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Latinoamérica pide en el Día del Trabajo cambios sociales y políticos y más salario

Maduro anuncia aumento de 30% al salario mínimo en Venezuela. En Brasil, Rousseff sufre el ataque de la oposición; Lula sale en su defensa. Enfrentamientos en Colombia

 

El Día Internacional del Trabajo se celebró ayer en Latinoamérica con las tradicionales marchas, en las que sindicatos, empleados y líderes sociales exigieron mayor atención a sus pedidos de mejoras salariales y políticas sociales y en la que algunos presidentes recordaron los avances en materia laboral.
No solo los trabajadores y sindicatos fueron los protagonistas, ya que algunos mandatarios aprovecharon para destacar sus políticas en materia social y laboral y anunciaron alzas salariales.
En Cuba reafirmaron su apoyo a Venezuela con la presencia del presidente de esa nación, Nicolás Maduro, en La Habana, en una jornada donde se volvió a reclamar a Estados Unidos el fin del embargo y la devolución de los terrenos de la base de Guantánamo, en medio del proceso de deshielo entre ambos países.
Mientras que miles de chavistas se movilizaron en Caracas en un evento denominado “gran marcha de victoria antiimperialista”, a la espera de que Maduro retorne para unirse a las actividades en las que está previsto que anuncie medidas de orden económico para reflotar la economía nacional.
A su regreso de Cuba, Nicolás Maduro firmó un aumento del salario mínimo de 30 por ciento y anunció que llegó la hora de una “ofensiva socialista”.
Maduro hizo el anuncio en una concentración en el centro de Caracas por el día del trabajador, que en Venezuela libra una lucha con una inflación de casi 100 por ciento en los últimos 12 meses y un prolongado desabastecimiento en los mercados de bienes de consumo masivo.
En un video que publicó en las redes sociales, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, citó algunas de las victorias alcanzadas por los trabajadores, como el reajuste del salario mínimo por encima de la inflación hasta 2019, mientras que los sindicatos se mostraron críticos a la eventual aprobación de un proyecto de ley sobre tercerización.
No obstante, la presidenta de Brasil fue “acribillada” ayer por la oposición, que entre otras ofensas la acusó de mentir y la trató de “cobarde” por su decisión de no pronunciar el tradicional discurso presidencial del 1 de Mayo a través de cadena nacional.
El único respaldo que recibió la mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) fue el de su antecesor y mentor político, Luiz Inacio Lula da Silva, quien pidió “paciencia” con la presidenta.
“Quiero pedirles a ustedes, que muchas veces se ponen nerviosos y se irritan con Dilma, que tenemos que tener paciencia como tenemos con nuestra madre. Ella fue elegida para gobernar cuatro años. Tenemos que ver el resultado final de este gobierno. No tengo duda que dentro de cuatro años estaremos conmemorando el éxito de su mandato”, dijo Lula.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, decretó un aumento salarial de 8.5 % para los sectores privado y público, que también lo beneficia junto al vicepresidente y ministros.
El mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, instó a los trabajadores a buscar la concertación con el Gobierno para mejorar las condiciones laborales, al participar en el acto “Trabajo para la paz”, en el que 400 víctimas del conflicto armado se graduaron de una capacitación en diferentes oficios.
Esta fecha coincide con una huelga nacional de unos 300 mil profesores públicos desde hace 10 días, mientras las tradicionales marchas concluyeron con disturbios en Bogotá, donde unos 400 manifestantes y policías se enfrentaron con palos y piedras.
Los sindicatos chilenos emplazaron al Gobierno a “ejercer su mayoría” en la aprobación de una reforma laboral que se debate en el Parlamento, a la que se oponen los empresarios y la oposición derechista.
Multitudinarias manifestaciones convocadas por separado por el oficialismo y por los sindicatos críticos del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, marcaron la celebración del Primero de Mayo, sin que se haya informado de incidentes.
Mezclados entre campesinos y sindicalistas, menores y jóvenes trabajadores paraguayos exigieron educación de calidad y gratuita, en un país donde la mano de obra de niños es muy alta.
En Uruguay, el sindicato PIT-CNT (Plenario Intersindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores) reivindicó un mayor gravamen sobre las rentas altas y un aumento del salario mínimo mensual.
La confederación General de Trabajadores de Perú (GGTP) convocó un paro nacional para el 9 de julio para reclamar una ley general del trabajo y el aumento del sueldo mínimo hasta los 1.500 soles (unos 480 dólares), el doble de los 750 soles (unos 240 dólares) actuales.
Con consignas contra el nepotismo y la corrupción en el Gobierno y reclamos de un alza de salarios, cientos de panameños marcharon y exigieron la salida de los “magistrados corruptos” de la Corte Suprema de Justicia, en alusión a las numerosas demandas contra los jueces supremos que la Asamblea Nacional aún no resuelve.
Sindicalistas de la Central Sandinista de Trabajadores (CST) de Nicaragua rindieron honores al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) por “esa paz social, la gobernabilidad, la inversión, los programas sociales”.
Miles de guatemaltecos pidieron la renuncia del presidente, Otto Pérez Molina, y su vicepresidenta, Roxana Baldetti, con consignas como “¡A la cárcel ya los tres!”, en referencia también al prófugo ex secretario privado de Baldetti, Juan Carlos Monzón.
Mientras que los trabajadores hondureños pidieron “la refundación del Estado a través de una Constituyente como medio para empezar a transformar la sociedad”.
Cientos de trabajadores dominicanos reclamaron un aumento salarial de un 30 % y mejores condiciones de trabajo.
Miembros de diferentes sindicatos públicos y privados de El Salvador, en su mayoría afines al gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), destacaron que “la clase trabajadora y organizada ha sido un actor protagónico de los cambios conquistados”.
En Puerto Rico se tomó como “un día de reflexión” en el que el presidente de la Junta de Relaciones del Trabajo, Jeffry Pérez Cabán, invitó a los ciudadanos a presentar “propuestas firmes” para lograr “un Gobierno activo en la relación entre un recurso humano feliz y el máximo desarrollo económico”.  (EFE / Bogotá).

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