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Insisten alcaldes de Mochitlán y Quechultenango en la salida de la Comunitaria de Petaquillas; no descartan un enfrentamiento

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Los alcaldes de Mochitlán y Quechultenango denunciaron ayer que ya agotaron todos los canales de comunicación con los gobiernos federal y estatal para exigir el retiro de la Policía Comunitaria de Petaquillas, en el municipio de Chilpancingo, y no les hicieron caso, por lo que en adelante esas autoridades serán responsables de lo que pase en sus territorios, advirtieron.
En conferencia de prensa, los alcaldes consideraron que podría haber más protestas por parte de pobladores contra los policías comunitarios en la capital –de los cuales se deslindaron–, y no descartaron una confrontación porque “saben bien que un pueblo enojado puede hacer mucho”, señaló el presidente de Quechultenango, David Astudillo Morales.
Los alcaldes de la ruta conocida como Circuito del Río Azul –cuyo paso obligado desde la carretera federal México-Acapulco es Petaquillas–, insistieron en que la Policía Comunitaria del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), hostiga a los pobladores cuando cruzan el poblado, incluso que los vecinos han perdido dinero en las revisiones de los ciudadanos armados.
Astudillo Morales aseguró que ya no van turistas en esa ruta, por las versiones de un posible enfrentamiento entre Petaquillas y Mochitlán: “el turismo local está bajando, está mermado en más de 50 por ciento”.
A pregunta expresa sobre la crisis política y de seguridad en el estado y su efecto en sus municipios, donde se menciona la existencia de Los Ardillos, un grupo de narcotráfico en la zona, el edil de Quechultenango respondió que “no es realidad que por la delincuencia que dicen, (que) está asentada allá, y que está siendo el motivo de que baje el turismo. El motivo es la gente de Petaquillas”, insistió
Incluso, señaló Astudillo Morales, “si ustedes nos hablan deCalgunos grupos (delictivos), eso le compete la autoridad federal”, las autoridades municipales están llamando a la serenidad a los pueblos, pero si el estado y la federación no toman cartas, “nosotros responsabilizamos a ellos de lo que pase”.
Por su parte, el alcalde de Mochitlán, Cevero Espíritu Valenzo, rechazó las versiones que circulan en redes sociales, donde lo señalan como un narcoalcalde por manifestarse contra la Policía Comunitaria.
Espíritu Valenzo afirmó que su municipio vive en paz, “es seguro porque la gente es segura…, no hay asaltos, no hay secuestros hasta ahorita”, y eso es posible porque la policía municipal está haciendo su trabajo.
Detalló que tiene 32 policías municipales para 15 mil habitantes, en 24 comunidades y la cabecera; mientras Quechultenango cuenta con 70 policías para 68 localidades y la cabecera municipal, indicó Espíritu Valenzo.
El alcalde de Quechultenango coincidió en que el suyo es un municipio tranquilo “no vemos el motivo de que nuestros pueblos sean rebajados, a que en un momento dado la Policía Comunitaria tenga que bajarlos de los vehículos para hacer revisiones”.
Luego presentaron copias de los oficios que entregaron al gobernador, Rogelio Ortega Martínez, a la Policía Federal y a la Comisión Nacional de Seguridad, “para que vuelva la tranquilidad a sus pueblos”, pero señalaron que en las comunidades “los vecinos están enojados y en determinado momento pueden ignorar los llamados de la autoridad municipal”.
Insistieron en que los policías comunitarios de Petaquillas pueden recorrer las calles, pero que no amedrentar a la gente y deben permitir el libre tránsito; “mucha gente del municipio ya no quieren venir porque los revisan, pierden dinero en sus maletas, queremos que nos dejen pasar como debe de ser”, insistió Espíritu Valenzo.
Aclaró que como alcaldes participaron en la marcha de transportistas de la ruta Río Azul en Chilpancingo, el 23 de febrero, por invitación del sector, “pero al rato se pueden movilizar estudiantes, campesinos, magisterio”.
En este momento que se agotó el diálogo con las entidades de gobierno, “lo que hacemos es que nos vamos a lavar las manos como autoridades, de aquí para allá si el gobierno federal no pone cartas en el asunto, no es responsabilidad de los alcaldes, los pueblos se están organizando todos”.

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