Llevan la vida conyugal a una situación límite en la obra teatral El matrimonio Palavrakis

Óscar Ricardo Muñoz Cano

En un escenario sobrio, sencillo, con luces apenas necesarias, la noche del domingo se presentó el montaje El matrimonio Palavrakis de la compañía de teatro Matrioska en la sala Luis Zapata del Centro cultural Domingo Soler y que resultó por demás aplaudido por las casi cincuenta personas que llenaron el lugar.
La obra que escribiera la dramaturga española Angélica Liddell como parte de una trilogía de nombre Tríptico de la aflicción da cuenta de la difícil vida conyugal de Elsa (Alet Rojas) y Mateo (Leonardo Cuesta), quienes fueron víctimas de malos tratos durante su infancia y quizás, perpetuadores ineludibles de la crueldad y de la angustia cuando trágicamente su hija de siete años muere de manera por demás violenta y misteriosa, reiterando el adagio aquel de que el hombre es el lobo del hombre.
En medio de una serie de frases con sobrada carga poética y escenas plenas de energía, la obra trascurre de la mano de la actriz Paola Gudiño, quien sirve de personaje múltiple pues lo mismo encarna a una niña de 12 años que a un agente policiaco.
El final podría ser previsible en la medida que se atienda a la obra; Elsa y Mateo mueren pero en la última escena dejan abiertas todas las posibilidades de un crimen distinto ya que mientras Mateo asesina a un perro con sus manos, Elsa reflexiona sobre los últimos momentos de su pequeña hija.
En cualquier caso, un par de personajes locos y marginados, pues ella se caracteriza por una urgencia de dejar algo en la tierra, una hija, y él por sus gustos necrófilos y pedófilos.
En cualquier caso, ambos elevados al pedestal del arte (a la manera romántica) y enfrentados entre sí y a la vez, enfrentados a un público estupefacto por el horror de la condición y lo capaz que puede ser la mente humana que no tuvo más remedio, por decirlo así, que aplaudir, y fuerte, ante el trabajo de los tres actores.
El matrimonio Palavrakis que presentó la compañía de teatro Matrioska es un proyecto que se financió mediante el Programa de Estímulos a la Creación Artística de Acapulco (PECAA) la Dirección de Cultura municipal y se preveé, a decir del propio grupo, que se estrene muy pronto.