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Cimbra Caifanes a 65 mil asistentes al Vive Latino al recordar a los 43 normalistas

*Oremos 43 segundos de silencio, por los estudiantes, por nosotros, por nuestro país, pidió Saúl Hernández. La gente contó del 1 al 43, para rematar con un grito de ¡Justicia! Luego, siguió Antes de que nos olviden, tema que estremeció a la concurrencia

Manuel Tejeda / Fidel Orantes / Agencia Reforma

Ciudad de México

Caifanes dio cátedra de rock en su segunda visita al Festival Vive Latino.
Los dioses ocultos y Para que no digas que no pienso en ti fueron las rolas que abrieron el ritual.
Los Caifas tienen un público fiel y eso quedó demostrado sobre la cancha de béisbol en la que la gente se desgañitó al cantar.
Durante su ausencia, sus cuatro discos fueron memorizados por sus seguidores y ahora fue turno de demostrarles que siguen más presentes que nunca.
“Muchas gracias. Bienvenida raza a tu ceremonia y a tu festival. Con la siguiente canción, Caifanes buscó su identidad, en la música y en la ciudad”, expresó Saúl Hernández como introducción a Cuéntame tu vida.
Viento, Detrás de ti y Mátenme porque me muero tuvieron una respuesta magnífica entre la audiencia. Es más, hasta la lluvia volvió a manifestarse, como que no quería perderse a la banda inspiración de muchos rockeros actuales.
“Oremos 43 segundos de silencio, por los estudiantes, por nosotros, por nuestro país”, pidió Hernández.
La gente aprovechó para contar del 1 al 43, para rematar con un grito de ¡Justicia! Luego, siguió Antes de que nos olviden, tema que puso la piel chinita a más de uno.
Nubes y No dejes que impidieron que los ánimos decayeran. Policías, vendedores y hasta el personal de limpieza se dio tiempo para cantar, como cualquier fan.
Al final, Hernández hizo una reverencia ante la multitud. Lo secundaron sus compañeros y formaron una despedida digna de postal.

La fiebre del sábado en el Vive

Los asistentes al Vive Latino enfrentan su prueba más dura los sábados. Se trata del día más concurrido del festival y tanto el sol como el frío y el viento no tienen clemencia con nadie.
Es una jornada para supervivientes. Los cuerpos de miles de fans que acudieron a la apertura están resentidos por el rock y el cansancio, y muchos otros, por el alcohol y sustancias de toda clase ingeridas. Pero el ciclo vuelve a comenzar para muchas de las 65 mil que ayer agotaron el boletaje, según OCESA.
La invitación a seguir de fiesta llegó con Tropikal Forever, a las 13:45 horas. Una banda que transforma en cumbia éxitos de Metallica, Nirvana y otras figuras que se dejen. El mejor remedio para sanar todos los males es sudarlos, y qué mejor que bailando.
Uno de los momentos clave del evento lo protagonizó La Revolución de Emiliano Zapata, piedra angular del rock mexicano de culto.
Sus integrantes, cuya edad promedio es de 60 años, sacaron la polilla con una descarga de ritmo que electrocutó a la audiencia del escenario Tecate Titanium. Mezclaron la sicodelia con baladas románticas, como Mi forma de sentir, para propiciar un momento único.
También en las curvas del Foro Sol, donde estaban situados los puestos de El Chopo, disqueras, alimentos y hasta un stand de Narcóticos Anónimos, por aquellos que ya no pueden controlarse, se vivió un ambiente muy especial.
Ahí, los más cansados encontraban asiento; los sedientos, bebida, y los fiesteros, una oportunidad para quemar un toque, casual, frente a la policía y seguridad del inmueble, mismos que prefieren voltear a otro lado cuando el churro corre de mano en mano.
Si uno se la quiere pasar bien, con 500 pesos es suficiente para un día. Pero si alguien busca llevarse un souvenir o hasta un tatuaje, llevar más de mil pesos es necesario.
Pero qué bien que el show cayó justo en quincena. El flujo de efectivo se veía reflejado en torres de vasos de cerveza, que muchos cargaban como si fuesen trofeos o monumento al aguante.
Nadie es discriminado. Aquí conviven fans de todos los colores, orígenes, tamaños y tendencias ya sea en el slam o cantando a todo pulmón su rola favorita.
El Vive siempre da oportunidad de ver actos únicos, como el de Gil Cerezo, vocalista de Kinky, en su faceta de DJ. La Carpa Gozadero se sacudió, poco antes de las 17, al compás de los beats de su tornamesa, con temas de su banda y hasta de Control Machete.
El regiomontano participó, además, en la presentación sorpresa de Quiero Club en la carpa de una cervecería, donde se presentó Inspector al arranque.
En el escenario Indio, Brandon Flowers cosechó más ovaciones y coros gracias a los hits de The Killers que a sus temas en solitario. Sin embargo, no concentró a tanta gente como DLD y Enjambre, previamente.
Su show, de 50 minutos, dio inicio con su sencillo Crossfire y se caracterizó por los gritos eufóricos de las mujeres. Pero todos se unieron para corear Read my mind, Human y Mr. Brightside, a medio show.

Cierran viernes a tambor batiente

Sin brindar Stairway to heaven, pero sí Rock and Roll, Robert Plant cerró su show el viernes con un momento épico: por todas partes seguidores de Led Zeppelin simularon tocar una guitarra, cantaron la letra y gozaron las raíces del rock sicodélico.
En el Tecate Titanium, Babo, líder de Cartel de Santa, se echó al público a la bolsa con sus rimas de alto calibre.
Y en la Carpa Gozadero Doritos, El Hijo de la Cumbia hizo que todos los cuerpos se desempolvaran al compás de su ritmo, mientras que los británicos The Vaccines, en la Rockampeonato Telcel, imprimieron su garage punk en un set de menos de una hora. (Con información de Jorge Santamaría).

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