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Hay que formar artistas que sean capaces de hacer cualquier cosa para expresarse, dice artista cubano

La Habana infinita muestra el trabajo de Luis Miguel Valdés y se exhibe desde el sábado 28 de marzo en el centro comercial La Isla

 

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Grabados, dibujo y óleos donde la cubanía está presente bajo el nombre de La Habana infinita, componen una muestra del trabajo del pintor y grabador Luis Miguel Valdés, misma que se exhibe desde el sábado 28 de marzo en el centro comercial La Isla y que a decir del artista “lo que se muestra ahí es un pintor y con oficio”.
En entrevista telefónica a Morelos, donde radica, el artista cubano aseguró que los cuadros, “tratan distintos problemas, distintas imágenes incluso distintos momentos de mi producción”, y que van desde los realizados en el 2008 y a la fecha.
“Hay cuadros del 2008 y a la fecha y yo he trabajado fundamentalmente dos vertientes: sobre la arquitectura colonial cubana y la figura de la mujer; eso me ha traído una mezcla de elementos de la arquitectura como elementos del cuerpo humano que incluso están ahora se están mezclando con la marcha gestual de la pintura”, añadió quien además utiliza las nuevas tecnologías para desarrollar su trabajo.
En ese sentido y respecto al oficio que un artista debe obtener más allá de la academia, quien trabajó en el Atelier 17, en París, por donde pasaron Pablo Picasso o Francisco Toledo, lamentó que en una época donde se ofrecen muchos talleres o diplomados y hasta carreras a nivel licenciatura existan muchas deficiencias.
“Al tenor de las nuevas tendencias, los nuevos recursos, un poco estamos dejando de lado la verdadera formación del oficio de los artistas y es algo que debemos cuidado mucho porque corremos el riesgo de que estemos formando artistas sólo con ideas y no con oficio; yo puedo estar haciendo instalaciones, performances, pero con artista al fin me llega la necesidad de hacer otras cosas y debo tener los recursos para poderlo hacer. Yo no puedo creer en un artista que sólo sepa dibujar con carboncillo o hacer un video; hay que formar artistas que sean capaces de hacer cualquier cosa que el como artista sienta la necesidad de hacer”.
Pero esto es como una carrera de larga distancia, dijo, “es como un proceso de decantación donde pueden salir muchos pintores de una escuela pero después la misma vida, la trayectoria los va decantando y van quedando solamente los que son valiosos. Hay que tener mucho cuidado, pulir mucho la educación artística, conseguir ese oficio y principalmente levantarse temprano y acostarse tarde por estar pintando”, recomendó.
Luis Miguel Valdés, quien fundó en el 2000 el taller de gráfica La siempre Habana, en México, y que lo mismo colabora con gente de la talla de Vicente Rojo o con jóvenes creedores, recordó por otro lado que esta es la segunda oportunidad que recibe para mostrar su trabajo en la entidad; “hace unos cuatro o cinco años realicé una exposición de mi taller de gráfica patrocinada por las autoridades en un hotel”.
No obstante, aplaudió la posibilidad de mostrar en esta ocasión gran parte de su pintura y entre esa muestra y a destacar, La larga marcha de la humanidad, un acrílico sobre tela que recibe al visitante con sus fondos rojos y siluetas negras, sombras humanas, dispuestas en espiral plasmadas a la manera de las vanguardias pictóricas del siglo XX.
Del mismo modo obras como De frente al mar, Habanera tú, o La danza I, que son algunas de las piezas que componen el resto de la exposición La Habana infinita, de Luis Miguel Valdés, y que estará de manera indefinida en el centro comercial de La Isla.

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