Reanudan en el centro de la capital distribución de Coca Cola suspendida tras las protestas

Anarsis Pacheco Polito

Chilpancingo

A 66 días de que la empresa trasnacional Femsa Coca Cola suspendió la distribución de sus refrescos en la capital del estado, este martes inició el reparto de sus productos en el primer cuadro de la ciudad.
El miércoles 18 de febrero fueron retenidos dos trabajadores de la empresa, después de la aprehensión de tres normalistas de la Viguri que decomisaban refrescos para distribuirlos entre transehúntes. La empresa Femsa, que produce y distribuye la Coca-Cola, interpuso una demanda contra integrantes del Frente Unido de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG) por el robo de una camioneta, por la que policías estatales detuvieron a los normalistas.
Femsa hizo el anuncio formal de la terminación del reparto de refrescos el viernes 20 de febrero. Argumentó que, por las movilizaciones que exigían la presentación de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la empresa había sufrido saqueos de productos. Anunció la suspensión de la distribución por falta de garantías, tanto a sus productos como a los trabajadores.
Durante los primero 16 días del reinicio de la distribución en la capital, los trabajadores tenían la orden de sólo distribuir refrescos en las zonas de la ciudad alejadas del centro, por temor a que otra vez fueran expropiados sus producto.
Durante un mes y 20 días, la empresa se dedicó a surtir algunos depósitos del centro que vendían a las pequeñas tiendas del primer cuadro, por lo que los refrescos se mantenían con sobreprecio.
Durante este tiempo, los trabajadores de la empresa no vestían su uniforme y trasladaban los productos de la transnacional en camionetas que no usan normalmente para el reparto, sin ningún símbolo de la empresa refresquera.
Este sábado, los trabajadores de la empresa que se dedican a registrar los pedidos de las pequeñas tiendas, se presentaron para notificar que se restablecería el reparto del producto.
Este martes se constató que hubo reparto en las pequeñas tiendas sobre la calle Baltazar R. Leyva Mancilla, donde antes se habían abastecido con intermediarios y depósitos improvisados.