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Piden afectados por el Mar de Fondo apoyo para restablecer negocios en Coyuca de Benítez

*La alerta de un nuevo fenómeno les afecta más porque ahuyenta al turismo, reclaman. El sábado les entregaron “un apoyo” de 460 pesos, pero en las listas había nombres de vecinos que no fueron afectados, denuncian

Karla Galarce Sosa

Coyuca de Benítez

Habitantes de la franja turística de Coyuca de Benítez que resultaron afectados por las marejadas del 2 de mayo dijeron que no quieren que les regalen más despensas, sino que les ayuden a restablecer un poco sus negocios, y aseguraron que la alerta emitida por un nuevo Mar de Fondo les afecta más porque los visitantes “ni siquiera llegan”, y los que vienen se regresan “al ver aún el panorama de destrucción”.
En un recorrido por La Barra y Playa Azul, en Coyuca de Benítez, se observaron decenas de comercios abandonados, en algunos de ellos, principalmente en los restaurantes, los dueños y trabajadores comenzaron a sacar la arena.
Denunciaron, sin especificar si se trató del gobierno federal o estatal, que el sábado pasado les entregaron “un apoyo” de 460 pesos a los afectados, sin embargo indicaron que en las listas de entrega había nombres de vecinos que no fueron afectados.
No obstante, debido a la emisión de Protección Civil estatal de una nueva alerta, colocaron costalillos llenos de arena para formar barricadas e impedir que el mar afecte aún más sus negocios, no obstante la arena que las olas dejaron dentro de sus negocios sigue en su interior.
Este lunes, los habitantes de Playa Azul que viven en el albergue de El Carrizal se mostraron dispuestos a dejar las viviendas que las marejadas destruyeron y a ser reubicados, sin embargo expresaron a la presidenta del DIF Guerrero, Marxitania Ortega –quien anunció la llegada de Caravanas Culturales–, que mantendrían sus actividades en la zona de playa, pues junto con la pesca, se trata de su único modo de vida.
Reclamaron la ausencia de los representantes del gobierno federal, así como la falta de aplicación del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), o el apoyo de instituciones como el Ejército, la Marina o La Gendarmería para limpiar sus negocios.
“Nosotros vivimos completamente de la playa, no tenemos otra manera de vivir”, dijo uno de los oradores durante la visita de la hija del gobernador.
Manifestaron que desconocen cuánto tiempo más van a tardar en conformar la evaluación de daños, aunque algunos advirtieron que, “con o sin el gobierno” buscan restablecer sus pequeños negocios, porque de ellos dependen al menos cinco familias en cada uno.

La Barra

Reynol Rodríguez Díaz, propietario de uno de los negocios más afectados comenzó a construir una pequeña enramada donde, dijo, ofrecerá “aunque sea cocos” a los visitantes que lleguen.
El señor Rodríguez empleaba a cuatro familias, pero ahora comen gracias al albergue instalado por Protección Civil estatal en el vecino poblado de La Estación.
“Nos las estamos viendo negras porque teníamos un guardadito, porque esperábamos el puente del 1º de mayo, pero con estas marejadas, perdimos todo, la naturaleza nos sorprendió y esperamos de corazón que el gobierno nos apoye”, expuso.
Ante el pronóstico de más marejadas, pidió a sus paisanos estar al pendiente.
La semana pasada, comentó, alcanzaron a sacar pocos utensilios pero no tuvieron más tiempo y ante el oleaje peligroso prefirieron que se llevara sus cosas.
“Parecía un río que salía del mar sin cesar, tenemos dos hijos que van a la escuela, y pues está difícil, vivimos al día, no tenemos ninguna cuentita en el banco ni nada para esperar la temporada baja, y todo lo invertimos para el puente, pero nunca esperamos que las olas llegarían tan pesadas… esas olas fueron como para correr y, afortunadamente tuvimos tiempo de salirnos”, relató el restaurantero.
El señor Reynol comenzó a construir una palapa y con ella sufragar los gastos de sus hijos, que estudian la universidad y no quiere que pierdan clases porque tampoco van a quedarse “con las manos cruzadas”.

