Exploran en la obra Experimento 1102 Seahorse el travestismo y la diversidad sexual

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Con una propuesta cercana al teatro posmoderno, la noche del domingo el bailarín Hedson Castrejón presentó Experimento 1102 Seahorse al interior del Centro Cultural Domingo Soler y que resultó la continuación de un trabajo con el que busca dar a conocer las gracias y desgracias de ser un travesti dentro del mundo de la danza y en la vida diaria.
En el papel de su alter ego Phoebe, narró las infinitas posibilidades que se presentan para trabajar, pero al mismo tiempo, las desventuras y los conflictos que ocasiona el hecho de ser distinto a los demás y querer, además, alcanzar las convenciones, incluso, de ser padre, o madre.
“El proyecto habla sobre la transexualidad, el deseo de las personas transexuales por ser madres”, aseguró el creador en entrevista posterior a la presentación y que recordó que científicamente hay una senda acerca de este tema y que da cuenta de cómo esta situación es posible.
Por eso es que dicho trabajo escénico, agregó, “lo asocio con el caballito de mar,  que es el único macho que puede dar a luz”.
En medio de una ambientación limitada a luces con un escenario vacío para centrar la atención, el trabajo también ofreció la posibilidad de mostrar danza experimental de la mano de los bailarines Filiberto, Neyra y Alberto que con canciones de la artista escandinava Björk o de Madonna, buscaron otro sentido.
Flexibilidad, fuerza controlada, un uso constante de distintas velocidades y la claridad de movimiento a la hora de realizar los movimientos, fueron la constante del trabajo que se mostró y al que se sumaron algunas frases de Phoebe, como “Los caballitos de mar también mueren de amor” que daban pistas sobre el desarrollo del trabajo escénico.
Voy a tener otras funciones a finales de mayo o principios de junio, reveló el creador, “dependiendo de las fechas que me confirmen en esta semana en el (Centro Cultural) Domingo Soler”, por lo que invitó a la gente a estar pendiente de esta propuesta.
El proyecto, que es apoyado por el Programa de Estímulos a la Creación Artística de Acapulco (PECAA) del ayuntamiento de Acapulco logró una respuesta en el público, que aplaudió al final el trabajo.