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Aniceto Molina fue el creadaor del estilo colombiano-mexicano de cumbia, recuerda Marbel Rebolledo

El miembro fundador de La Luz Roja de San Marcos dice que el músico colombiano llevó a la fama a ese poblado y el pueblo se lo agradece

 

Óscar Ricardo Muñoz Cano

“Aniceto Molina más que mi amigo, fue mi compadre, mi hermano”, aseguró con la voz quebrada el músico Marbel Rebolledo, fundador del grupo la Luz Roja de San Marcos y que a la muerte del primero, los recuerdos incluso, no lo dejan expresarse con claridad.
En entrevista la mañana de este martes, a unas horas de conocerse de la muerte de Aniceto Molina en Estados Unidos por problemas pulmonares, Rebolledo apenas y puede hablar; las ideas van del presente al pasado e incluso al futuro con la idea de rendirle un homenaje musical.
“Fue en el año de 1976 cuando él vino de Los Corraleros del Majahual,  de ahí se separó y tuvimos la oportunidad de contratarlo; fue contratado, se le cubría una mensualidad que yo le pagaba y desde hoy y hasta su muerte estuvimos conviviendo”, dijo quien así, sin más, salta a otro evento del pasado para recordar acerca de cuando la agrupación marchó a los Estados Unidos en la década de los ochenta.
“Sí, hubo una separación, se fue con todo y la Luz Roja a los Estados Unidos, yo no quise ir porque no quería separarme de mi familia pero sí, hay muchos recuerdos, grandísimos que en realidad no puedo ni ordenarlos… ahora hay un vacío que no me deja mover”.
No obstante, regresa al inicio a donde Aniceto y su acordeón trataron de imponerse en la música que ya tocaba la agrupación.
“Aniceto llega a la Luz Roja de San Marcos cuando era un grupo que ya tocaba como una banda pero cuando vemos a Aniceto y vimos que podíamos unificar estilos de Colombia, de México, de Guerrero,  lo intentamos”.
Eso fue algo de lo más difícil para él, reveló, “él llegó como director musical e hizo de la banda lo que quiso, a su antojo, para crear un estilo colombio-mexicano”, un estilo propio”.
En ese sentido y entre risas, recordó que en un ensayo, uno de los primeros, dijo “uno va por un lado y otro por el otro; y nos reclama: ‘vaya, qué vaina, mejor dejo el acordeón y rompemos el contrato’, pero se calmó cuando recordó que ya le habíamos dado una buena cantidad …”.
Rebolledo recordó que la Luz Roja de San Marcos se fundó el 20 de septiembre de 1973 y estaba compuesta por 11 integrantes; hasta el día de hoy cuenta con más de 45 discos grabados y ha visitado países como Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Estados Unidos y por supuesto México, país que vio despegar la carrera del músico quien a mediados de los ochenta optó por trabajar en el vecino país del norte.
“Él se fue, el dilataba también mucho tiempo en El Salvador, entre diciembre y enero de cada año, y perdíamos la convivencia, pero él dijo recientemente que iba a venir en una gira de trabajo para la Costa ahora en Semana Santa, en la Semana Mayor; me llamó y me dijo: compadre, la situación, dicen en estados Unidos está muy grave…”.
–¿Por la violencia? –le pregunté
“Sí, por la violencia y suspendió algunas cosas; dijo la cosa está difícil pero no imposible, hace algunas semanas pero creo que de todos modos ya no iba a poder venir…”, lamentó.
Luego recordó cuando supo que el músico estaba enfermo:“hablé con su hijo Johnny, en San Antonio, para saber cómo estaba (Aniceto) y me dijo que el ambiente estaba muy tenso por una serie de situaciones donde había mucha gente con rencores y envidias”, por lo que decidió no acudir a verlo.
“Yo tengo mi visa, mi pasaporte mis papeles, pero ahora que lo pienso, creo que fui un cobarde por no haber visitado a mi compadre… Y me siento del hombre más cobarde por no haber ido a verlo”, remató.
“Trajo él un nombre para la Luz Roja, trajo el dinero a San Marcos y el pueblo se agradece”, revelando que apenas y en un par de días son cientos de personas que se le acercan para darle el pésame a él y a su sobrino Edinson Molina, quien actualmente colabora con la agrupación.
“Él se quedó en Estados Unidos a luchar, mientras que muchos de la Luz Roja se regresaron a trabajar aquí; todavía nos estuvimos hablando, grabamos un disco pero eso es ya otro de muchos recuerdos, cosas bonitas que me guardo con el dolor de que mi compadre se me haya ido”.

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