Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Anituy Rebolledo Ayerdi

Alcaldes de Acapulco (V)

 

Cédula Real

En Cédula del 8 de julio de 1702, el rey Felipe V de Anjou lanza una alerta a los jerarcas religiosos de Acapulco: No permitir el ocultamiento de mercaderías ilegales en templos y conventos por constituir ello un serio delito. Responde el monarca a la denuncia del alcalde Miguel Gallo, en el sentido de que varios mercaderes almacenan artículos de contrabando en tan sacros lugares. La misma orden obliga al propio alcalde inspecciones periódicas en tales instalaciones, en busca principalmente de géneros.
Felipe V fue un rey reformador de a deveras y por ello muy querido por sus súbditos. Nieto del rey de Francia impuso en la península gustos franceses como el arte “rococó” (exponente de lo refinado, lo exótico y lo sensual), así como los primeros ensayos de lo que será la famosa haute cuisine. Machista hasta la pared de enfrente, el Borbón decreta la “Ley Sálica” con picantes tufos medievales. Cierra con ella la posibilidad de que una mujer pueda ocupar el trono español, nomás por serlo. No obstante tan refinada misoginia, el monarca estará endeudado con un grupo de mujeres que facilitaron su pronto regreso al trono. Las cosas se contaron así:
Impedido para ocupar el reino español por la presencia del ejército de su antecesor, un grupo de prostitutas milicianas le allanarán el camino. Y no fue que las mesalinas de Madrid hayan tomado los fusiles para expulsar a los soldados del antiguo régimen, ni cosa parecida. Las cosas se dieron en forma sutil si bien un tanto dramáticas. La estrategia, insólita y brutal, fue diseñada y ejecutada por las matronas de los más de cien burdeles de la ciudad.
Las mujeres aludidas empezaron por seleccionar a sus compañeras con padecimientos venéreos, integrando con ellas una suerte de “brigada de ajusticiamiento”. Ellas serán las encargadas de ofrecer servicios sexuales gratuitos a la tropa de ocupación –o sea, viles “cachuchazos” de hoy–, una oferta irresistible para la arrecha guachada. El resultado será el previsto por las patrióticas señoras: 6 mil soldados contagiados con piojos, chancros, gonorrea, sífilis y otros males anexos. El problema sanitario (¿cuál permanganato?, ¿cual eritromicina?) será de grandes dimensiones, obligando la graciosa huida de los invasores.
Agradecido, el rey quintito llamará a las horizontales “mis reinas favoritas”. ¿No ca…?

Marqués de Acapulco

Las autoridades virreinales autorizan en mayo de 1711 la creación del Marquesado de Acapulco y para detentarlo nombran a don Gonzalo Mesia de la Cerda y Valdivia. “¿Y quién es ese cabrón ?, se pregunta el alcalde Pedro Núñez de Aguayo Bustamante, francamente indignado por no haber sido tomado en cuenta para tal designación.
El único marquesado conocido aquí era el de Oaxaca, otorgado a don Hernán Cortés por sus enormes servicios a la corona. Sus dominios no eran solamente la Vieja Antequera, incluían regiones de los hoy estados de Veracruz, México, DF y Morelos. Y más: en el sur la bahía vecina de Acapulco enunciando la pertenencia del conquistador: Puerto del Marqués. Suyo, de él y de nadie más. Bahía que perderá don Hernando cuando la fuerza de la costumbre le arrebate el título nobiliario, otorgándolo al puerto mismo: Puerto Marqués. Hoy merecedor de mejor suerte.
Por angas o por mangas, el marquesado de Acapulco nunca se definió territorialmente, lo que poco importó al flamante cortesano. Lo único que a él interesaba fue recibir de sus vasallos los medios abundantes y servicios personales eficientes para llevar una vida regalada con su familia.

Previsor

Informado el rey de España que el alcalde mayor de Acapulco, Miguel Gallo, es un hombre de 80 años, enfermo y cansado, decide relevarlo. Un relevo preventivo, ciertamente, pues de acuerdo con el capricho monárquico el señor Joseph Muñoz y Estrada se haría cargo de la alcaldía cuando Gallo ya no pudiera ejercerla o de plano diera el changazo. Mientras, el enviado se encargará de las alcaldías de Cicatlán y Papalotipac , pertenecientes a la castellanía del puerto.
Y nada, que tan amenazante presencia permitirá a don Miguel “sacar juventud de su pasado” para no volver a quejarse de ninguna dolencia, desplegando una actividad inusitada en beneficio de Acapulco. El enviado del monarca se regresará finalmente con viento fresco a España.

