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Se quejan restauranteros de Pie de la Cuesta de ambulantes y falta de alumbrado

*Desde hace más de dos meses no se han reparado las luminarias en la playa, lo que obliga a los turistas a abandonar el sitio después de la puesta del sol, señalan

Karla Galarce Sosa

El escenario de la puesta de sol en Pie de la Cuesta, no es el único atractivo para los visitantes, quienes llegan después de la 1 de la tarde para degustar mariscos, pescados y sopes hechos sobre comales de barro calentados con leña.
Los bosques de manglar de la laguna de Coyuca, son otro atractivo para los visitantes, quienes acuden a los restaurantes construidos muy cerca de la rivera del cuerpo lagunar, donde se disfruta del apacible movimiento del agua, que contrasta con la vorágine del mar embravecido.
Las familias llegan a los restaurantes de la laguna desde temprano, sin embargo, comentó la señora Marquina Zequeida Angelito, líder de la Unión de Restauranteros de Playa Pie de la Cuesta, llevan consigo hieleras con bebidas, botanas y hasta alimentos preparados, lo que ha disminuido sus ventas considerablemente.
“Lo que la gente busca de este lado es la tranquilidad de la laguna, porque después de que están en el mar corren de este lado y más ahora que el mar está embravecido”, comentó la empresaria.
En el lugar se observaba el tránsito náutico, embarcaciones repletas de turistas que habían pagado de 60 a 120 pesos por persona para disfrutar de un paseo hasta la Isla de los Pájaros, o para esquiar en algún yate.
El movimiento que el paso de las embarcaciones producía en el agua generaba en la orilla de la laguna, frente al restaurante Ana María, pequeñas olas de unos 20 centímetros de altura. En esa área, había una familia de visitantes que pedirían comida después de las 3 de la tarde, pues disfrutaban del agua y los 31 grados centígrados de temperatura dentro del agua, jugando con una pelota.
Mientras que del lado del mar, los meseros comentaron que tenían la consigna, por acuerdo entre restauranteros, de no cobrar la sombra, las sillas o las mesas a donde llegaban los turistas, aunque debían consumir para quedarse en la palapa cercana a la playa.
Ayer después del mediodía se observó gran movimiento de personas dentro y fuera de los pequeños hoteles asentados cerca de la zona federal, pues los visitantes se disponían a disfrutar del sol en los camastros, en las sillas o en las tradicionales hamacas.
Los propietarios de los restaurantes y hospederías coincidieron en que ésta no ha sido la mejor temporada vacacional, pues además de la llegada de turistas, comenzó a llegar gran cantidad de vendedores informales que ofrecen alimentos de todo tipo y merman con ello sus ventas.
“Una persona que compra un mango ya deja de comer unos sopes, o de tomar un caldo cuando comen un ceviche de las señoras que pasan”, expresó la señora Marquina Zequeida.
Por separado, la líder de la Unión de Propietarios de Negocios de la Zona Turística de Pie de la Cuesta, Nelly Cienfuegos, se quejó porque a pesar del llamado a las autoridades, desde hace más de dos meses no se han reparado las luminarias en la playa, lo que obliga a los turistas a abandonar el sitio después de la puesta del sol.
“Hemos hecho las peticiones al ayuntamiento, pero no han respondido, y si algún turista se quiere quedar no lo hace porque temen de ser asaltados, no hay iluminación desde hace dos meses”, expresó.

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