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Fue torturado en Acapulco y en Tepic nunca tuvo atención médica, denuncia Suástegui

* Bajó 30 kilos de peso, dice el vocero del Cecop a dos días de su regreso a un penal de Guerrero

* Amnistía Internacional México demanda al Estado que garantice su integridad

Fue torturado en Acapulco y en Tepic nunca tuvo atención médica, denuncia Suástegui

Bajó 30 kilos de peso, dice el vocero del Cecop a dos días de su regreso a un penal de Guerrero. Los policías ministeriales lo lesionaron a golpes y patadas y le machacaron a pisotones con botas los pies y le arrancaron tres uñas. Fue una venganza de Aguirre porque lo llamó “asesino y ladrón”, afirma y concluye que el tiempo le dio la razón

Maribel Gutiérrez

A dos días de su regreso a Guerrero, el vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui Muñoz, habla del origen del deteriorado estado físico. Dice que es resultado de nueve meses encerrado en el penal de máxima seguridad de Tepic, y  de las torturas a que fue sometido el día en que fue arrestado en Acapulco, el 17 de junio de 2014.
Sin atención médica en estos nueve meses y medio, y a veces sin comer ni tomar agua en la cárcel de Tepic, su mal estado es notable, según lo demostraron las fotografías que se publicaron a su llegada al penal de La Unión el martes. Bajó 30 kilos; de 90 que pesaba cuando fue detenido, ahora pesa 60.
Camina con dificultad, sus principales dolores están en la comuna vertebral, en la rodilla y en los pies. Los policías ministeriales de Guerrero lo lesionaron a golpes y patadas y le machacaron a pisotones con botas los pies y le arrancaron tres uñas.
En plática por teléfono, Suástegui afirma que su situación es resultado de una venganza del entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero, que ordenó que lo arrestaran y torturaran, y que lo llevaran fuera de Guerrero, al penal federal de Tepic, donde tuvo un trato especialmente cruel, más que a los demás presos, denuncia ahora.
Marco Antonio Suástegui ubica el motivo de esa venganza en la entrada de Aguirre a Cacahuatepec, el 4 de diciembre de 2013, cuando opositores a La Parota que él encabezó, cercaron la camioneta en la que llegó el gobernador, con comitiva e invitados especiales y el presidente municipal de Acapulco Luis Walton, para entregar ayuda a damnificados por la tormenta tropical Manuel.
Suástegui lo llamó traidor, porque el 16 de agosto de 2012 Aguirre suscribió los Acuerdos de Cacahuatepec en contra de la presa La Parota, y se comprometió a gestionar una audiencia con el presidente de la República para plantearle la demanda de la cancelación definitiva del proyecto hidroeléctrico.
Aguirre no cumplió ese compromiso, y Suástegui le reclamó que lejos de ello, su gobierno tenía más órdenes de aprehensión contra opositores a La Parota. Y delante de sus invitados le dijo: “¿Me quieres llevar detenido, o me quieres mandar a matar también?”.
La expresión de Suástegui habría causado la reacción de Aguirre en contra de él, y en el fondo, afirma el vocero del Cecop que con su encarcelamiento el gobierno buscaba desarticular al Cecop para imponer la hidroeléctrica.

