Continúa búsqueda en Nepal pero se prioriza la ayuda a sobrevivientes; van 6 mil 871 muertos

DPA

Katmandú

El Ministerio del Interior de Nepal informó ayer que una semana después del terremoto son mínimas las posibilidades de encontrar todavía a alguien con vida bajo los escombros y enfatizó que la máxima prioridad ahora es el suministro de alimentos y agua a los supervivientes.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) dijo que sigue siendo difícil acceder a las áreas más remotas en el país. Las zonas más afectadas se encuentran en los distritos de Sindhupalchok y Gorkha.
El terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter, que sacudió hace una semana la región del Himalaya, fue el más fuerte en 80 años. Tan sólo en Nepal se han contabilizado más de 6 mil 841 muertos. También resultaron heridas más de 14 mil personas y unas 300 mil viviendas han quedado total o parcialmente destruidas. Una semana después todavía se pueden sentir las réplicas.
La policía del país himalayo informó ayer que el terremoto y los aludes y desprendimientos de tierra que le siguieron provocaron la muerte de al menos 50 extranjeros, aunque señaló que todos los extranjeros en las montañas cuyo paradero conocía la policía han sido ya rescatados pero aún continúan las arduas tareas de búsqueda de los desaparecidos.
La mayoría de los fallecidos eran senderistas o escaladores, dijo Kamal Singh Bom, un alto cargo de la policía, que sin embargo no quiso mencionar sus nacionalidades.
La Unión Europea señaló la noche del viernes que todavía hay unos mil europeos desaparecidos en Nepal, en tanto las fuerzas de seguridad nepalíes y los equipos de asistencia de todo el mundo ya han rescatado a unas 800 personas.
Tanto los nepalíes afectados como las organizaciones internacionales sobre el terreno critican al gobierno desde hace días por su lenta y caótica actuación. Aseguran que la ayuda enviada se ha distribuido sobre todo entre parientes de funcionarios y miembros y personas cercanas al partido en el gobierno.
Un temblor de magnitud 5.0 sacudió Nepal casi exactamente una semana después de producirse el devastador terremoto.