Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

La sociedad civil debe participar en las decisiones sobre el patrimonio urbano, coinciden especialistas

Óscar Ricardo Muñoz Cano y Juan Carlos Moctezuma R.

Un poco de historia

JCM: Nunca imaginamos la reacción de la sociedad acapulqueña a la remodelación de la glorieta de La Diana Cazadora… ¿Cómo explicarlo?
VHJ: Cuando me piden de favor que como Instituto Nacional de Antropología e Historia la pudiéramos resguardar en el Fuerte de San Diego, les ofrecimos que de manera oficial se pidiera restaurarla para que no se cometieran los errores como los de El Caballito (de la ciudad de México). Incluso, yo le propuse al ayuntamiento y a la Sefotur que por qué no hacíamos una exposición temporal y que la gente pudiera tocar y acercarse a ella… Finalmente no se dio porque la pidieron para montarla de manera temporal sobre la estructura.
“Al mismo tiempo, empecé a investigar sobre La Diana, sobre lo que es, sobre la modelo Elvia Martínez Verdayes que luego fue esposa de Jorge Díaz Serrano (director de Pemex en los 70), que se casaron en el reclusorio y que pasaron la luna de miel aquí en Acapulco… todo ese mito, esa leyenda, el monumento fue diseñado para un movimiento político y social de entonces, en los 40, y fue diseñado por el arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Juan Fernando Olaguíbel en un espacio determinado y (Manuel) Ávila Camacho, el presidente que la manda a hacer para embellecer las glorietas de la ciudad quiere tener un concepto más nacionalista; Diana, según la mitología, es una cazadora de animales y seres extraños, pero quiso darle un contexto nacional: sería la flechadora de las estrellas del norte”.
“Cuando en 1949 (el nuevo presidente) Miguel Alemán se trae una copia a Acapulco, el contexto es otro; por ejemplo, inmediatamente después de que se inaugura la escultura en México se crea la Liga de la Decencia por la propia esposa del presidente y la manda a vestir (a La Diana) y la daña; es hasta 1968 que el mismo escultor pide al presidente que la descubra.
“Ahora, con la nueva posición de La Diana, si gusta o no gusta, obedece a otro tipo de cambios, otro contexto, lo único que puedo opinar es que debe tener una congruencia; originalmente La Diana estaba orientada hacia el mar pero si es la cazadora de las estrellas del norte sugerí que apuntará hacia el norte, hacia Farallón y que no recibiera al turista de nachas… Y se justifica la posición.

Un proyecto que alejara a La Diana de manifestaciones deportivas o políticas

DS: A mí lo que me preocupa de este asunto, dentro del contexto urbano es que no reúne diversas características isópticas…
VHG: Sí, bueno, cuando yo pregunté a los proyectistas eso precisamente, me entregaron su conceptualización de La Diana de Acapulco (mientras muestra unos papeles con textos y gráficas hechas a mano); el contexto es que quieren evitar el contacto con La Diana, por eso la elevan, pero al elevarla la isóptica es diferente ya no la vas a percibir, tienes que cambiarla de tamaño y por ende, La Diana original ya no va a quedar.
JA: La belleza de la pieza nadie la discute, es un ícono representativo de una parte de la historia de México que se volvió también ícono de la historia de Acapulco de una manera extraña. Efectivamente Acapulco tiene una historia muy corta como población, son muy pocas las familias que pueden hablar de más de cinco generaciones; no obstante debió haberse buscado un ícono de Acapulco… Pero bueno, ya está, aún así no creo que esa base tan extraña con elementos tan disímbolos sean lo adecuado ni para el espacio ni para sostener la pieza nueva.
“Si bien se justifica que hayan querido proteger la pieza de cualquier tipo de vandalismo, pero faltó una propuesta más inteligente, quizás y hasta un debate, porque no está mal que la gente se manifieste pero sin que destruyan propiedad pública.
JCM: Esto que dices, de la protección, y comparando con la Cibeles en Madrid o la Minerva en Guadalajara, donde la gente va a festejar, a celebrar triunfos deportivos, incluso en el mismo Ángel de la Independencia… ¿no se ve un asunto de volver inaccesible a La Diana sin tomar en cuenta soluciones intermedias donde salgan beneficiados las autoridades y la gente?
JA: Sí, me parece que debieron buscar otra solución, una de las reglas que tenemos los creadores es que no te vayas con lo primero que se te ocurra y pongo por ejemplo el Guernica, de Pablo Picasso, del que hay unos 60 diseños previos…
JCM: Pero igual y ellos hicieron varios…
JA: No parece… Cuando así comparas los diseños, los enriqueces, los presentas con amigos y al final haces lo mejor que tu talento te permite…
JCM: Pero no olvidemos una variable, ya venía el Tianguis Turístico y había una urgencia política por mostrar a un Acapulco moderno luego de la vorágine de violencia que sufrimos en los fatídicos años de 2010 y 2011…
JA: Así es, teníamos que presentarle algo a la gente y sí, nos movemos como siempre por tiempos políticos…

