Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Álvaro Morata, la paradoja del héroe juventino de corazón blanco

Los dos goles más importantes de su carrera no los quiso celebrar. Álvaro Morata es desde ayer un héroe en la historia de la Juventus, pero el delantero español vivió la paradoja del futbolista que regresa a casa para convertirse en verdugo.
“Fue una sensación muy extraña, sobre todo antes del partido y en los primeros minutos, pero luego conseguí concentrarme porque nos estábamos jugando entrar en una final”, explicó el ex madridista.
Morata anotó el 1-1 con el que la Juve dejó fuera de la final de la Liga de Campeones europea de futbol al Real Madrid, actual campeón. En el minuto 57, el atacante de 22 años controló un balón dentro del área, armó con rapidez su pierna izquierda y fusiló a Iker Casillas.
La grada de la Juve estalló, el banquillo italiano saltó como loco, pero Morata no tuvo ni un gesto de alegría. Parecía uno más de los alrededor de 80 mil espectadores que quedaron mudos en el Santiago Bernabéu.
“Si marco un gol no lo celebraré”, había advertido Morata ya antes del partido de ida en Turín. Y cumplió con su palabra por partida doble: en el estadio italiano, cuando anotó el primero de los goles con los que la Juve ganó 2-1, y en el Bernabéu, donde igualó el que Cristiano Ronaldo había logrado de penal en el primer tiempo.
“Nunca quise marcar goles ante mi antiguo equipo, pero soy de la Juventus”, dijo con humildad el delantero, que recibió elogios de su entrenador Massimiliano Allegri.
“Ha crecido física y técnicamente. En el Real Madrid no jugaba y ha llegado a un sitio bueno para él. Todavía tiene un amplio margen de crecimiento”, analizó el técnico.
Morata debutó en Primera División en 2010 con el Real Madrid, después de subir al primer equipo de las categorías juveniles. Sus comienzos habían sido en el Atlético de Madrid, pero al igual que uno de los grandes ídolos blancos, Raúl González, cambió de aires y de fidelidad cuando aún era un joven.
Morata no logró hacerse un lugar en un equipo con una delantera plagada de estrellas. Ni con José Mourinho ni con Carlo Ancelotti logró continuidad.
Esta temporada, el español hizo las maletas y emigró a Italia, a una Juve que dominaba la Serie A desde hace años. Allí tuvo que pelear por el puesto con un compatriota, Fernando Llorente, más veterano, contundente y experimentado.
Sin embargo, el joven atacante creció en los últimos meses como futbolista. Se hizo más intuitivo, más efectivo y más veloz, y se ganó la confianza de Massimilia-no Allegri.
En la selección española, también tuvo y aprovechó sus oportunidades, presentándose como una clara alternativa a Diego Costa para el puesto de delantero centro.
Morata fue sustituido en el minuto 84 del partido y fue despedido por no pocos hinchas madridistas con aplausos. El partido le sirvió para entrar en el panteón juventino, pero también para enviar un mensaje al seleccionador español, Vicente del Bosque, y a su antiguo club, que aún podría recomprarlo por 30 millones de euros. Un día de felicidad que, sin embargo, no celebró. (DPA / Madrid).

468 ad