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Destituyen al presidente de Paraguay; “es un golpe a la democracia”, replica Lugo

Agencia Proceso / DPA

 

Asunción / Ciudad de México

 

Con 39 votos a favor, cuatro en contra y dos ausencias, el Senado de Paraguay destituyó este viernes al presidente de la República, Fernando Lugo, por mal desempeño en sus funciones.

“Se declara culpable al acusado Fernando Lugo Méndez, y por lo tanto queda separado de pleno derecho de su cargo”, anunció uno de los secretarios de la Cámara Alta al finalizar el juicio político al mandatario.

Tras conocer la decisión del Senado, el ahora expresidente pronunció un discurso a la nación y aseguró que el golpe no fue para él, sino para la historia paraguaya.

“Es su democracia la que ha sido herida profundamente, en la que han sido transgredidos todos los principios de la defensa, de manera cobarde, dijo, y aseguró que se va por la puerta grande, por la puerta del corazón de todos los paraguayos.

No obstante, dijo, “como siempre he actuado en el marco de la ley, aunque haya sido torcida por una frágil rama al viento, me someto a la decisión del Congreso y estoy dispuesto a responder siempre, con mis actos, como exmandatario nacional”.

Añadió: “A los conciudadanos y conciudadanas, que no se les niegue el derecho de manifestar su opinión y hago un profundo llamado a que cualquier manifestación sea con aristas pacíficas”, sostuvo Lugo.

Y más: “Que la sangre de los justos no se derrame nunca más por causa de intereses mezquinos en nuestro país”.

Señaló que con casi cuatro años de ejercer la presidencia de la República del Paraguay, “hoy me despido como presidente, pero no me despido como ciudadano paraguayo. Iré a servir allí donde me necesiten, como lo había jurado”.

Remató: “Fernando Lugo no responde a clases políticas, a la mafia, ni al narcotráfico. Este ciudadano respondió y seguirá respondiendo, ayer, ahora y siempre, al llamado de los compatriotas”.

El exobispo católico, quien será reemplazado por el actual vicepresidente Federico Franco hasta la celebración de nuevas elecciones en abril de 2013, fue enjuiciado siete días después de la muerte de 17 personas en un enfrentamiento armado entre policías y campesinos durante el intento de desalojo de una reserva forestal en Curuguaty, a unos 400 kilómetros al noreste de Asunción, que desembocó en la renuncia del ministro del Interior y del jefe de la policía.

Tras su destitución, sus partidarios se reunieron en la Plaza de Armas, frente al Congreso en Asunción, y derribaron las vallas del cordón de seguridad. La policía respondió con gases lacrimógenos, mientras sus tanquetas lanzaban agua y la policía a caballo disolvía la concentración.

La multitud se dispersó inmediatamente ante el asalto, pero poco a poco empezaron a reunirse de nuevo ante el Congreso al grito de “Lugo, presidente” y agitando banderas paraguayas.

Antes de que fuera sometido a juicio político, Fernando Lugo pidió a la Corte Suprema de Justicia la suspensión del proceso porque, adujo, violaba el principio jurídico de legítima defensa.

El abogado del presidente, Adolfo Ferreiro, alegó ante la Corte que el tiempo de dos horas establecido para que su cliente se defendiera de las acusaciones por mal desempeño de sus funciones era escaso, y que en la acción presentada ante la máxima instancia judicial el Parlamento “no respetó el debido proceso”.

Por su parte, el senador del Partido Liberal Radical Auténtico, Luis Wagner, disidente de la cúpula partidaria, hizo de todo para evitar que se le iniciara juicio político al presidente paraguayo.

La noche del mismo jueves, el jefe de Estado recibió el respaldo personal de los cancilleres de nueve países integrantes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). El venezolano Alí Rodríguez, secretario general de la organización, quien la hizo portavoz, apuntó: “Dentro de la recta administración de justicia está el debido proceso con todas las garantías para que un acusado pudiese defenderse, eso queremos en esta ocasión”.

 

Reaccionan presidentes de la región a favor de Lugo

 

Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, mencionó en rueda de prensa que la Unasur podría “no reconocer al nuevo gobierno (paraguayo) e incluso llegar al cierre de fronteras como lo establece la cláusula democrática de Unasur. Internamente ellos pueden hacer lo que quieran, pero para ser reconocidos a nivel internacional depende de nuestra decisión”, puntualizó.

Añadió: “Ojalá entendamos la gravedad del asunto, esta época estaba siendo superada en América Latina”.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo ayer que no reconocerá al nuevo gobierno de Paraguay, tras la destitución del mandatario Fernando Lugo, lo que calificó de “golpe lamentable y bochornoso”.

El gobernante bolivariano afirmó que la destitución es una acción de la “burguesía paraguaya” que no sólo va contra Lugo sino contra la Unión de Naciones Sudamericanas, al tiempo que la equiparó al golpe en Honduras de 2010 contra Manuel Zelaya.

