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Los arquitectos descalifican la crítica pero no defienden la parte estética de La Diana, responde Jorge Alfaro

Señor director:

Le solicito amablemente me permita dar una última opinión sobre este asunto de interés público.
1.- Que pena que los arquitectos Jorge Gómez Galeana y Luis Enrique Ramos, en lugar de defender el proyecto de remodelación de La Diana, lo cual es válido, con argumentos estéticos, lo hagan descalificando a quienes opinan desfavorablemente de su desempeño y quieran confundir a los lectores con argumentos que fácilmente puedo objetar.
2.- Yo no conocí el proyecto, hasta que la obra fue entregada y descubierta; por lo tanto no podía estar de acuerdo o desacuerdo con él. Sabía que se tenía que proteger a la escultura de los ataques, y lo conducente en mi opinión para lograr esto, era elevar la pieza algunos metros con algún elemento de diseño sobrio que no desviara la atención de los transeúntes y automovilistas del elemento protagónico que es la escultura y no la base.
3.- Al no haber una convocatoria pública, como debe de ser, yo me enteré de la intención de reproducir la obra cuando el arquitecto Ramos me solicitó una cotización para realizar una copia de La Diana, a mayor escala, y aunque no me dedico a hacer copias de esculturas sino a la producción de mi propia obra artística personal, estoy capacitado para hacerlo sin mayor problema. Mandé la cotización solicitada olvidándome del asunto como lo he hecho con muchos otros proyectos de mayor o menor envergadura. Así es el trabajo de un escultor.
4.- Yo supe desde el principio que los que iban a decidir a quién comisionar la obra era la compañía constructora y no los arquitectos que me increpan ¿Por qué habría de molestarme con estos últimos si no estaba en ellos decidirlo el que yo hiciera o no la obra?
5.- Ellos cuestionan mi capacidad; si sus criterios estéticos para juzgar a un escultor, disciplina en la cual son ignorantes –y lo demostraron fehacientemente– son los mismos con los que se desempeñan como arquitectos estaría de más mi opinión sobre dicho criterio. Tengo más de 32 años de carrera y he logrado un prestigio que me defiende y avala por mis obras.
Los arquitectos aparecieron en un noticiero local de televisión defendiendo su proyecto, obviamente fueron invitados a causa de la crítica generalizada de la población. Su asombroso argumento fue que los constructores no se apegaron al proyecto original, o sea culpándolos del resultado.
6.- Como Consejero General de Cultura de Acapulco era mi obligación manifestarme dando mi opinión personal, pero también haciendo eco de las voces de la indignada comunidad cultural a la cual en estos asuntos represento.

Atentamente
Jorge Alfaro
Escultor

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