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Plasma Julio Ocaña en una novela su homenaje a las mujeres y hombres del café

*Presenta su obra Flor de café ante unas 100 personas el sábado en la Plaza Las Fuentes en Atoyac

Francisco Magaña

Atoyac

Como un libro exquisito fue calificado la novela del escritor Julio Ocaña Flor de café, presentada el sábado en la Plazas Las Fuentes de la ciudad de Atoyac.
Al acto acudieron más de 100 personas. La presentación del libro fue hecha por el escritor Felipe Fierro Santiago, los productores de café y articulistas de medios locales Arturo García Jiménez y Héctor Rebolledo, así como la estudiante del Centro de Bachilleratos Tecnológicos Industriales y de Servicios 216 y fundadora de una sociedad protectora de perros en la ciudad, Jacqueline Obed Mendoza.
Flor de café es la segunda novela del escritor radicado en Toluca pero con raíces atoyaquenses.
Dijo el autor que escribió la novela por una necesidad personal, que “es un homenaje a los hombres y mujeres del café, que viven y gozan, que sufren y mueren en el drama de una taza del aromático estimulante que hay sobre la faz de la tierra, que es el café”.
Definió que hoy México no es justo y no es humano, que el reparto nacional del campo no es ético ni admisible; mucho menos justificable es la nada sin infraestructura, nutrición, salud, arte y educación. “El gobierno mexicano piensa que la modernidad no pasa por el campo, donde sus frutos son abandono, miseria y muerte; por ello lo conocemos”, dijo.
El presentador Arturo García Jiménez, destacó la fuerza y mensaje de amor que la protagonista de la novela, Dolores Bravo Galeana, expresa.
Destacó que se conjugan magistralmente en la obra la guerra sucia, la tala de bosques y el narcotráfico.
Por su parte, Héctor Rebolledo citó que la novela ayuda a hacer volar la imaginación en medio de una historia de amor, ante la impunidad e injusticia.
El escritor Felipe Fierro refirió que Julio Ocaña en Flor de Café, “desnuda su pasión por estas tierras costeñas, es una novela donde entremezcla pueblos de la sierra con vivencias y costumbre de los serranos, con la vida de Dolores Bravo entre árboles reyes, cafetales y aire cálido del mar que dan un micro clima de sensualidad”.
Por su parte la estudiante Jacqueline Obed refirió que la novela es un “canto divino del despertar del ser, en la bella sierra de la costa con la historia de lo eterno femenino que enaltece en una tierra mágica con el elixir de nuestras mañanas”.

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