Una transgresión al espacio
urbano

DS: Regresando, lo que yo veo antes de hablar del entorno urbano es o tienes un elemento prehispánico o de arte moderno o geometrista pero no puedes mezclar los dos; estos arquitectos emplearon un elemento industrial, de metal, con el arte mexicano, la escultura estilizada y desde ahí ya se rompe con lo que decía Immanuel Kant que entre la unidad y el espacio hay un momento perfecto…
“Si ustedes circulan peatonalmente o con su vehículo van a ver que en el cono que se tenía antes se podía mirar y se podía sentir esa armonía, eso se perdió con los elementos verticales de los chorros de agua y ahora se pierde… ahora parece que el nuevo elemento pretende competir con ellos en su altura… Eso es una trasgresión al espacio urbano, una ofensa a la ciudadanía”.
FSB: Lo que está haciendo el gobierno en Acapulco es aplaudible, la imagen de la ciudad ha mejorado y como profesional lo valoro, no lo descalifico, pero sí objeto la falta de estudio urbanístico para este y los demás proyectos (el Zócalo, el corredor cultural); yo como arquitecto veo cuando trabajo lo que está bien y lo que está mal y si se necesita lo vuelves a hacer porque hay ahí una responsabilidad enorme porque tú le vas a entregar al pueblo el trabajo, tu trabajo.
“Si bien Acapulco es una ciudad joven y quizás no tenga la cultura necesaria para proponer algunas cosas, Acapulco por sí mismo tiene un valor que hay que respetar y los arquitectos que han venido de todo el mundo incluyendo genios de otras artes como Salvador Dalí lo saben; así también Guerrero es exportador de una corriente arquitectónica no valorada”.
“Pongo por ejemplo uno pequeño, al arquitecto (Enrique) Zozaya le dijeron que tenía que hacer el mejor hotel del mundo y sí, y hasta salió en el la revista National Geographic:  La casa que canta de Zihuatanejo…
“Volviendo a Acapulco, yo creo que para lo que hicieron los arquitectos puede ser positiva la reacción de la gente que se dio en estos días para que las autoridades locales empiecen a tomar en cuenta a la sociedad, a los organismos colegiados… Hay muchas personas con capacidad técnica para hacer algo mejor en ese espacio…
“Otro tema pendiente es la falta de preparación, y ahí sí somos jóvenes. En cuanto a los planos reguladores, tenemos uno que está limitado en cuestiones como imagen urbana cuando otras ciudades del mundo las tienen, no sólo regulan cuestiones técnicas sino también hay lineamientos estéticos… Sí, los hay, pero en Las Brisas, en el Marqués, no en la ciudad en sí…”.
JA: Sí, así es, en Acapulco estamos mal desde el principio, no conservamos la arquitectura que se fue haciendo con el tiempo, la vernácula, como la Casona de Juárez por ejemplo; no pudimos proteger lo que había a principios del siglo XX o finales del anterior, importó más ganar dinero y si tu terreno valía dinero, lo vendías”.

