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Rubén Aguilar Valenzuela

Los sucesores de los capos caídos

Al arresto o al abatimiento del líder de un cártel siempre la primera pregunta que surge es quién será el sucesor en el mando. No se piensa en que con esa caída el cártel se va a deshacer o desaparecer. La historia, una y otra vez, ha demostrado la capacidad que tienen los grupos para siempre y muy pronto resolver la sucesión.
La captura de Servando Gómez Martínez, La Tuta, cabeza de Los Caballeros Templarios, el pasado 27 de febrero en Morelia, y de Óscar Omar Treviño Morales, el Z-42, líder de Los Zetas, el cuatro de marzo en San Pedro Garza García, en la zona metropolitana de Monterrey, plantea la pregunta por la sucesión.
Es cierto que estos dos agrupamientos, en los últimos años han sido muy golpeados por las fuerzas federales y se han desgastado en el enfrentamiento con los otros cárteles en la disputa por los territorios. Eso, con todo, no permite suponer que estos dos agrupamientos van a fragmentarse o a desaparecer, por lo menos en un tiempo.
Con información que manejan las autoridades de seguridad, se considera que en el caso del cártel de Los Caballeros Templarios, el posible nuevo líder sería Homero González Rodríguez, El Gallo o El Gallito, a quien se ubica como familiar de Nazario Moreno González, El Chayo, quien fue abatido el marzo de 2014 por fuerzas federales.
En el caso de Los Zetas se manejan los nombres de Maxiley Barahona Nadales, El Contador, que conoce muy bien las operaciones del grupo en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Chiapas. Se contempla también la posibilidad de Rogelio González Pizaña, Z-2 o El Kelin quien asumió el liderazgo tras la muerte de Arturo Guzmán, Z-1, primer líder la organización que fue abatido en 2002. En agosto de 2014, él fue exonerado del delito de delincuencia organizada.
En esta coyuntura y mientras se recomponen los liderazgos en la zona que operan Los Caballeros Templarios se podría fortalecer y ganar terreno el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con el que están enfrentados y en el caso de Los Zetas, el Cártel del Golfo con el que mantienen una disputa permanente por el territorio.
Después de la caída o la detención de la cabeza de un cártel, siempre pasan algunas semanas o meses antes de que se sepa, producto de su accionar, cómo quedo la nueva estructura de mando. En esta ocasión no había figuras visibles destacadas detrás de La Tuta y del Z-42 y va a pasar tiempo antes de que se consolide y fije un nombre.
La captura de La Tuta y del Z-42 es un triunfo del gobierno que debe reconocerse, pero el surgimiento de los posibles nuevos sucesores siempre hace pensar que en esta lucha sin fin, lleva décadas, debe haber otras posibilidades, para terminar con este nunca acabar. Ésta es una película que ya hemos visto muchas veces. Hay que hacer algo distinto.

Twitter: @RubenAguilar

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