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Interviene artista la escultura de Juan R. Escudero con una manta que pide paz y justicia

*La creadora argentina Fernanda Vilella, que estuvo en la ciudad bajo el auspicio de R.A.T. Puerto Acapulco, Residencias Artísticas por Intercambio, destacó su empatía por el prócer, quien fue contrario al régimen opresivo de los ricos españoles que gobernaron las costas de Guerrero en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Justicia y paz social fueron en su mayoría los deseos que la gente pidió y que se colocaron en una manta para cubrir la estatua de Juan R. Escudero, en playa Tlacopanocha, como parte de la intervención artística La revolución del mango, que realizó la artista visual argentina Fernanda Vilella el pasado domingo.
Ante decenas de personas que paseaban por la playa, con el agrado de muchas y la molestia de otras, también se colocó un pequeño altar hecho de tierra, mangos y hojas de mango con un breve texto de El artesano, de Richard Sennett: “Su hijo muerto. Prepárelo para una nueva vida, échele tierra adentro, cuidado, no le debe comer demasiado. Póngale su chaqueta dorada, báñelo, caliéntelo pero con cuidado, el exceso de sol lleva a un niño a la muerte. Póngale sus joyas…”.
Desde las 12 del día, sobre la pequeña explanada frente al monumento de quien se caracterizó por su lucha a favor de los derechos del pueblo, Villella intercambió pequeñas plantas (teléfonos) por deseos a quien se acercara, mismos que fueron videograbados además.
La manta color mango que tenía bordados deseos previamente solicitados se colocó sobre la figura de Escudero; “que los gobiernos se apliquen en sus funciones”, “justicia y castigo para la trata de blancas, “que acabe la violencia” o “que no trabajen los niños”, fueron algunos de los deseos.
A lo largo del día, dicha intervención no pasó desapercibida pues si bien hubo personas que aplaudieron el acto, algunas otras repudiaron el hecho de que se cubriera al “mono”, ya que no supieron decir de quién era la estatua.
La artista, que realizó la intervención bajo el auspicio de R.A.T. Puerto Acapulco, Residencias Artísticas por Intercambio, destacó su empatía por Escudero, quien fue contrario al régimen opresivo de los ricos españoles que gobernaron de alguna manera las costas de Guerrero en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
Asimismo, añadió que tomó como base a los mangos porque “se trata de entender a la ciudad a partir de lo que uno a veces ya da por hecho por culpa del acostumbramiento”, del que explicó en entrevistas previas, es una dolencia de la sociedad actual.

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