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Rescata barco panameño a tres pescadores de Petacalco luego de seis días a la deriva

*José Manuel Gómez Gómez, Ángel Pineda Pérez y Martín Campos Albarrán fueron entregados a la Semar y desembarcaron en Acapulco ayer por la mañana, informó el capitán de Puerto, Miguel Ángel Martínez Hernández

Karla Galarce Sosa

Luego de seis días a la deriva, tres pescadores originarios de Petacalco fueron rescatados con vida por los tripulantes de un barco panameño, los entregaron a empleados de la Secretaría de Marina (Semar) y desembarcaron en Acapulco ayer por la mañana, informó el capitán de Puerto, Miguel Ángel Martínez Hernández.
José Manuel Gómez Gómez, Ángel Pineda Pérez y Martín Campos Albarrán pertenecen a la cooperativa Rivereña Océano Pacífico. Zarparon el domingo 5 de abril para pescar tiburón a bordo de una embarcación tipo Nava, de 27 pies de longitud y color gris.
Mi Barquito, nombre de la embarcación, tuvo una falla mecánica el mismo día que zarpó y dejó a la deriva a los pescadores, detalla un reporte difundido por la Semar, en el que se indica las condiciones en las que fueron hallados los náufragos.
En entrevista con El Sur en las instalaciones del Centro de Atención y Protección al Turista de Acapulco (CAPTA), donde recibieron terapia sicológica de empleados de Protección Civil (PC) Estatal luego de que fueron dados de alta del Hospital General Acapulco, los pescadores compartieron de manera sucinta cómo racionaban la comida y las bebidas, qué les angustió más durante los días que estuvieron a la deriva, y cómo mantuvieron la esperanza de que serían rescatados con vida de la odisea por la que atravesaron y que los mantuvo en vilo durante ese tiempo.
Habían planeado pescar sólo dos días y el tiempo que estuvieron fuera de sus hogares se prolongó, aunque la ausencia pasó casi inadvertida por sus familias, pues no se tuvo reporte de extravío de pescadores, puntualizó el capitán Martínez Hernández.
Llegaron al lugar donde pescaban, tiraron la cimbra, pero el motor falló y no pudieron volver porque los engranes del pie, como comúnmente llaman a la base que sostiene la propela, se quebraron.
José Manuel Gómez Gómez tiene 52 años de edad, y fue diagnosticado con crisis hipertensiva: “220/160, se le aplicó un medicamente sublingual para normalizar su presión y oxígeno, fue dado de alta una hora después”, indica el reporte oficial sobre la salud del mayor de los tres pescadores y presidente de la cooperativa a la que pertenecen.
Manuel Gómez dijo que toda su vida se ha dedicado a la pesca.
–¿De qué hablaban cuando estuvieron a la deriva esos días?
–De muchas cosas. (Silencio)
–¿En qué pensaba?
–En mi madre.
Su voz se le quebró y limpió sus lágrimas con el cuello de su playera a rayas. Después que habló sobre su madre, la señora Adulfa Gómez, comentó que se hallaba enferma, y de saber la noticia del extravío “no lo hubiera aguantado” pues ella sabía que su hijo seguía pescando.
Comentó que trabajaba como albañil pero no le alcanzaba para mantener a su familia, de ahí que buscara un mejor ingreso en la pesca rivereña.
Explicó que se ayudan de los programas de la federación para mejorar sus equipos, tener materiales para trabajar, pero “hay que saber trabajar” porque si piden dinero y lo gastan, no se consigue dinero por segunda ocasión.
“Así, aguantamos con la falla del motor”, narró.
Tendieron la cimbra pero ya no pudieron volver a donde la dejaron.
Al tercer día de que estuvieron a la deriva, él perdió la fe porque la corriente los condujo hacia el sur, “para adentro del mar, pa’ dentro, pa’ dentro, nada pa’ tierra”.
El conocimiento del mar y la esperanza de que su embarcación fuera empujada por la que llega a Acapulco se habían esfumado.
“Yo había perdido la fe de que íbamos a salir”, confesó.
Martin Campos Albarrán tiene 48 años y a él le diagnosticaron una deshidratación leve, únicamente tuvo una valoración y como sus otros dos compañeros fue dado de alta. Aunque con una sonrisa forzada, el señor Campos, de mirada dispersa, contó que fue una experiencia desagradable, pero reconoció que fue propiciada por una negligencia que ellos mismos permitieron.
Como el presidente de la cooperativa, toda la vida se ha dedicado a la pesca.
Comentó que sus hermanos le platicaron que a pesar de los temporales los pescadores salían a capturar tiburones, pero regresaban. Ahora, cuando reciben la alerta de las autoridades, evitan salir.
Los seis días que estuvieron a la deriva pudieron evitarlos, expresó, si hubieran reparado la falla mecánica que había registrado el motor. Él explicó que se terminaron las galletas, los electrolitos y las latas de sardinas porque comían una cada día, siempre con la incertidumbre de que nadie los hallaría.
“Pensábamos en comer tortuga, aunque eso está prohibido”, dijo.
El más joven, Ángel Pineda Pérez tiene 27 años de edad, y a él también se le diagnosticó deshidratación leve.
Ángel tiene apenas 10 años pescando y se dedica a ese oficio porque no encontró otro modo de vivir.
“Eso no se lo deseo a nadie, se siente feo andar a la deriva sin ver nada de tierra y a lo que Dios diga (…) No pudimos acercarnos a la línea que teníamos tendida, y el mar nos fue sacando, comenzamos a tirar hieleras, todo para poder salir a la orilla”, recordó, pero las corrientes continuaban arrastrándolos mar adentro.
Unieron cobijas, sábanas, zarapes y cuerdas para armar una vela para que una corriente de aire los empujara hacia tierra, pero el viento que los arrastraba mar adentro era más fuerte.
También ocuparon un contrapeso con garrafas de combustible, agua y hieleras, pero tampoco fue suficiente.
Él siempre habló de luchar para mantenerse con vida, hablaba también de no perder la fe.
Para los tres pescadores la lección que les deja un descuido, es no cometer el mismo error e irse “a lo mexicano”, pues se debe estar preparado para salir a la pesca, un oficio muy riesgoso que podría dejar en indefensión a sus familias.
En el reporte de la Capitanía de Puerto se informa que la embarcación Mi barquito quedó en el lugar donde fueron rescatados por el barco internacional.
A las 7:15 de la mañana se tuvo en el Centro de Coordinación (Cecor) dependiente de la Secretaría de Protección Civil, por parte del Sector de Búsqueda y rescate de la Octava Región Naval Militar, que “un barco mercantil con el nombre Nyk Leo de bandera de la República de Panamá, reportó vía radio banda marina que en aguas internacionales al sureste del puerto Acapulco, localizó una embarcación a la deriva, a bordo se encontraban tres pescadores”.
Fueron rescatados y entregarlos a la Secretaría de Marina Armada de México a 110 millas náuticas del Puerto de Acapulco. El traslado se realizó en la embarcación Defender BR011, de la Octava Región Naval de Acapulco, para trasladar a los tres pescadores al malecón.
De allí fueron enviados en ambulancia al Hospital General de Acapulco, de donde fueron dados de alta y enviados de nueva cuenta en ambulancia de Protección Civil Estatal al Centro de Atención y Protección al Turista de Acapulco (CAPTA) donde sicólogos de esta Secretaría les proporcionan asistencia para que, al concluir la terapia y la entrevista con este medio, vayan de regreso a Petacalco.

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