Un gobierno que viola su propia normatividad

JCM: Hay que pensar también en el turismo. Lo que más prolifera por lo menos en la parte de la Costera son los hoteles y ahí hay arquitectura de chile, de dulce, de manteca… por no hablar del otorgamiento de permisos a mansalva donde podemos hablar de una cuestión hasta política al momento de darlos.
DS: Ciertamente me sorprende mucho que sea el gobierno mismo el que se lacera violando su normatividad, su propia ley… Estos momentos que vive el país, Acapulco con los movimientos sociales, no es que se tenga que tolerar la anarquía, se tienen que proteger los elementos como cuando por las expresiones de júbilo tiraron La Diana luego de un partido de México pero no con esos diseños agresivos… Los egresados de Medicina ya no se van a poder sentar con sus pancartas en esos picos; hay una agresividad política, autoritaria del gobierno federal, porque esta es una obra ¿del gobierno federal con la omisión y el consentimiento del gobierno municipal y del estado?
“Han habido reuniones con Jorge Galeana el arquitecto encargado que es de Acapulco pero parece ser que no sabe de arquitectura vernácula, de tipología, de integración…”.
JA: Yo lo que veo es esto: es un gran negocio construir y hay una serie de constructores que viven de meter proyectos principalmente con el gobierno federal que tiene los millones de pesos, pero la cuestión es: ¿Qué esos proyectos no se someten a un análisis sobre qué es lo que requiere esta ciudad?  Descubren un espacio que ven como nicho a intervenir, se les ocurre algo, trabajan, se los aprueban y a lo mejor tienen una buena idea pero muchas veces no… Además por eso me pregunto ¿era Acapulco, La Diana el espacio donde más se necesitaba invertir esos millones de pesos?
VHJ: Efectivamente y esto se suma a que en Acapulco hay muchos problemas sociales. Los grupos sociales están disgregados porque no hay plazas, puntos de encuentros, más que el Zócalo que ha sido modificado; si se necesitan manifestar pues se busca un punto de referencia, en este caso La Diana…
JA: Yo me pregunto entonces, por qué no acondicionar el lugar para que puedan llegar 2 mil personas de manera inteligente y sí, hasta arriba La Diana…
VHJ: Por qué no mejor capitalizar el evento concentrando a la gente en la playa, les pones pantallas, no sé… Vivimos en un lugar de servicios donde podríamos controlar realmente este tipo de actividades si ofrecemos alguna alternativa y no paralizamos la actividad, la economía…
JMC: ¿Qué se puede hacer, si ya hay colegios, consejos ciudadanos pero sin dientes para castigar y que sólo proponen?
DS: Desde hace mucho tiempo siempre se han creado los institutos municipales de planeación que van más allá, pero falta aquí en la ciudad y además que se tenga planes a mediano y largo plazo un proyecto de desarrollo. Esto sin dejar de lado la corrupción… Y aquí lo que hace falta en general es que le demos el espacio público al ciudadano pero claro, ordenando.
VHJ: Yo pediría en esta toma de decisiones que el mismo INAH participe, sobre todo con la ley de monumentos históricos que no permite cierto tipo de construcciones alrededor de los monumentos, a un barrio histórico, a una zona arqueológica, eso es ley…
FSB: Para mí esto de La Diana es positivo, al final hay protestas, hay opinión, cosa de darla a conocer… Yo estoy de acuerdo en que debe haber democracia pero debe haber también un orden, vocación turística también pero también sin olvidar al pueblo… Aquí además no se ha expuesto el asunto de la naturaleza, que no está tomada en cuenta en ningún plano regulador…

La necesidad de proyectos
urbanos incluyentes

JA: Creo que todos hemos sido gentiles con eso de La Diana, pero yo si quiero aclarar que con mi dinero yo puedo hacer lo que yo quiera pero con el dinero del pueblo no se vale y creo que esta serie de constructores o arquitectos nos timan; ese diseño o esa mala ejecución de diseño en un espacio tan importante, crucial, es un timo…
FSB: Sí bueno, yo creo que en este caso faltó un poco más de compromiso, de tirar el lápiz y rayarle hasta que estuvieras satisfecho a sabiendas de que tienes en tus manos un compromiso importante; yo creo que les faltó tiempo y amor por la ciudad… “Por otro lado, la autoridad debe estar abierta a escuchar propuestas y comentarios de la gente calificada, aunque sean sólo ciudadanos”.
VHJ: Otra cosa, qué pasa con el mantenimiento, debe ser carísimo…
DS: Yo creo que se debe recuperar la visibilidad, la óptica del espacio con otro diseño que lo complemente; ya lo intentaron luego de las propuestas… ¿Qué falta?, que se complemente, que recupere con algunas variaciones, y su vocación de símbolo público.
“Este como otros proyectos deben ser participativos e incluyentes, para que la gente los haga suyos, los sienta suyos y los proteja; estoy completamente en desacuerdo en que proyectos verticales se impongan sin tomar en cuenta a la ciudadanía trasgrediendo el espacio y el contexto urbano”.

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