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Sigue sitiada Chilapa por civiles armados; ahora dicen que no se van hasta que el gobierno federal o estatal vaya a dialogar

*Participan más de 50 de las 146 comunidades del municipio, informa el comandante Juventino Abarca. Buscan administrar el Ayuntamiento mediante un Concejo Municipal y van a impedir las elecciones si antes del 7 de junio no les resuelven el problema de inseguridad, advierte. Hace dos meses presentaron los nombres y las ubicaciones de tres de los jefes de la delincuencia organizada, pero las autoridades no hicieron nada y sufrieron represalias, afirman

Zacarías Cervantes

Chilapa

Un día después de que el gobierno del estado dijo que soldados, policías federales y estatales asumieron el control de Chilapa, esta cabecera municipal sigue sitiada por habitantes –dicen ellos– de más de 50 de un total de 146 comunidades que integran el municipio, y advirtieron que no se van a retirar hasta que alguien del gobierno estatal o federal acuda a dialogar con ellos.
Ayer uno de los comandantes del movimiento, Juventino Abarca Chavelas, de la comunidad de Ayahualulco, rechazó lo que declaró el lunes el gobernador sustituto Rogelio Ortega Martínez, en el sentido de que no tienen el reconocimiento del gobierno del estado como policía comunitaria, y que no hay ningún dirigente visible con quién negociar.
Al respecto respondió que: “aquí estoy yo, no me cubro el rostro porque no soy un delincuente, no soy de la delincuencia organizada, pero nadie ha venido a dialogar con nosotros”, se quejó.
Ayer en la entrada de la ciudad, en el arco que da la bienvenida a los visitantes, los integrantes del grupo irruptor mantuvieron un retén en el que revisan los vehículos que les parecen sospechosos. Los civiles están cubiertos del rostro,  armas al hombro, rifles 22, escopetas, machetes y garrotes. Todos en alerta.
Adelante, a unos 200 metros, hay otro retén de policías de la Fuerza Estatal que, indiferentes, dejan que los inconformes realicen sus actividades de revisión. A un lado de ellos se observa un espectacular con la imagen del candidato a presidente municipal del PRI que fue ejecutado, Ulises Fabián Quiroz y en la parte inferior se lee el eslogan de campaña del PRI: “Orden y Paz”.
Más adelante, al pie de la estatua de la líder indígena de la Revolución Mexicana, Eucaria Apreza, cientos de hombres y mujeres indígenas se mueven inquietos a su alrededor, la mayoría portan palos y machetes en las manos, alguno que otro rifles calibre 22 o escopetas.
También muestran pancartas con sus demandas, consignas y advertencias: “Tlanixtlahuacán unido por el municipio de Chilapa”, “En Zinantla queremos paz, basta de secuestros”, “En Xiluxuchicán queremos paz y justicia para las comunidades, no más levantones”, “Xochitempa unido por la paz y la justicia”, “Las mujeres unidas por la lucha y por la paz exigimos seguridad, basta de inseguridad”, “En Atenxoxotla orden y paz pero para el pueblo. Queremos seguridad”.

“El alcalde es de la banda de delincuentes”

Al frente un hombre indígena, igual que los demás, se diferencia porque no está cubierto del rostro.
Es el comandante Juventino Abarca Chavelas del pueblo de Ayahualulco, quien de entrada se queja ante el reportero respecto a las declaraciones del gobernador Rogelio Ortega, quien el lunes pasado dijo que no tienen el reconocimiento del gobierno del estado como policía comunitaria, y dijo que nadie del gobierno estatal o federal ha acudido a dialogar con ellos.
–¿Y el alcalde? –se le pregunta.
–¿Y ese para qué lo queremos?, si es de la misma banda de delincuentes que nos han secuestrado, levantado y extorsionado.
Advierte que el movimiento en el que participan más de 50 de un total de 146 comunidades buscan administrar el Ayuntamiento, y que para ello van a conformar un Concejo Municipal, porque van a impedir que haya elecciones si antes del 7 de junio no les resuelven el problema de inseguridad en sus pueblos.
Agrega que no es cierto que no haya un dirigente con el que el gobierno pueda negociar, “no sé por qué se hacen tontos, ellos saben quién es el comandante de cada comunidad, aquí estamos, es lo que estamos buscando: el diálogo con el gobierno, pero nadie ha venido a buscarnos”.
Otro de los hombres que está al frente del grupo pero encapuchado y quien no revela su identidad, rechaza que pertenezcan a algún grupo de la delincuencia organizada, como lo declaró el gobernador cuando dijo que iban en busca de El Chaparro, a quien señalan como el líder de Los Rojos y que identifican como Zenén Nava, “primero que venga a platicar con nosotros, que nos conozca, que escuche nuestras demandas”, dice y luego declara que el gobernador “está mal informado” y que nadie ha acudido a dialogar con ellos.
“Aquí pasa la Gendarmería, el Ejército, la Policía Federal y la Policía Estatal, pero nomás pasan y nos ven, nadie se acerca a preguntarnos lo que queremos ni lo que pedimos”.
En cuanto a su relación con el alcalde de quien se dice sigue fuera de la ciudad, Abarca Chavelas expresa que no les interesa platicar con él, a pesar de que como autoridad debió haber sido el primero en salir a preguntarles sus demandas, pero agrega que ni si quiera él los ha buscado para conocer lo que quieren.
Dice que sólo piden seguridad en sus pueblos, “porque no podemos salir de ellos con el riesgo de que seamos interceptados por los delincuentes que nos piden dinero, nos levantan o nos secuestran, así ya no se puede vivir, sólo queremos vivir en paz, pero nadie nos escucha”.
Otro de los inconformes informa que desde hace dos meses los pueblos que hoy se encuentran movilizados presentaron los nombres y las ubicaciones de tres de los jefes de la delincuencia organizada de Chilapa, pero que las autoridades no hicieron nada y por el contrario, los jefes de la delincuencia ejercieron venganza en contra de quienes los denunciaron.
Juvencio Abarca advierte que por eso no se van a ir, y rechazó que hayan acordado que la Policía Estatal se haga cargo de la seguridad en esa cabecera municipal, “nosotros vamos a permanecer aquí, a menos que vengan a desalojarnos, pero estamos dispuestos a morir, no nos vamos a quitar hasta que alguien venga a hablar con nosotros. Aquí sí hay dirigentes y el gobierno lo sabe, en cada comunidad tenemos un comandante no sé por qué se hacen tontos”.
En cuanto al financiamiento de su movimiento, Abarca Chavelas asegura que “aquí el que es de buen corazón nos ayuda, además nosotros estamos acostumbrados a comer hasta tortillas duras”.
Mientras tanto, en la mañana de ayer se corrió el rumor de que los integrantes del movimiento tomarían Zitlala, la cabecera del municipio vecino, sin embargo el representante dijo que no han tomado ese acuerdo.
Reportes en las redes sociales informaron que la irrupción en esa cabecera municipal sí ocurrió, que los civiles armados entraron en 20 camionetas.
Sin embargo, en Zitlala los trabajadores de la educación y de salud suspendieron sus labores y anunciaron que no van a regresar hasta este 18 de mayo, cuando el gobierno estatal y el federal les garanticen su seguridad.

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