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Muestran Los malparidos el consumismo y desenfreno que compensan el amor, la ambición y los excesos

Óscar Ricardo Muñoz Cano

La insatisfacción por la vida, la soledad, la ambición, el amor o los excesos son los ejes por los que gira la obra Los malparidos, que se presentó la noche del jueves en el aula Luis Zapata, del Centro Cultural Domingo Soler, ante unas sesenta personas y con lo que continuó la temporada de este año del programa Acá Teatro, luego del estreno de La historia ridícula del oso polar que se quedó encerrado en el baño de un restaurante en marzo.
Los malparidos, escrita por Daniel Gutiérrez y representada por el colectivo Epifanía teatro, además dio cuenta de cómo estas actitudes son compensadas con el consumismo y desenfreno, tal y como en la vida real, y donde la búsqueda de la libertad bien puede estar al interior de un centro comercial, a donde ocurrirá un atentado con bomba.
Con pequeñas escenas entrelazadas, el público asistió a las historias de El Hombre con el Oso de Peluche (Ilian Blanco), un empleado de una fábrica que trata de afrontar un propio conflicto existencial y que está resuelto a acabar con los males que, según él, aquejan a la sociedad moderna con la destrucción de un centro comercial que es propiedad de El Hombre Quemado (Leonardo Cuesta), un empresario sin escrúpulos, cuyo lema en la vida es ganar-ganar, perder no es una opción.
Así también, a la de La Mujer que lloraba amargamente (Alet Rojas), una joven pero experta prostituta hastiada de su vida y que terminó enamorándose de un cliente; o a la de La Mujer arrepentida (Noelia Agüero), quien bajo el yugo de su marido encuentra en un joven amante los deseos por seguir viviendo no sin antes, vengarse por su vida pasada.
A este grupo de malogrados seres se les suma El Hombre del precipicio (Edgardo Flores), un joven paria que un día despierta y cree que es la reencarnación de Jesucristo.
Con diálogos que nos recuerdan el día a día en dentro de un contexto que vive la sociedad actual, un ambiente opresivo creado con un juego de luces y con la escenografía justa, el trabajo actoral del grupo condujo a los espectadores, desde el origen de los conflictos de los personajes hasta la resolución de los mismos, en medio de una caterva de deseos, donde se involucró al público, pero que no lograron evitar su perdición.
Al grupo de actores lo acompañó la joven actriz Paola Gudiño con diversas intervenciones especiales.
Los malparidos, obra que integra de la cartelera Acá Teatro, de la Dirección de Cultura municipal, se presentará los jueves 16, 23 y 30 de abril en el Centro Cultural Domingo Soler.

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