Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Abelardo Martín M.

Los perros en la carnicería

Concluyó satisfactoriamente para los prestadores de servicios turísticos la Semana Santa, temporada que representa uno de los dos periodos de mayor afluencia de visitantes a Guerrero, especialmente a Acapulco y a Ixtapa Zihuatanejo. El saldo reportado es blanco, esto es que se respetaron la tregua y a los turistas, y el conflicto se mantuvo en otras zonas. Es decir, se vivió exactamente en las mismas condiciones de los últimos tiempos, en donde pareciera que no pasa nada, aunque sigue ocurriendo todo. La crisis política aumenta con sus inevitables consecuencias en la economía y en la sociedad. Esta última es la que debe pagar los costos más altos de una clase gobernante ineficiente, costosa y soberbia.
Así, Guerrero se ha convertido en centro de atención especial en las elecciones federales de 2015, debido a que hay grupos a quienes algunos califican como “radicales” que piden la cancelación de los comicios, o bien posponerlos. La discusión pudiera resultar ociosa, no lo es en tanto que es causa y efecto de un largo, pero consistente, proceso de descomposición política, económica y social que vive el estado en los últimos lustros.
Sólo que el momento en el que ocurre esta posibilidad lleva a recordar la anécdota del perro en la carnicería, que nada más ve y se debe conformar con lamerse los bigotes. Como a esos canes, casi siempre callejeros que deben conformarse con ver lo que se vende en la carnicería, a los guerrerenses no se les puede condenar a vivir en esa condición. En las últimas semanas, los medios de comunicación social, especialmente radio y televisión, repiten de día, de noche, y hasta la saturación de la audiencia, spots de los partidos políticos y del ahora llamado Instituto Nacional Electoral (idéntico al anterior, sólo que más caro y burocratizado), respecto a las elecciones intermedias, es decir en las que se elige al Congreso federal, así como en los estados en los que habrá elección de congresos locales o para elegir gobernador, como es el caso de esta entidad.
De acuerdo con una encuesta nacional del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), el 33 por ciento de los mexicanos consideran que no se realizará la elección del próximo 7 de junio en Guerrero. De los encuestados, una tercera parte decía que no habrá elecciones en Guerrero, contra un 54 por ciento que considera que sí se realizarán los comicios en la entidad; mientras que 10 por ciento confesó que no sabe si tendrán lugar o no.
Es más, según esta encuesta, 54 de cada 100 mexicanos apuestan por el sí a la celebración de elecciones en Guerrero. El pasado 6 de abril, un equipo especial de GCE entrevistó telefónicamente a 600 personas, de las cuales sólo el 1 por ciento no respondió. En este horizonte, los encuestadores preguntaron a los encuestados si creen que los comicios del 7 de junio se llevarán a cabo con normalidad o habrá problemas: 44 por ciento de los mexicanos respondió que pueden darse en medio de dificultades, en tanto que 40 por ciento tiene idea que no habrá problema, 3 por ciento de la gente siente que todo depende de cada estado y 5 por ciento que en algunos será normal y en otros se darán alteraciones.
A finales de enero, el GCE levantó una encuesta en la que pidió a los guerrerenses y al resto de los mexicanos su opinión sobre la celebración de las elecciones intermedias, en las que Guerrero elegirá también gobernador. Entonces 65 de cada cien guerrerenses esperaban que los comicios se celebrarían, frente a 25 que pensaban que las urnas no se instalarían. En este escenario, 5 por ciento no sabía lo que pasaría y el resto no respondieron. En el resto de México, 35 de cada ciento de entrevistados por el GCE señalaron que no habría elecciones, 59 dijeron que sí se celebrarían en Guerrero, mientras que el resto se repartió entre el “no sé” y el silencio. Es cierto que entre una y otra encuesta bajó el porcentaje de quienes creen que las elecciones se efectuarán, así como el de quienes piensan que no habrá. Esto porque se elevó la cantidad de gente que no sabe qué pasará.
En este contexto, en su encuesta de abril, el GCE preguntó a la gente su intención de acudir a las urnas en México el 7 de junio y la abstención parece que se mantendrá en los niveles históricos: 36 por ciento de los mexicanos espera que haya muchos abstencionistas, 27 por ciento que habrá algo y 24 por ciento espera poca. Sólo 5 por ciento cree que toda la gente votará, y un alto porcentaje comparativo de 4 por ciento no sabe cuánta gente votará, en tanto que 1 por ciento guardó en silencio su opinión.
Distintos políticos de todos colores han dicho que las opiniones de cancelar las elecciones en el estado son “respetables”, aunque muy pocos se atreven a decir que el problema de fondo no es si hay o no proceso electoral, sino que lo verdaderamente grave es mantener a la población secuestrada en la pobreza, la marginación, la falta de educación, de salud y en el retraso más ofensivo. Candidatos y partidos políticos parecen no ver la realidad, están en plena campaña, repitiendo los actos de un modelo aprendido y desgastado, pero no hay otro… Muchos spots, mucha superficie y nada de profundidad.
Esta es la verdadera tragedia. Los ciudadanos, mientras tanto, como los perros en la carnicería: lamiéndose los bigotes.

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