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Las capturas de capos, oportunistas y publicitarias, pero no estratégicas, según expertos en seguridad

Agencia Reforma

Ciudad de México

La captura de capos del narcotráfico como Servando Gómez, Omar Treviño o Víctor Aguirre es una estrategia mediática publicitaria, pero incide en la reducción de la violencia, consideraron expertos en seguridad.
Vanda Felbab-Brown, especialista en seguridad en México del Instituto Brookings, afirmó que el Gobierno federal debería enfocarse en neutralizar a los mandos medios de las organizaciones criminales.
“Necesitan moverse de objetivos oportunistas y no estratégicos hacia objetivos estratégicos, pensar en los grupos más posicionados o más desestabilizadores de una región en particular”, comentó en entrevista telefónica.
“Esto no quiere decir que a los principales criminales se les debe dar inmunidad, ellos obviamente deben ser capturados también, pero creo que la secuencia en la prioridad debe ser diferente”, explicó la académica.
Para la especialista, el Gobierno de Enrique Peña Nieto siente, al igual, dijo, que sentía el ex presidente Felipe Calderón, que necesita demostrar algo de efectividad, y “la manera más fácil es presentando estas capturas”.
Felbab-Brown consideró que para bajar la violencia, las policías locales tienen que mejorar “dramáticamente” su desempeño. También se debe reenfocar el programa nacional de prevención de la violencia, dijo.
“Está en lo correcto al reconocer que las medidas anticrimen no son sólo punitivas, pero hay problemáticas en su diseño, y es que las intervenciones soy muy pequeñas y distribuye pocos recursos en áreas grandes. El programa es políticamente atractivo, pero inefectivo al intentar cambiar dinámicas que son cruciales”, aseveró.
René Jiménez Ornelas, investigador de la UNAM, dijo que la estrategia federal desde hace varios sexenios es de convivencia con los grupos criminales.
“No sólo con los narcos, con cualquier tipo de delincuencia, porque al final les deja muchos beneficios, económicos y políticos”, dijo.
“Estamos dentro de un esquema de corrupción donde agarrar a los líderes es una forma publicitaria pero no una forma efectiva de detener al narcotráfico ni al crimen”.
Esta fórmula de aprovechamiento político, agregó, se da desde el sexenio de Salinas de Gortari y lo que el Gobierno debería hacer es combatir más las estructuras que a los líderes criminales.
“Las cabezas de los grupos del narcotráfico se sustituyen en minutos, antes eran verdaderas empresas pero ahora no, ahora son verdaderas organizaciones globales”, afirmó
Edna Jaime, directora del centro de análisis de políticas públicas México Evalúa dijo que la realidad criminal en México ya no se caracteriza por tener bandas criminales súper poderosas, por lo que la estrategia de seguridad debe ajustarse.
“En México estamos enfrentando una realidad criminal distinta a la de hace algunos años, me atrevo a llamarla la era poscapos”, comentó.
“La intervención del Estado mexicano sí tuvo un efecto, y tuvo el efecto de desmantelar estas organizaciones criminales súper poderosas que desafiaban al Estado mexicano y ahora tenemos bandas criminales que desafían la seguridad pública”.
A manera de confirmación señaló datos presentados por el Concejo Cívico de Instituciones de La Laguna, en los que se observa que pese a la disminución de delitos se sigue viviendo gran inseguridad en la zona.
“A la medida en que el crimen transmutó, la política pública lo debe hacer”, sentenció.
Para, Alejandro Madrazo Lajous, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) las capturas recientes de “La Tuta” y el “Z-42” no tendrán ningún impacto positivo en la seguridad de las personas.
“No vemos mejoras por más capturas de capos, para lo que sirven las capturas de capos es para que los políticos se vistan de éxito en tiempos electorales, pero el problema y la violencia subsisten”, señaló.
El problema, consideró, está en la lógica de represión de las drogas, en vez de fomentar un mercado que podría dejar recursos a México.
“Vimos al Gobierno rebajarse a los niveles más grotescos de violencia con el asesinato de Beltrán Leyva y eso no mejoró la situación de seguridad, luego vimos la captura más civilizada de El Chapo y tampoco vemos resultados.
“No sólo no están llegando a la raíz de los problemas, sino que están profundizando la raíz de los problemas, que son la represión y la centralización de las fuerzas”, agregó.

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