“Han defenestrado a Lugo sin darle derecho a la defensa, de la noche a la mañana. La sentencia estaba elaborada, así son las burguesías. Igual a lo que le hicieron a Zelaya y lo que aquí trataron de hacer (en intento golpista que los sacó del poder por 48 horas en 2002)”, señaló.

Poco antes de recibir en la casa de gobierno en Caracas al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, afirmó que el juicio legislativo contra Lugo fue un golpe de la “burguesía arrodillada al interés del imperio” estadunidense.

El presidente de Bolivia, Evo Morales señaló ayer que su país no reconocerá a un gobierno que no tiene mandato de su pueblo.

“Bolivia no reconocerá un gobierno que no surja de las urnas y el mandato del pueblo”, dijo Morales, según la agencia ABI.

Agregó que Morales condenó “al golpe congresal gestado contra el depuesto mandatario de Paraguay, Fernando Lugo, producto de una acción barajada por los neoliberales coludidos con los terratenientes locales y el imperio de la distancia”.

El canciller de Costa Rica, Enrique Castillo, deploró ayer la destitución del presidente Lugo, tras considerar que tiene “visos” de un golpe de Estado.

Las declaraciones de Castillo fueron distribuidas a la prensa en San José por la Cancillería.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner condenó ayer la destitución de su homólogo de Paraguay, Fernando Lugo, y aseguró que “la Argentina no va a convalidar el golpe de Estado” en el país vecino.

La mandataria anticipó que con los países de la región se decidirá “un curso de acción” y subrayó que la “Unasur ha tenido un pronunciamiento unánime en Río de Janeiro”.

En tanto, el portavoz del Departamento de Estado estadunidense, William Ostick, manifestó que “es sumamente importante que estas instituciones (paraguayas) actúen de manera resoluta y transparente y que los principios de un debido proceso y los derechos del acusado se respeten escrupulosamente”.

Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, pidió que durante el proceso “se resguarde, en todo momento, el diálogo, el entendimiento y la paz interna”.

Lugo es el cuarto presidente de la historia reciente en Paraguay que afronta un juicio senatorial en una democracia y el tercero que es enjuiciado como resultado de una acción represiva oficial y una sublevación política como respuesta.

El presidente José P. Guggiari (1928-1932) abandonó el cargo antes de que el Senado lo procesara. Fue enjuiciado por haber reprimido violentamente una protesta popular que pedía una mayor ofensiva militar para recuperar una zona llamada el Chaco Boreal, invadida por Bolivia tras perder su salida al mar. Fue absuelto de todo cargo y volvió a la presidencia.

Raúl Cubas (1998-1999) también dimitió por una protesta llamada El Marzo Paraguayo, que lo acusaba de haber sido el autor intelectual del asesinato de su vicepresidente Luis María Argaña, quien murió acribillado en las calles de Asunción. Con la renuncia, el juicio político se suspendió y la presidencia la asumió el titular del Senado.

El único presidente paraguayo que no renunció durante un juicio senatorial fue Luis González Macchi (1999-2003), quien ya había sobrevivido un golpe de Estado y no fue destituido porque el Senado no logró los 30 votos necesarios de 45 escaños. Fue acusado de intentar vender una telefónica estatal a un precio muy inferior a través de un amigo y haber llevado al país a una cesación de pagos porque no había dinero para pagar los sueldos de funcionarios públicos.

Federico Franco pide la colaboración de todos sus compatriotas

 

El hasta ayer vicepresidente de Paraguay, Federico Franco, juró anoche ante el Senado como nuevo presidente del país, tras la destitución del mandatario Fernando Lugo por mal desempeño de sus funciones y pidió la colaboración de todos sus compatriotas para una buena tarea.

“En estos momentos, dios y el destino quiso que asuma la presidencia de la república. Pido la ayuda y colaboración de todos y cada uno de ustedes, (que es) la única manera de poder llevar adelante” la tarea encomendada, señaló Franco en su discurso trasasumir el cargo.

Dijo que el Paraguay tiene que ser construido entre todos los sectores, todos los partidos y movimientos sociales y prometió llegar al 15 de agosto de 2013 con el cumplimiento de lo encomendado esta noche.

Se comprometió también a respetar las instituciones democráticas y recordó que toda la vida ha sido una persona “activa y convencida de la causa democrática”.

Franco ratificó su voluntad “irrestricta” de respetar las instituciones democráticas, el estado de derecho y la vigencia de los derechos humanos. “No tengo odio ni rencor”, subrayó.

En un ambiente de celebración y con un cerrado aplauso, la mayoría del Congreso lo recibió minutos antes y Franco saludó a cada uno de los legisladores y funcionarios, en medio del asedio de los periodistas fotógrafos.

El líder del Congreso, Jorge Oviedo Matto, le tomó juramento tras la entonación del himno nacional y nuevamente los legisladores e invitados estallaron en aplausos y cánticos de apoyo al nuevo mandatario.

El nuevo presidente también pidió a la Unasur “comprensión” para la crisis que atraviesa su país.

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