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Presenta osamenta el FUSDEG en Petaquillas; es del hijo secuestrado de un ex alcalde, afirma

*La privación de la libertad y ejecución de Gilberto Dorantes fue ordenada por el líder de Los Rojos, El Tigre, desde prisión, hace siete meses, dicen. Muestran pistolas, escopetas, cuatro camionetas, drogas y a cinco jóvenes retenidos en la comunidad de El CalvarioLourdes Chávez

Petaquillas, Chilpancingo

El líder de la banda de Los Rojos, Leonor Nava Romero, El Tigre, detenido en mayo de 2014, continuó operando desde prisión para que se cometieran secuestros y se mantuviera el trasiego de droga en Chilpancingo, denunció el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) en una asamblea en Petaquillas.
La organización presentó a la población los restos de una osamenta que presumiblemente pertenece a Gilberto Dorantes, Junior Dorantes, hijo de un excalcalde de Coahuayutla secuestrado por integrantes de Los Rojos hace siete meses.
Ante la población exhibieron lo decomisado en la comunidad de El Calvario, donde incursionaron armados el sábado para rescatar a un taxista secuestrado de Mazatlán, que ya regresó con su familia debido a la presión que ejercieron.
Entre otras cosas presentaron algunas pistolas, escopetas, cuatro camionetas, drogas y a cinco jóvenes retenidos: Edwin Esteban Mendoza, Román Esteban Mendoza, Raúl Cortés Jiménez y a Adalberto Hilario Villar y Sabino Guerrero Sabina con hematomas en el rostro, y el primero con una pierna hinchada. Los vincularon a cuatro secuestros.
El coordinador de la Policía Comunitaria, Salvador Alanís informó que los detenidos señalaron la ubicación de los restos (un cráneo y algunos huesos largos, tal vez de la pierna), hallados en un radio de 30 metros alrededor del sitio señalado, donde al parecer por los huesos roídos los sacó un animal.
Informó que cuando el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) llegó al valle de El Ocotito en enero de 2013, él mismo aprehendió a Edwin Esteban en Mazatlán, y lo entregó al comandante del grupo de Cruz Grande, responsable de las operaciones en el municipio de Chilpancingo.
Recordó que fue liberado poco después, y ahora sabe por el mismo detenido que su tía consiguió cien mil pesos para que lo dejaran en libertad.
Aclaró que por ese tipo de acciones la mayoría de las comunidades de Acapulco, Juan R. Escudero (Tierra Colorada) y Chilpancingo, se separaron para conformar otro sistema de seguridad y justicia comunitaria.

De El Calvario

Del caso en la comunidad de El Calvario del municipio de Chilpancingo, Salvador Alanís relató que el viernes pasado se enteraron por el comandante de Mazatlán del secuestro del transportista Mario Ramírez, pero por seguridad de la víctima les pidió que no intervinieran.
No obstante aclaró que los delitos graves los persiguen de oficio y esa misma noche catearon una casa en Petaquillas que los llevó a El Calvario, una población indígena en la sierra de la capital.
En una exhaustiva operación el FUSDEG detuvo a cinco presuntos delincuentes y la Policía Ministerial a los hermanos José y Juan Calixto García, en total siete detenidos de 14 integrantes de la banda de Los Rojos que aún comanda su líder desde prisión, aseguró.
En esta acción cruzaron información con la Policía Ministerial del Estado y sus datos coincidieron en que el mencionado grupo criminal perpetró el secuestro del señor Ismael López Ávila, en Mazatlán, por quien cobraron 200 mil pesos y luego dejaron en libertad, y los dos casos de Mazatlán: el del hijo del alcalde y otra persona que sigue secuestrada.
Además de a Gilberto Dorantes dijo que asesinaron a seis más, pero sólo identificaron a Carlos Esteban Ortega y a un policía ministerial en la caseta de Palo Blanco.
Denunció que ayer el fiscal del estado, Miguel Godínez Muñoz pidió que le entregaran a los detenidos, pero el FUSDEG sometió la decisión a votación en la asamblea, donde se negaron a entregarlos a las autoridades.
Durante la asamblea denunciaron que este caso es lamentable porque es prueba del abandono de las autoridades.
Entre el decomiso en El Calvario mostraron imágenes de la santa muerte, una caja de veladoras, armas, cuchillos grandes, semillas de mariguana y amapola, cuatro camionetas, “nos dicen que tienen papeles, no fuimos a ver si eran legales pero fuimos a decomisar porque fueron parte de secuestros y asesinatos”.
Ante las denuncias públicas de esposas de los detenidos que los acusan de haber cometido abusos, aclararon que dejaron todos los electrodomésticos y sólo tomaron una laptop para buscar información.
Aseguraron que el resto de los vecinos de El Calvario está atemorizado por las amenazas de este grupo, “le quitan, le pegan y le humillan, y ahora están contentos porque el grupo fue fracturado”, y ayer un grupo de mujeres les preguntó cómo podrían integrar una Policía Comunitaria, “ya no quieren que vaya a vivir gente mala a ese pueblo para hacerles mal”, afirmó el comandante del FUSDEG.

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