Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El deporte, los medios, la política y el regreso a Guerrero

Estudié hasta tercero de primaria en Santa Teresa, en Coyuca de Catalán. Salí a los nueve años a la ciudad de México. Mi padre era médico egresado de la UNAM. La secundaria la estudié en la Anexa a la Normal Superior, en San Cosme, turno vespertino. Entré al club deportivo Estrellas del Mañana. Yo vivía cerca del aeropuerto. Hacía mucho tiempo de traslado a la casa club, por la Calzada de las Águilas. Yo salía de la casa a las 6:30. Entrenabas de 11:30 a 12: 30. De ahí me iba a la secundaria.
En el club no era tanto el entrenamiento sino la comida. Me empezó a ir bien en el deporte. Empecé a ganar y pasé al Comité Olímpico Mexicano. Me di cuenta que ahí no sólo daban una o dos comidas sino que si eras bueno te daban las tres y además podías vivir ahí.
En 1985 fui por primera vez campeón nacional de heptatlon en la categoría juvenil e impuse récord. En Guadalajara fue el cam-peonato nacional juvenil e impuse récord nacional. Hice preselección y empecé a ir al Comité Olímpico Mexicano por una comida. Esas eran comidas. La primera vez que comí ahí, comí tanto que no podía moverme. Me acuerdo perfecto que eran unas milanesas de res, fácil me comí cinco o seis. Me costó trabajo salir del comedor después de todo lo que me había comido. Saliendo del COM brinco una bardita y ahí me quedé tirado durmiendo como unas dos horas. En lo que se me bajaba la comida. Esa fue mi primera comida en el COM. Después seguí en el deporte y fui campeón nacional juvenil mayor. Fui a mi primera competencia internacional a Puerto Rico. Fue la primera vez que me subía a un avión, en 1989. Tenía 19 años. Viví cerca del aeropuerto, en la colonia Federal, conocía los aviones, sabía cuando llegaba el Concord pero nunca me había subido a uno. Quedé quinto lugar en esa competencia, centroamericana y del caribe.
Tuve que dejar la escuela porque conforme vas avanzando en lo deportivo, es cada vez más la exigencia. Estudiaba Sociología en la UNAM. La tuve que dejar por trabajo, manejaba un taxi. Conocí en ese inter de deportista a muchas personas que influyeron en mi vida: Pepe Espinoza, narraba futbol americano en TV Azteca junto con David Garay. Hice preselección para los Juegos Olímpicos de Atlanta 96 y decidieron que la prueba que yo practicaba no la apoyarían. Entonces me retiré.
Sigo trabajando, sigo viendo el tema de la escuela, yendo a mi pueblo cada vez en más oportunidades a partir del 90 más o menos para ayudarle a mi abuela con la siembra. Conozco a Pepe Espinoza y él me lleva con José Ramón Fernández en TV Azteca porque necesitaban a alguien que fuera especialista en deportes olímpicos, que no fuera tan comentarista de futbol como todos los que tenían. Empiezo en el tema de la narración como comentarista en Atlanta. He ido como comentaristas a Sidney, Atenas, Londres. A Beijing fui como jefe del equipo olímpico. Entre el 95 y 2004 fue mi incursión en los medios.
En el 96 que fui a Atlanta, conozco a Víctor Trujillo. Nos hacemos buenos amigos y en el 99 me invita a su programa, El Mañanero, que sólo se transmitía en radio. Ahí yo ya tenía un programa especial en radio, un programa diario en Grupo Acir de 6 a 7 de la mañana donde trataba temas de deportes, sociales, música, política,  de todo y Víctor me invita  a que me integre al El Mañanero, que era de 6 a 10, entonces yo salía a las 7 de mi programa y me pasaba al de radio con él.
Estaba en radio y a la par estuve trabajando en la Conade en el área de Comunicación Social, fui subdirector. En el 99 nos fuimos a canal 40 y seguía yo con Azteca desde el 1996 hasta el 2000. En el 2003 nos fuimos a Televisa con Víctor Trujillo, Brozo. Ahí empecé a hacer unas cosas para Televisa Deportes, me hicieron director de Televisa Radio, columnista de el diario deportivo Récord. En el 2004 gané el premio nacional de locución por El Mañanero y en el 2005 se acabó el noticiero y se reconfiguró mi vida. Yo pensaba que nunca me iba a salir de los medios de comunicación. Fui a Atenas en el 2004 y cuando regresé hice una empresa de marketing político-deportivo y representaba atletas: Ana Guevara, Alejandro Cárdenas, Noé Hernández, Fernando Segura, Soraya Jiménez. Firmé para México los campeonatos mundiales de voleibol de playa y traje a Acapulco el primer campeonato de voleibol de playa. En el 2004 conocí a René Juárez, que era el gobernador, para pedirle apoyo y me dijo: “Sí, te voy apoyar, pero ya no me va  tocar a mi el evento, lo vas a concluir con el que quede en mi lugar”. El evento fue hasta el 2005 y el siguiente gobernador fue Zeferino Torreblanca. Yo  no lo conocía, concluí la negociación con René, conocí a Zeferino e hice el evento. Estando en la final Zeferino me invitó a trabajar con él en RTG. Yo le decía, ‘no, tu radio y tu televisión de Guerrero ni sirven, ni se ven, ni se escucha, ni existe’. Y me dijo: ‘justamente por eso quiero que te vengas’,  ‘pero no me vas a pagar lo que me están pagando allá o lo que estoy ganando con mis eventos’. Me medio lavó el coco, me dijo que sí, que aquí nos iba ir muy bien. Entonces me convenció ganando menos de la mitad de lo que ganaba allá. Cuando llegué RTG era una estación de radio que no tenía micrófono, un canal de televisión que no tenía cámaras, teléfonos. Se hizo un diagnóstico y la primera decisión fue cerrarla dos meses. Noviembre y diciembre. Le cambiamos el concepto, la barrimos, la limpiamos, hicimos una depuración de personal, compramos equipo, ampliamos cobertura y el 1 de enero del 2006 arrancó el nuevo proyecto de la radio y la televisión pública en Guerrero, que se llamó Soy Guerrero. Lo que intentamos hacer fue acercarnos lo más posible a un modelo que no existe en México de televisión pública, porque malamente muchos gobernadores piensan que la televisión es de ellos.
–¿Y de eso qué queda?
–Sólo recuerdos, como dice la canción.

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