Agentes ministeriales en la tortura

Suástegui afirma que le causaron las lesiones que ahora padece en la agencia central del Ministerio Público de Acapulco, cerca de la avenida Cuauthémoc, la más conocida en el puerto, a la que le llaman “la Coca”, porque está localizada atrás de una bodega de refrescos Coca Cola.
“En el MP de la Coca me golpearon en la columna vertebral, tengo dañadas las vértebras lumbares, la rodilla derecha, el tobillo y me arrancaron tres uñas, dos del pie derecho y una del pie izquierdo. Fue a manera de tortura, había consigna, órdenes de causarme daño.
“El 17 de junio en la mañana yo iba en mi coche, un Sentra gris. Me di cuenta de que me estaban siguiendo hombres armados sin identificación en una camioneta, yo vi tres o cuatro, pero creo que había más. Me cerraron el paso, y me dijeron que me bajara, yo no me quería bajar porque pensaba que era un levantón porque no se identificaron. Entonces me abrieron la puerta del carro y me bajaron a fuerza, y me sacan, uno me dijo que yo ya sabía lo que había hecho. Me esposaron, me quitaron la camisa, me taparon la cara con mi camisa, y me llevan con rumbo desconocido.
En el camino me dijeron ‘eso te pasa por andar faltando el respeto al gobernador’. Y el que parecía el jefe hace una llamada por teléfono y dijo : ‘jefe, qué hacemos, le damos pa’abajo?’ Yo pensé que me iban a matar.
“Después me golpeaban y me dijeron que eso me pasaba por andarle faltando el respeto al gobernador y por haberle robado a Marín”.
Se referían al empresario Humberto Marín Molina, dueño de la gravillera Kimbar que explota material pétreo del río Papagayo en Cacahuatepec, y que presentó la denuncia contra Suástegui y otros comuneros de Cacahuatepec por el delito de robo agravado, que es lo que impide que obtenga su libertad.
Desde que lo llevaban detenido en la camioneta el 17 de junio Suástegui fue golpeado. “Yo le decía, no me golpees, ya me llevas esposado y amordazado.
“Me llevaron a la Coca, me metieron a un lugar, debajo de un escritorio, ahí me estuvieron golpeando, uno que parecía el comandante me llamó ‘indio rebelde, a ver si aquí te vas a componer’. Me tenían esposado, y me golpeaban en la columna y en las rodillas.
“En la oficina donde me tenían había algunas mujeres, que de ver lo que me estaban haciendo se salieron, pero se quedó una mujer, que estuvo tomando video de todo lo que me hacían. Yo quisiera que presentaran ese video.
“Al comandante de los ministeriales le dije que fuera hombre y que me diera la cara. Entonces le escupí a la cara dos veces, y él me golpeó con un arma larga en la espalda, me lastimó la columna, y llegaron otros policías con botas y me golpearon en la rodilla derecha y en el tobillo izquierdo. Yo ya estaba descalzo, y me pisotean muchas veces con botas en los pies, y me volaron tres uñas, dos del pie derecho y una del izquierdo.
“Me sacaron de la Coca y me llevaron al reclusorio de Acapulco. Pedí que me viera un médico. Me tuvieron una hora en el Cereso de Acapulco, después me metieron a una camioneta y me pusieron un grillete, ahí me tuvieron dos horas dentro de la camioneta en el rayo del sol, no me dieron agua. Después, otras seis horas en la misma camioneta, hasta que me dejaron en el penal de La Unión en la noche, y al día siguiente a Tepic”.
–¿Tú señalas al entonces gobernador Ángel Aguirre como responsable de la tortura?
–Estoy seguro de que es un venganza del gobernador Aguirre, le dolió que yo lo llamara asesino y ratero. El tiempo me dio la razón, porque él es responsable de la muerte y la desaparición de los estudiantes y de otros luchadores sociales, y él le robó a Guerrero, como se ha demostrado.
“Mi regreso a Guerrero ha sido un acto de justicia, y falta mi libertad porque yo no cometí ningún delito, quien debe estar en la cárcel es Ángel Aguirre Rivero y el empresario Marín. Pido que los investiguen por los delitos que cometieron, que se investigue a Marín, que allá todos saben se dedica al narcotráfico y al trasporte de armas.
–¿Ya conseguiste atención médica?
–Todavía no tengo atención médica, aquí se han portado bien, el director es una persona buena, la gente habla bien de él.
“A raíz del cambio de gobierno (se refiere a la salida de Aguirre tras la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa) espero que las cosas cambien, que no tenga aquí (en la cárcel de La Unión) trato cruel como en Nayarit. Allá, en nueve meses bajé 30 kilos, pesaba 90 y ahora peso 60. En Nayarit a veces no me daban comida, ni agua, se me prohibían las visitas. Había consigna contra mí, había hostigamiento directo hacia mí. Me tenían bien señalado, a todos los presos los llaman por su número de expediente, y a mí me llamaban por mi nombre o mi apellido,  señal de que iba recomendado, y de que en lo que me hicieron hay órdenes del gobierno federal y del gobierno de Guerrero.
“Yo no he cometido delito, el gobernador Ángel Aguirre y el alcalde Luis Walton se reunieron para desarticular al Cecop, por eso me detuvieron.
“Tratan de destruir al Cecop para hacer la presa La Parota y tratan de destruir a la naciente Policía Comunitaria de Cacahuatepec.
“Ahora tengo confianza en el gobierno de que se haga justicia para obtener mi libertad. En la cárcel deben estar Ángel Aguirre y los funcionarios de su grupo, Ernesto Aguirre, Humberto Salgado y el empresario Marín, que lava dinero, envicia a la gente, mete armas, y ha comprado terrenos en Cacahuatepec para que puedan entrar los que quieren hacer la presa, porque lo que buscan es la construcción de la presa, aunque legalmente están impedidos para entrar.
“Pero el movimiento contra la presa ha madurado, y se está viendo, con dirigente o sin dirigente, con vocero o sin vocero, el Cecop está puesto en la lucha”.
–¿Te arrepentiste de lo que le dijiste a Aguirre?
–No me arrepiento de lo que le dije a Ángel Aguirre porque es la verdad. Yo sabía que me quería matar, el 27 de febrero de 2014 quisieron darme un levantón, cuando entraron con la Marina para llevarme.
“Yo puse una denuncia en la Codehum, y no hizo nada, no defendió mis derechos, la Codehum con el presidente que tiene, Ramón Navarrete, sólo está al servicio del gobernador, no sirve de nada en la defesa de los derechos humanos.
“Yo quiero agradecer a los abogados de Tlachinollan (sus defensores), mi confianza está depositada en ellos. Yo nunca he dudado de Tlachinollan y mi confianza sigue depositada en ellos.
“No me arrepiento de haberle dicho a Aguirre asesino y ladrón porque eso es, porque el tiempo me dio la razón.
“Ellos son los que tienen que estar tras las rejas. Yo sabía que Aguirre se iba a vengar de mí. Ese día se lo dije, y me dijo ‘nadie te quiere como yo’, y me dio una palmadita en la espalda”.