Los cabildos

Los cabildos encabezados por un alcalde mayor provenían de la estructura de la España tradicional y tenían la función de ejercer lo que actualmente se conoce como gobierno municipal. “Esto es, atender los asuntos administrativos de la ciudad y entre ellos el mantenimiento y aseo de las calles, además de proveer la iluminación de las mismas. Asegurar la existencia de provisiones para cubrir las necesidades de los habitantes, mantener una milicia de defensa contra ataques exteriores, tener un cuerpo de policía del orden y velar por la enseñanza de los niños”.

Prevaricato

Alarma en el virreinato al enterarse de que funcionarios de Acapulco han permitido zarpar a la nao Nuestra Señora de Begoña, sin el pago de derechos por mercancías con valor de 220 mil pesos. El virrey Fernando Alencastre Noroña y Silva ordena a sus funcionarios trasladarse al puerto para investigar el fraude denunciado por el alcalde Gallo.
En Acapulco, el comisario del crimen, don Pedro Sánchez y Alcázar comprueba, luego de rápida investigación, que se trata de un fraude cometido por funcionarios reales. Decreta entonces el embargo de los bienes del Castellano, el Guarda mayor, los oficiales y todas las personas relacionadas con el despacho del galeón. A sabiendas de lo que les esperaba, los presuntos culpables ofrecen devolver los 22 mil 200 pesos de los derechos aduanales no cubiertos. “No cubiertos –comenta con sorna el señor Sánchez y Alcázar– así le vamos a poner”. Y le puso.

Cocoteros

Traídas de Filipinas por los primeros viajeros trasatlánticos, las palmeras de coco constituían en 1712 un hermoso espectáculo alrededor de la bahía de Acapulco. Los mayores sembradíos se concentraban en el hoy camino a Pie de la Cuesta, las playas de Hornos y La Langosta así como los meandros de Manzanillo. Aquél deslumbrante verdor en movimiento impresionaba gratamente a los viajeros de las naos procedentes de Manila y Perú.
El cronista Don Manuel López Victoria revela un escrito del cura Joseph Sánchez relacionado con la exuberancia de los plantíos de cocoteros. Llegado del Perú, el viajero describe en la costa oeste del puerto palmares cubriendo una superficie de veinticuatro leguas, en tanto que para el este sumarán alrededor de siete. Exagerado, lo llama don Manuel ubicando la generalización de tal cultivo hasta pasada la Revolución.

Capilla de Santa Cruz

Contigua al hospital de Nuestra Señora de la Consolación o de San Hipólito, en la explanada del Castillo de San Diego, como empieza a llamarse a la otrora Real Fuerza, se erige en 1715 la capilla de la Santa Cruz. Por su ubicación en medio de una tupida arboleda será conocida popularmente como la Capilla del Bosque. Lucía esta una cruz de grandes dimensiones abarcando todo el altar mayor.

Hacienda del Conde Santiago

Frente a manifestaciones hostiles de campesinos en demanda de tierras, el conde de Santiago, Nicolás de Valera Altamirano y Castilla, marqués de Salinas Cormonas , amarra sus posesiones. Se trata de una superficie dotada por la corona española en 1619 y que incluye los actuales poblados de La Sabana y Tres Palos.
El 12 de junio de 1717 se confirma el despacho librado por el licenciado Félix Suárez de Figueroa, en provecho del referido conde de Santiago. La propiedad abarcaba 6 leguas de latitud y 18 de circunferencia, incluidos las localidades mencionadas, además de varios ranchos Se hizo la adjudicación aun sin la exhibición de los títulos originales. La espera será secular para los hombres del campo.

Qué bonita familia

El señor Joseph Sebastián Gallo llega al puerto a bordo de la nao procedente de Manila. No viene a la Feria de Acapulco sino a relevar a su papá como alcalde de Acapulco, según acuerdo expreso del rey de España. Nuestro conocido don Miguel Gallo debe estar para estas fechas cercano a los 90 años y no obstante se niega a la jubilación. Ha conseguido una chambita tranquila en la sede del virreinato.
El primer nombramiento del nuevo alcalde, don Joseph Sebastián Gallo, será en favor de su vástago, el alférez Bernardino Gallo de Pardiñas, el orgullo de la familia. No, pos sí: desde endenantes, pues.

Acapulco, litografía

Los acapulqueños del 1700 conocen por primera vez la hermosa litografía de Acapulco de un intensísimo verdor, pintada por el ingeniero holandés Adrián Boot, constructor del primer fuerte de San Diego.
Contiene las anotaciones siguientes:
“Puerto de Acapulco en el reino de la Nueva España, en el mar del sur. A) Acapulco. B) Fuerte de San Diego, tiene una longitud de 122 varas y 300 de latitud. C) Boca Grande. D) El Grifo. E) Boca Chica. E) Puerto Marqués. A. Boot.

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