Comenzaron la limpieza

La propietaria del restaurante Yolotzin, otro de los afectados por el Mar de Fondo la semana pasada en La Barra, María del Pilar Zúñiga León comenzó a mover palos, ramas y basura en lo que antes era la sala de su casa.
“Nosotros nos salimos, vivimos en alguno de los albergues y estamos al pendiente, no ha venido nadie a apoyarnos, parecía basurero”, lamentó.
En su casa, donde también habilitó el restaurante con alberca para los turistas, el oleaje tiró un tramo de pared, arrancó las puertas de los baños, se llevó las cabañas que tenía para colocar mesas y sillas, hamacas y donde tenía vista al mar.
A la entrega de 460 pesos que hizo la Sedesol “para los afectados” cuestionó Zúñiga León: “¿cómo es posible que nos den eso?, nos citan para darnos eso y con una actitud déspota, fue el sábado, fue en la cancha de La Barra, pero yo pienso que deberían pasar a verificar porque entregaron recursos hasta a quienes no fueron afectados ni tuvieron pérdidas”.

Mantener la barra abierta

El representante de la asociación de lancheros de la Barra de Coyuca –organización que ofrece paseos en lancha en la laguna, recorridos sobre la banana, y deportes extremos–, Omar de la Cruz Cruz pidió al gobierno federal que invierta en una obra para mantener abierta la barra y evitar más pérdidas en sus negocios y viviendas. Los 47 integrantes de la organización que preside perdieron sus embarcaciones.
Los desechos que el mar arrojó se veían todavía el lunes en el agua de la laguna, al otro lado de la barra, a unos 200 metros de distancia. “Necesitamos mucho la ayuda del gobierno federal, necesitamos carros de volteo, maquinaria, porque la laguna se azolvó”, dijo De la Cruz Cruz.
Ante la emisión de la nueva alerta, dijo que los habitantes de La Barra requieren del apoyo del gobierno para que se aplique el plan DN-III, pues es necesario sacar la arena de los negocios, así como la madera y la basura, y restablecer las palapas para “rescatar lo que se pueda”.
Algunos integrantes de la cooperativa colaboraban con la limpieza de uno de los negocios, donde también había una pequeña pala mecánica que les ayudaba a remover la arena.
“Estamos haciendo barricadas con costalillos de arena, poniendo a unos 10 metros del mar para evitar que el agua entre a las casas, porque la marejada pasada destruyó casas, muebles, y todos los enseres de las viviendas”, lamentó De la Cruz.
Señaló que la semana pasada no fueron alertados por las marejadas. “No fue una alerta emitida por el gobierno, nos alertamos por el mismo mar, cuando comienza a vibrar la casa es que nos damos cuenta, y la actuación del gobierno federal ha sido tardía, el estatal es poco lo que nos da”, sostuvo el representante de los lancheros.
Dijo enfático: “no queremos despensas, queremos un proyecto integral para el pueblo, para que se tenga abierta la barra de manera permanente… queremos la presencia del Presidente para que se dé cuenta de la problemática que tenemos cada año, porque éste fue más duro”.

Playa Azul

El propietario del restaurante y hotel Nautilus, Manuel Salvador Gómez Galeana, comentó que el Mar de Fondo que arrasó con su negocio coincidió con lo que llamó “efecto de luna”, cuya consecuencia es una elevación más de las olas.
Lamentó la nueva notificación de “un supuesto Mar de Fondo”, sin embargo, añadió que “eso va a ser prácticamente imposible, ya lo que pasó, pasó, y no nos notificaron como debieron hacerlo antes”.
“No podemos cruzarnos de brazos ni esperar a que llegue o no un apoyo, estos son negocios que generan empleos y debemos trabajar”, exclamó.
Pidió a los empresarios no estar esperanzados a que llegue la ayuda del gobierno porque “los daños los está cuantificando, y para nosotros representan pérdidas”.
“No queremos despensas, los cobertores tampoco nos ayudan, lo que queremos es empleo temporal para reactivar los negocios; de las reubicaciones, dudo que sea posible o que toda la gente se quiera salir”, puntualizó Gómez Galeana.
El restaurantero estimó que las pérdidas, tan sólo en ese negocio fueron de unos 130 mil pesos.

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