Pide AI México que el Estado garantice la integridad del vocero del Cecop

Karina Contreras

Amnistía Internacional México dijo que es necesario que el Estado mexicano garantice la integridad física, síquica y moral del vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa la Parota (Cecop), Marco Antonio Suástegui Muñoz, y su acceso a una defensa adecuada, luego de los “malos tratos y violaciones al debido proceso a los que ha sido sujeto”.
En un boletín de prensa, el director  ejecutivo de Amnistía Internacional México, Perseo Quiroz, demandó que se garantice la integridad del dirigente de los comuneros opositores a La Parota.
Añade en el boletín que Suástegui Muñoz fue víctima de malos tratos y amenazas después de ser detenido en Acapulco el 17 de junio de 2014 y que ese mismo día fue trasladado a la prisión federal en Nayarit, sin poder comunicarse con su abogado defensor. Amnistía Internacional –dice el director ejecutivo– está “preocupada por que el proceso penal en contra de Suástegui Muñoz por despojo agravado y tentativa de homicidio” y que esos señalamientos respondan a motivos políticos.
Amnistía Internacional insta –dice el boletín– al gobierno de Guerrero –que encabeza Rogelio Ortega– “para garantizar la seguridad de Marco Antonio Suástegui Muñoz en el penal de la Unión” y considera que el vocero ha sido víctima de violaciones a los derechos humanos durante el procesamiento en su contra. Por lo anterior, la organización exige una “protección efectiva por parte de las autoridades correspondientes, incluida la garantía de acceso a asistencia letrada, atención médica y al contacto con su familia”.
Agrega el boletín que Amnistía Internacional ha seguido el caso de los líderes comunitarios del Cecop por más de una década, y en múltiples ocasiones ha expresado su preocupación sobre las amenazas, agresiones, detenciones arbitrarias y actos de violencia que han recibido.

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