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Hallan torturados y degollados a dos policías del FUSDEG en Chacalapa; estaban desaparecidos

La UPOEG se llevó a Ángel de Jesús Bernabé y a Norberto García junto a otros 12, pero los separó y aparecieron asesinados, relatan. El martes los tuvieron encerrados y sin comer, llegaron policías federales y amenazaron a los policías ciudadanos, “eso fue lo que valió para salvarnos nosotros”, cuenta un comunitario. Todavía no aparecen dos integrantes del Frente

 

Lourdes Chávez

El Ocotito

Luego de que fueron liberados 18 integrantes del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) retenidos por la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), se denunció que un grupo de policías comunitarios de El Ocotito fue usado “como carnada”  en la emboscada en el crucero de San Juan del Reparo.
Según testimonios del grupo de 14 policías comunitarios que fueron retenidos y desarmados en el crucero de San Juan del Reparo, en la carretera federal Ayutla-Tierra Colorada, ahí la organización contraria usó sus radio de comunicación para escuchar los movimientos del FUSDEG, y en la emboscada usaron sus armas.
De este grupo sólo 12 regresaron con sus familiares el martes a la media noche ante la mediación de la Policía Federal y de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum).
Los dos faltantes, Ángel de Jesús Bernabé Madora y Norberto García Hernández fueron hallados torturados y degollados en la comunidad de Chacalapa.
Ambos tenían menos de 30 años de edad, eran padres de familia y se incorporaron al movimiento de autodefensa desde que llegó al valle de El Ocotito, en enero de 2013.
Ayer en la noche cientos de ciudadanos y los familiares de las víctimas recibieron los cuerpos en la comandancia del FUSDEG en Mohoneras. Durante la espera, a forma de velorio, los sobrevivientes recordaron la agresión.
El comandante del grupo, que reservó su nombre, recordó que aunque era tarde fueron a la reunión en el municipio de Juan R. Escudero, el lunes, para respaldar a su organización en San Juan del Reparo.
La asamblea fue citada a las 5, salieron de El Ocotito a las 5:30 y llegaron al crucero de San Juan del Reparo casi una hora después.
Ahí se encontraron con un grupo de policías ciudadanos de la UPOEG que los desarmó, y una “licenciada” según las versiones la perredista Nelly Pastrana los llevó a su auto y les mostró unos videos, “para que vean cómo trabajan sus líderes”, les dijo.
Aunque la mujer pidió a los captores que no amarraran a los retenidos, fueron maniatados con las manos hacia atrás.
Una de las fuentes indicó que a través de una radio civil que les quitaron, el grupo escuchó todas las conversaciones de la FUSDEG.
Supieron con anticipación que tres grupos salieron de San Juan del Reparo y se dirigían hacia el crucero. Iban por una grúa para una camioneta averiada, según la primera versión.
Ayer se aclaró que no era uno, si no tres grupos en tres camionetas, la última iba separada y pudo maniobrar y regresar al pueblo para avisar de la agresión.
En la carretera el grupo del FUSDEG retenido fue puesto al frente “como carne de cañón”.
Norberto (uno de los fallecidos) le dijo tras los primeros balazos “hay que tirarnos comandante y todos se rodaron por el piso. Yo me quedé al pie de un árbol”.
Sus compañeros no supieron que estaban en poder del grupo opositor.
Cuando llegó otro grupo a reforzar a los atacados cerca del crucero sólo vieron a los muertos y heridos tirados en el piso, porque los que quedaron en pie, cuatro o cinco, no se supo con certeza, fueron sometidos y desarmados, reveló el testigo.
Añadió que los agresores se identificaron como policías de la UPOEG y tras un breve enfrentamiento verbal comenzaron los balazos, mientras ellos estaban en el fuego cruzado.
Luego de los dos ataques los retenidos fueron llevados a la población de Chacalapa, el siguiente poblado rumbo a Ayutla, el último pueblo del municipio de Juan R. Escudero.
En la cancha del pueblo los tiraron al piso boca abajo, “nos patearon hasta que quisieron, los que quisieron” mientras los encañonaban.
Ahí llegó un hombre con sombrero y gabán, “medio barrigoncito” que con una lámpara iluminó sus rostros como para reconocerlos, y dijo a éstos llévatelos en el carro -entre ellos al comandante- pero rectificó “no, a este no”.
A rastras  por el piso los regresaron y subieron a  otra camioneta y los trasladaron a la comandancia de la UPOEG, en Las Mesas.
En Chacalapa perdió de vista al grupo que separaron, “caminaron unos 50 o 60 metros” y no volvieron a saber de ellos”. Consideró que ahí iban los fallecidos.
Ya en Las Mesas le dieron un golpe en la nariz, les lanzaron agua a todos y terminó la tortura física.
“Nomás nos decían que nos iba a llevar la chingada porque había muerto un compañero de ellos y otro se debatía entre la vida y la muerte, que ya nadie nos iba a salvar”, relató.
El martes todo el día los tuvieron encerrados y sin comer, los policías de la UPOEG se apostaron en las casas porque se preveía un rescate. En la tarde escucharon que iban 10 camionetas del FUSDEG por ellos y se preveía un enfrentamiento.
Sin embargo llegaron policías federales y les advirtieron que si ocurría algo estando ellos ahí ya no se la verían con los comunitarios, “va a ser directamente con nosotros”, amenazaron los federales, pero “eso fue lo que valió para salvarnos nosotros”.
Dijo que pidió varias veces un celular para pedir que fueran por ellos sus familiares a recogerlos, sin gente armada. Estaban incomunicados.
“Lo mismo les dije cuando nos comenzaron a desarmar  -en San Juan del Reparo- compañeros que no pase esto a mayores, déjenme hablar con mis compañeros, préstenme el radio, pero dijeron que no, ‘nosotros venimos a lo que vinimos’”, expuso.
Consideró que los de la UPOEG debieron usar sus armas y municiones en contra de sus compañeros del FUSDEG.

Aún hay dos desaparecidos

En una asamblea de información los integrantes del FUSDEG dijeron que de los cinco que tenían desaparecidos, dos eran los muertos de este grupo que hallaron en Chacalapa, y un comandante del municipio de Acapulco que apareció bien. Estuvo vagando perdido dos días, después de la agresión. De dos aún no conocen el paradero.
A las 11:40 de la noche los pobladores seguían esperando los cuerpos.
El Servicio Médico Forense los levantó el martes y ayer durante todo el día se realizaron las diligencias en la Fiscalía regional en Acapulco.
En medio de la conversación, una vecina señaló al más joven de los que volvieron golpeados, pero a salvo, de 19 años y dijo, “los que estamos aquí buscamos paz para nuestros hijos, nuestras familias, nuestros negocios,  y que dios nos ayude”.

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