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La cocaína y no la literatura llega a todos lados, lamenta el escritor colombiano Efraim Medina

Se presentó una edición que llamó el autor “pirata”, de su libro Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo, el miércoles en el Bar del Puerto

 

Óscar Ricardo Muñoz Cano

“¿Qué tiene la cocaína que no tengan mis libros?”, preguntó el escritor colombiano Efraim Medina, al referirse a la falta de distribución de la nueva literatura de latinoamérica en el mundo, y agregó que  “no es posible que (la cocaína) pueda llegar siempre a todos lados y no la literatura”.
Durante la presentación de una edición que llamó “pirata”, de su libro Érase una vez el amor, pero tuve que matarlo, la noche del  miércoles en el Bar del Puerto, el escritor indicó que si bien tiene diversos contratos editoriales en Europa, “pareciera que hay un control, no sé muy bien en qué consista, quizás y es una cosa que tiene que ver con dinero, con costos, para definir a cada escritor en su puesto, su lugar, fijarle sus límites y hasta ahí… Pero nada, que tenemos la opción de las ediciones de este tipo”.
En ese sentido, el escritor Carlos Ortiz (quien imprimió el libro), junto con el también escritor Édgar Pérez Pineda presentó el libro, abundaba previamente en que “las grandes editoriales han creado pequeñas islas y por eso nosotros ya no leemos a los argentinos, ya no leemos a los chilenos, ya no leemos a los colombianos, y ellos ya no leen a los mexicanos. Pero esta (edición pirata) es una forma de rebelión que vamos a iniciar desde Chilpancingo”.
Ante un lleno, Efraim Medina recordó un poco de su vida en Cartagena, Colombia, donde estudió medicina general y su posterior viaje a Italia, donde en la actualidad vive para, posteriormente, leer algunos fragmentos de su obra.
El libro da cuenta de una serie de historias que tienen como personajes a Rep y sus amigos, la relación sentimental entre Rep y su chica, la caída del cantante de Nirvana, Kurt Cobain, el lazo de cariño entre una abuela y su nieto, entre otras.
Con una prosa directa, el texto obliga al lector a compenetrase para bien o para mal, con las situaciones de un estilo de vida en donde las reflexiones del personaje principal predominan.
Entre texto y texto, también hubo la oportunidad de contar diversas anécdotas, como su reciente accidente en la Feria del libro en Taxco, donde cayó de un balcón y se fracturó las costillas, lo que dijo, le impidió esa noche realizar algunas demostraciones de baile.
También la de cuando salió su poemario Chupa nena pero despacio, una edición artesanal de mano para vender en un tianguis y que se agotó, pero que en realidad fue “secuestrado” y posteriormente quemados todos los ejemplares por un grupo de feministas, que consideró los textos como misóginos.
Quien también es director de cine experimental y vocalista de su propia banda (7 torpes band), leyó fragmentos de otros libros, como Técnicas de masturbación entre Batman y Robin, textos que la gente aplaudió.

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