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Queman normalistas seis camionetas en el Congreso; policías los dispersan con gases

*Marchan 600 manifestantes en Chilpancingo encabezados por padres a siete meses de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Policías federales y estatales arremetieron con gases lacrimógenos contra padres de los 43 alumnos desaparecidos de Ayotzinapa, estudiantes, maestros y transportistas, luego de normalistas quemaron seis camionetas de empresas comerciales en el Congreso del Estado.
A siete meses de la desaparición forzada de los estudiantes y la masacre de Iguala, padres y familiares de los 43 alumnos, unas 600 personas marcharon en la capital en repudio de la clase política por el crimen de Estado de la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014.
A las 2 de la tarde, normalistas entraron por la fuerza al edificio vacío del Congreso local, con tres camionetas comerciales tumbaron la reja del estacionamiento y de la explanada que conduce a la sala de sesiones. Otros tres vehículos fueron tomados y quemados afuera de la sede del Poder Legislativo.
Estrellaron y quemaron dos vehículos en medio de la puerta de cristal, y otro en el estacionamiento, mientras los manifestantes gritaban consignas de protesta. Luego de unos momentos, desde el encauzamiento del río Huacapa, una avenida contigua, policías estatales federales lanzaron con pistolas bombas de gas pimienta a la manifestación.
Pronto el grueso de la marcha salió con los padres y familiares por una calle lateral del bulevar Vicente Guerrero, pero unos cien normalistas volvieron al edificio donde ya estaban algunos bomberos apagando los incendios.
Hubo una segunda gresca entre estudiantes y policías estatales que a gran distancia continuaron lanzando gases lacrimógenos para dispersarlos, cuando llegaron policías federales sobre la vía rápida del bulevar, a un costado del edificio legislativo, y persiguieron a un grupo de unos 40 en una avenida de la ciudad.
“Ya tenemos el control del Congreso, jefe, ya se fueron estos putos”, reportó un policía federal a su mando inmediato, pero luego se supo que en la avenida Ruffo Figueroa, cerca de las oficinas de la Policía Federal, alrededor de las 2 de la tarde, los normalistas se llevaron retenido a un policía federal de sector Caminos, como “garantía” ante la posible detención de sus compañeros. Pocas horas después fue entregaron a las autoridades.

Siete meses

La protesta comenzó en la glorieta de El Caballito, al norte de la ciudad, a las 12:30 del día con los padres y familiares al frente. Dos niños, familiares de los desaparecidos, iban como parte de la avanzada, con el rostro cubierto, con palo y macana en mano, apoyando las acciones de vialidad vehicular para dar paso a la manifestación sobre las principales avenidas.
Detrás de los padres marchó la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), primero los normalistas Ayotzinapa, y representantes de las normales rurales de Chiapas y Michoacán.
Luego, los integrantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) que sostienen el plantón en el Zócalo de Chilpancingo; el bloque de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) que encabezan líderes de cinco regiones, el Frente Unido de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG), y de la Coordinadora Estatal de Transportistas Independientes de Guerrero (CETIG), entre otros.
Distintos oradores denunciaron la farsa del gobierno federal en torno a la investigación de la desaparición forzada de los estudiantes, repudiaron las reformas estructurales de educación, energética y laboral que calificaron de “criminales” y los estudiantes subrayaron que no son criminales, pero ante gobiernos corruptos alzan la voz por la libertad, la justicia y la paz.
Avanzaron por la avenida Insurgentes que continúa sobre Juárez e hicieron una parada frente a la cerrada del fraccionamiento Meléndez, donde se denunció que tiene una casa el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, y funcionarios de su gabinete de apellido Salgado Leyva.
Ahí comenzaron a hacer pintas en esa entrada, con seguridad privada, así como en edificios del gobierno estatal “Aguirre asesino”, “26 de septiembre no se olvida”, “se llevaron todo el dinero”, “ni perdón ni olvido”; no hubo protestas en las oficinas de los partidos, aunque sí consignas contra las elecciones: “votar causa muerte”, “Consejos municipales populares”, “rechazo total a la farsa electoral”, “nuestros sueños no caben en sus urnas”.
A las 2 de la tarde el contigente llegó al Congreso local, ahí ya se encontraban jóvenes con el rostro cubierto esperando con las camionetas para protestar más alto. Con las camionetas de Lala, Sonrics, y piedras arremetieron contra los cristales el edificio.
Tumbaron también con un vehículo la estatua del general José María Morelos que se colocó en septiembre de 2013 por esta legislatura, a propósito del bicentenario del Primero Congreso de Anáhuac. Luego encendieron seis vehículos. Dos en el patio
En unos 22 minutos, con gases lacrimógenos lanzados a distancia, los policías federales dispersaron la protesta, algunos estudiantes intentaron hacer frente a los uniformados que siempre guardaron distancia. Sólo se supo de un joven lesionado en el brazo por un vidrio durante las acciones el Congreso. Se mencionó que un adulto mayor cojeó lastimado durante el desalojo.
Pronto llegaron los bomberos. Su base se encuentra a unos 200 metros del Congreso, pero a las 2:45 de la tarde retrocedieron por la presencia de normalistas que volvieron al lugar, y los policías estatales volvieron a lanzar las bombas de gas pimienta, desde el encauzamiento del río Huacapa hasta el bulevar.
Los policías federales con equipo antimotines llegaron directamente sobre el bulevar Vicente Guerrero lanzando granadas a los estudiantes, y los repelieron hacia la avenida paralela, Lázaro Cárdenas. Parecía que todos se había ido en autobuses del servicio público, que usan para trasladarse.
Sin embargo los federales cruzaron el bulevar, la Lázaro Cárdenas y en la avenida de la Juventud, continuó la persecución a unos 40 jóvenes que iban rumbo a Casa Guerrero.
Salió del cuartel de la Policía Federal, de esta avenida, el comandante de la Unidad de Restablecimiento del Orden Público de la Policía Federal, José Luis Solís López, que se identifica con la clave de Espartaco, encabezando a su grupo de antimotines.
En tanto, los manifestantes de Chilpancingo volvieron al plantón, otro bloque salió rumbo a la Normal Rural en Tixtla, y trascendió que los maestros de la CETEG que se encuentran en el Zócalo, fueron por el último grupo de normalistas que se había refugiado en casas particulares.
Antes de las 6 de la tarde, cuando todos los normalistas salieron de Chilpancingo, el policía federal retenido por manifestantes, fue regresado a sus colegas en Tixtla.

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