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Tomás Tenorio Galindo

OTRO?PAÍS

*PRD corrompido, candidatura común imposible

Eloy Cisneros Guillén dijo hace ocho días que los candidatos del partido Movimiento Ciudadano y del PRD a la gubernatura, Luis Walton Aburto y Beatriz Mojica Morga, mostraron disposición a negociar una candidatura común de facto para evitar el triunfo del PRI en las elecciones del 7 de junio. Pero lo que en realidad quiso decir es que Walton Aburto habría accedido a valorar su declinación a favor de la candidata del PRD, pues este partido sostiene, y el 23 de abril publicó una encuesta que así lo expresa, que Beatriz Mojica va adelante en las preferencias electorales, por encima incluso del priista Héctor Astudillo Flores –a quien según ese documento le lleva una ventaja de ocho puntos porcentuales (38 a 30)–, y en esas condiciones sería una candidez creer que está pensando en declinar.
“Estamos buscando una candidatura de facto, donde los compañeros entendamos que si no vamos sumando los votos, hay riesgo de perder, no queremos que la izquierda pierda, por eso hemos estado invitando a los compañeros y los dirigentes de los partidos. Yo veo mucho interés en los dirigentes de los partidos, y veo interés en los candidatos”, dijo Cisneros Guillén al diario La Jornada Guerrero. “Vamos a ver quién de los candidatos, el que salga adelante, con él hay que sumar esfuerzos, con el que tenga más posibilidades, utilizar los votos útiles”, explicó. “Debemos –dijo– desprendernos del egoísmo, por eso no logramos avanzar en la unidad de la izquierda. Debemos dejar el egocentrismo, que es característica de los niños y en los adultos es una enfermedad”.
Sin embargo, aparentemente es falso lo que Cisneros Guillén declaró, pues salvo su presunción, no existe ningún dato que confirme que se abrió la posibilidad de un acuerdo entre Luis Walton y Beatriz Mojica para que el primero se retire de la contienda, el cual es el único escenario posible en los planes del PRD. Walton ha dicho una y otra vez que no declinará por Mojica, y lo repitió después de que Eloy Cisneros hiciera esa declaración: “Que quede claro, aquí no vamos a declinar, seguiremos hasta el final y vamos a ganar”.
Es evidente que Walton no tiene ninguna posibilidad de ganar, y que fue incapaz de erigirse en el líder que pudo haber sido para la izquierda desencantada e inconforme con el desastroso rol que el PRD ha jugado en el gobierno de Guerrero en los diez años recientes. Es evidente también que la declinación de Walton y la suma de Movimiento Ciudadano insuflaría oxígeno a Beatriz Mojica y le permitiría disputar la victoria que, en este momento, sin duda tiene Héctor Astudillo como puso de manifiesto la encuesta de El Universal.
Pero aun en esos términos, tiene razón Walton en mantener firme su candidatura y en rechazar su declinación. Eloy Cisneros y los ex dirigentes perredistas que apoyan la iniciativa para hacer declinar a Walton están equivocados. El pragmatismo exacerbado que los mueve es el mismo que causó la crisis de identidad que vive el PRD en este momento y su descrédito frente a la población. Con los argumentos que expone Cisneros Guillén, el PRD llevó a la gubernatura a un derechista rabioso y de tendencias criminales como Zeferino Torreblanca, y al priista Ángel Aguirre cuya gestión naufragó en medio de la matanza de estudiantes normalistas y la corrupción desenfrenada de su grupo político. Con los mismos argumentos de Eloy Cisneros el PRD llevó a José Luis Abarca a la presidencia municipal de Iguala, como recordó Cuauhtémoc Cárdenas el viernes y demostró el informe de la comisión especial del propio PRD sobre el caso. “Me parece que en este caso (el de Iguala) no se tomaron en cuenta ni trayectorias, ni ideología, ni propuesta, sino simplemente la posibilidad de que podía ganar o no una elección”, dijo Cárdenas.
Sumar votos, el que vaya arriba, no dejar que pierda la izquierda, frenar el egoísmo, voto útil, todos esos son alegatos que pierden por completo su sentido cuando esa izquierda ha resultado ser como gobierno tan perniciosa como los peores gobiernos del PRI, o si produjo acontecimientos tan repugnantes como el de los 43 normalistas desaparecidos y protagonizó los hechos de corrupción que tienen en la cárcel al hermano del ex gobernador Ángel Aguirre. ¿Así con qué autoridad moral pide el PRD a las otras fuerzas de izquierda declinar para robustecer a su candidata? El PRD destruyó el legado de principios y valores que diferenciaban a la izquierda del PRI, e hizo que ese partido dejara de ser en Guerrero una opción deseable de gobierno. El PRI se dirige a ganar el 7 de junio no porque ahora sea mejor que antes, sino porque el PRD demostró ser hasta peor que el PRI.
Después del caso Ayotzinapa el sentido común y la simple decencia indicaban que la izquierda y el PRD debían replantear todo, en el país pero sobre todo en Guerrero, y lo que hizo el grupo hegemónico perredista, el de Los Chuchos al que pertenece Beatriz Mojica, fue atrincherarse en el control del partido y actuar con cinismo como si nada hubiera pasado. Como sostuvimos aquí hace meses, lo más responsable y prudente que el PRD podía hacer era fortalecer el liderazgo de Walton y facilitar que se convirtiera en el candidato común. El PRD hizo lo contrario: entorpeció las pláticas que se dieron a principio de año con MC y Walton e impidió con ello un acuerdo, el que fuera.
El PRD no asumió la naturaleza del dilema que se le presentaba. En ese entorno partidista tan corrompido, el PRD ya no es la solución para Guerrero, y si Walton declina por Mojica se reeditaría el error de siempre, se legitimarían las prácticas viciadas y corruptas de gobierno, y el único que ganaría sería el grupo de Los Chuchos. El asunto nunca fue quién iba arriba en las encuestas, si Mojica o Walton, sino cuál iba a ser la oferta de la izquierda en las nuevas y complicadas condiciones de un estado que al problema de pobreza y desigualdad social suma la crisis de la inseguridad pública y la violencia, y el delicado problema de los 43 normalistas desaparecidos.
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