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Recurre Julio César López Uriza a la microhistoria en Iguala, personajes y textos

*El autor elude tocar el asunto de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa por no disponer de información concluyente, dijo

Óscar Ricardo Muñoz Cano

El viernes en el salón Luis Zapata del Centro Cultural Domingo Soler se presentó el libro Iguala, personajes y textos, de Julio César López Uriza que reúne más de un centenar de fichas bibliográficas así como una colección de textos e imágenes del pasado y presente de Iguala.
Ante unas 20 personas, fue la directora de Radio y Televisión de Guerrero, Iris García Cuevas, quien destacó la importancia de aquella ciudad en la historia de México y del libro en sí mismo que “nos da todas las versiones posibles de Iguala, la de los historiadores, la de los habitantes, la de los investigadores pero también, la de los soñadores que sueñan que su ciudad sea un mejor lugar para vivir, sueño tan necesario ahora que además de ser escenario de la historia… se ha convertido en escenario de la tragedia”.
Asimismo, lamentó que de entre las biografías sólo 14 correspondan a mujeres.
Iguala, personajes y textos es una edición de autor, de 514 páginas y 217 textos, todos sobre Iguala, y 445 fotografías, muchas de ellas poco conocidas e inéditas.
De ese número de textos, 163 son biografías de igual número de personajes de diferentes actividades (políticas, militares, deportivas, gente del pueblo…) de los cuales 100 nacieron en Iguala, 39 son originarios de otros municipios de Guerrero, 20 nacieron en otras entidades y cuatro son extranjeros.
Asimismo, este libro es el primero de varias obras bajo el mismo criterio que podrían configurar una especie de enciclopedia igualteca.
Su autor, Julio César López Uriza, explicó que Iguala es producto del esfuerzo diario de sus habitantes, del pasado y del presente que, como toda obra humana contiene aciertos y desatinos.
“Esta obra es también un ejercicio de microhistoria… que se ocupa de la historia local, la historia matria; hay algo de tradición oral pues parte de la información no tuvo otra fuente que la memoria de personas que conocieron los hechos o personajes que aquí aparecen…”.
Tras destacar la buena fe de la obra, misma que aseguró es necesaria para que no se pierda la memoria histórica de Iguala, expuso que “ahora que Iguala es ante el mundo una dolorosa muestra de la descomposición de nuestro país y los hechos aquí registrados aquí el 26 y 27 de septiembre elevaron a niveles peligrosos el hartazgo y la indignación social. Es deseable que éstos constituyan un punto de inflexión, de no retorno, para que no se repitan en lugar alguno de nuestro territorio para lo cual la responsabilidad recae en las instancias de los tres órdenes de gobierno y desde luego en los ciudadanos”.
“El libro que ahora presentamos ofrece la oportunidad de enviarle a los mismos receptores del mensaje negativo abundante información sobre lo mucho positivo que tenemos y por lo que nos sentimos legítimamente orgullosos ya que históricamente nuestro municipio nunca ha sido tierra de sicarios asesinos y la descomposición actual no es exclusiva de esta región, se deriva de acciones y omisiones graves principalmente de la clase política nacional, estatal y local, donde hicieron crisis”.
Antes, el dramaturgo Felipe Galván, quien elaboró el prólogo del texto, y colaboró con algunas de las investigaciones, puntualizó que Iguala es más que fosas clandestinas y destacó entre otras cosas, la faceta histórica de la ciudad; “su pertinencia histórica es incuestionable”.
Del mismo modo, ponderó la figura de Elena Garro, quien vivió en Iguala, y de cuya novela Recuerdos del porvenir (Joaquín Mortiz, 1963) aseguró no habla más que de Iguala, aunque bajo otro nombre.

El caso Ayotzinapa

En entrevista antes de la presentación, Julio César López Uriza explicó que incluir personajes o temas como el de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en su trabajo es inoportuno en este momento ante una sólida verdad.
“La información que tenemos está incompleta, no es concluyente hay muchas hipótesis y no tenían caso abordarlas en esa circunstancias”, dijo, por lo que especuló con la posibilidad de agregar el tema en los siguientes libros “siempre y cuando haya información concluyente”.
Del mismo modo, declaró al preguntarle sobre la posibilidad de incluir a gente como los Abarca en dicho trabajo recopilatorio que “pudiera ser en función de los resultados de las investigaciones”.
“A veces me cuestionan sobre los personajes que investigo pero yo me amparo en la definición que trae el Diccionario de la Lengua Española sobre lo que es un personaje: un ser humano que en algo sobresale de su medio, de su entorno y no dice si por virtudes o defectos”.
No obstante, y tras indicar que los personajes que incluyen este primer libro como los que compondrán los demás de la serie “no son arcángeles, son seres humanos”, acotó, “gente que sea reprobable socialmente no la consideramos”.

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