Tlacopanocha, de Acapulco y Principal de Zihuatanejo, no son aptas para bañarse: Semarnat

Karla Galarce Sosa

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reportó que las playas Tlacopanocha, en Acapulco y Principal de Zihuatanejo no son “aptas” para los bañistas.
En su portal de internet, la dependencia federal publicó el muestreo prevacacional de playas prioritarias del país, donde se informa que Tlacopanocha registró 249 entercocos fecales y la Principal, 870 células, cuando el límite máximo permitido es de 200 enterococos.
Para la playa Principal, el registro suma siete muestreos prevacacionales que rebasan por mucho los límites máximos permitidos por las normas sanitarias para uso recreativo del agua de mar.
Mientras que para las playas de Acapulco, durante el muestro prevacacional de diciembre, la playa que resultó no apta fue la de la isla de La Roqueta que rebasó los 900 enterococos fecales.
En abril de 2003 se inició el Sistema Nacional de Información sobre la Calidad del Agua en Playas Mexicanas en colaboración entre las Secretarías de Marina, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Salud y Turismo.
La dependencia federal informa que la calidad de agua para uso recreativo en centros turísticos es un factor primordial para garantizar la protección de la salud de los usuarios.
“Estudios en agua marina y playas indican que las enfermedades de las mucosas, de la piel y digestivas asociadas con los bañistas están directamente relacionadas con los niveles de contaminación fecal (…) El indicador bacteriológico más eficiente para evaluar la calidad de agua de mar para uso recreativo de contacto primario son los enterococos fecales, dado que resiste a las condiciones del agua de mar”.
Se detalla que la presencia de enterococos fecales en el agua de mar está relacionado con enfermedades como gastroenteritis, enfermedades respiratorias, conjuntivitis y dermatitis.
“Es importante mantener una vigilancia de la calidad del agua de mar, que permita con un enfoque preventivo alertar al usuario a tomar la decisión de ingresar o no a una playa, dependiendo de los niveles de enterococos y la temporalidad de estos niveles en cada una de las playas sujetas a vigilancia”.