una clara chance, un penal cometido por Yuri Zhirkov a los 61’ que el árbitro sueco Eriksson consideró simulación del griego. Con la segunda amarilla en el torneo, Karagounis quedó fuera del partido por los cuartos de final.
Sorpresiva campeona de la Eurocopa 2004 en Portugal, Grecia mostró hoy buena parte de aquel espíritu: escasa brillantez, enorme capacidad de lucha.
Y Rusia. ¿Estuvo hoy Rusia en el Estadio Nacional de Varsovia? Los nombres eran los mismos del brillante debut de ocho días antes, aquel 4-1 ante la República Checa, pero el juego fue radicalmente diferente.
Los de Dick Advocaat no mostraron esa velocidad y sutil juego asociado que situó al equipo como uno de los más atractivos en la Eurocopa 2008, versión que, repetida y mejorada por la experiencia, debía verse en Polonia/Ucrania 2012.
Nada de eso. Hubo un par de arrestos rusos al principio. Un derechazo de Kerzhakov a los 13’ que rozó el palo izquierdo de Sifakis y una veloz trepada de Zhirkov por la izquierda en la que su pase atrás en el área no encontró a un compañero.
Pero Grecia, lejos de brillar, que es lo habvitual en ella, mostraba ayer la capacidad de lucha y el anticipo defensivo que le habían faltado en los dos primeros partidos. Así, de a poco comenzó a devorarse a la en teoría temible Rusia.
Torossidis enhebró una jugada brillante subiendo por la derecha, pero se encegueció en el pase de la muerte, ése que debe ir al jugador exacto en el momento justo.
El primer tiempo se iba cuando, de repente, todo cambió. Karagounis encaró una valerosa cabalgada hacia el área y, mal marcado por Zhirkov, definió cruzado al segundo palo para batir al arquero Malafeev.
La hinchada griega enloqueció, tanto como los jugadores, que no dejaban de felicutar a su capitán en el camino al vestuario.
Muy fuerte debe haber sido el golpe para los rusos, porque fue evidente que Advocaat no encontró la manera de levantar a sus hombres, que nada diferente mostraron en el segundo tiempo.
Grecia pudo haberse puesto 2-0 con aquel penal no concedido a Karagounis, pero también con un gran tiro libre de Tzavellas al que se estrelló en el ángulo izquierdo de Malafeev a los 70’.
Poco antes del final Dzagoev, brillante en los dos primeros partidos y de pálido juego hyo, tuvo la posibilidad más clara para Rusia, con un cabezazo que se fue muy cerca del palo.
Pero el partido estaba controlado por los griegos, que a los 64’ habían hecho entrar a un defensa, Holebas, en lugar de un delantero, Gekas. A Grecia, que hoy celebra unas elecciones cruciales para el futuro de la Europa en crisis, nadie le quitaba ayer su noche de éxito.

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