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Se mantiene Game of thrones porque no trata al espectador como idiota, dice actor

*La superproducción en su quinta temporada regresa esta noche a la televisión por cable

Agencia Reforma

Londres

El éxito no cambia a Game of thrones, y si alguien piensa que en su quinta temporada la serie de fantasía épica y ajedrez político comenzará a ser complaciente, se equivoca.
Kit Harington, quien interpreta al bastardo Jon Snow, es tajante al asegurar que la superproducción, que regresa esta noche a la televisión por cable y algunos tachan de complicada y enredada, no trata al espectador como idiota.
“Creo que la gente sigue Game of thrones por su complejidad, porque no trata a la gente como idiotas, como muchas series lo han hecho antes. Ésta es una de las series que creen que la audiencia puede descifrarla como si leyera un libro complejo”, dice el actor en entrevista.
Tras una cuarta temporada que rompió récords de espectadores en HBO (8.5 millones por noche en promedio) y dejó en shock al público con giros dramáticos marca de la casa, la quinta será explosiva, dice por su parte Emilia Clarke, intérprete de Daenerys Targaryen, la Madre de Dragones.
“Hay una gran historia con Daenerys. Probablemente es su temporada más importante desde la uno. Se va a enfrentar a muchísimos retos y en este punto echa de menos a un buen consejero”, considera.
“También será una temporada de dragones. Aunque no los pueda controlar, ellos le dan poder”.
En Westeros, la lucha por el Trono de Hierro ofrece más dudas que certezas.
King’s Landing es un desastre luego del asesinato de Tywin Lannister (Charles Dance) a manos de su hijo, el enano Tyrion (Peter Dinklage), quien huye en busca de una alianza con Daenerys.
Más allá del mar, ella, en Meereen, añora a su consejero Jorah Mormont (Iain Glen), espía del enemigo, y ve cómo su poder se tambalea.
En el Muro, Jon Snow, líder de una diezmada Night’s Watch, debe convivir y tolerar a Stannis Baratheon (Stephen Dillane), quien clama ser rey legítimo de Westerks y repelió una invasión de salvajes.
Sin embargo, otro ataque, más peligroso, se gesta: el inmenso ejército de White Walkers, casi invencibles, sigue marchando hacia el sur.
Arya Stark (Maisie Williams), mientras tanto, llegará a Braavos para convertirse en asesina, mientras que Sansa Stark (Sophie Turner) abandona la ingenuidad y se hace cómplice en la conspiración de Little Finger (Aidan Gillen) para dominar Eagle Nest.
“Ahora ella no sólo es una pieza del juego sino una jugadora más. Pero aún tiene moral y hace cosas buenas. No creo que se convierta en una malvada como Cersei”, dice Sophie.
Para esta temporada, a las ya clásicas locaciones en Croacia e Islandia se sumó España, que la producción hizo pasar como Sunspear, hogar de los Martell, familia que se presenta de lleno tras la muerte de Oberyn Martell (Pedro Pascal).
“Los Martell odian a los Lannister. Doran, mi personaje, es la cabeza de la familia. Como toda su familia, quiere venganza, pero cree que aún no es el momento de actuar”, explica el actor Alexander Siddig.
A estos arcos narrativos, habrá que sumarle la ya tradición de la muerte de personajes inesperados, ahora en un nuevo nivel, pues la serie se alejará cada vez más de su fuente original: las novelas de George RR Martin.
“Creo que ya dejamos muy en claro que los personajes más queridos pueden morir. No se trata de que Daenerys sea una de las más queridas y por eso sea invencible. No hay nadie a salvo”, concluye Daenerys.

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