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Va el Festival de Cannes del glamour a la reflexión social en su inauguración

*El jurado da pautas, no dicta sentencias, dice el cineasta mexicano Guillermo del Toro

Omar Cabrera / Agencia Reforma

Cannes

El glamour llegó al Festival de Cannes ayer, cuando la ganadora de la Palma de Oro a Mejor Actriz el año pasado, Julianne Moore, declaró inaugurada la 68 edición de la fiesta del cine en Francia.
La actriz recibió ayer su premio por Maps to the star porque el año anterior no pudo acudir.
Catherine Deneuve, de 71 años, fue la estrella de la primera noche al desfilar en la alfombra roja de la película que protagoniza, La tête haute, dirigida por Emmanuelle Bercot, que abrió el Festival.
La francesa resaltó que los actores deben fomentar entre sus fans una imagen de misterio, para que el glamour vuelva a ser tan importante como lo era antes.
“Las vidas privadas de los actores y actrices se exponen alrededor del planeta. La gente incluso publica sus propias fotos en estas redes sociales y me parece que es una pena. Eso no conduce a los sueños”, explicó Deneuve, quien debutó en Cannes en 1964 con el musical Los Paraguas de Cherburgo.
Natalie Portman y su marido, el francés Benjamin Millepied, encargado de la coreografía de la ceremonia de apertura, deslumbraron en la alfombra.
También Lupita Nyong’o, Naomi Watts y la modelo Bar Refaeli, entre otros, engalanaron la primera jornada.

Un drama social abre la competencia

Muchos se preguntaban cómo podía inaugurar el Festival de Cannes un drama social como La tête haute, sobre un joven delincuente que no encuentra su camino y dirigido por una directora, Emannuele Bercort, poco conocida. Pero la diva francesa y coprotagonista, Catherine Deneuve, dio la clave al recordar que hay un “eco” a los acontecimientos que vivió el país a principios de año.
Deneuve se refería a los atentados de enero en París, cuando unos terroristas mataron a 12 personas, entre ellas varios empleados y caricaturistas de la revista satírica Charlie Hebdo y posteriormente a otras seis personas. Aunque la película ya estaba rodada, la directora recalcó también que “hay una resonancia entre el film y lo que pasó a comienzos de año”.
“Los jóvenes que perpetraron el atentado tenían un recorrido de infancias muy difíciles, se parecen a los jóvenes que vi en los centros (educacionales de menores con problemas), y han frecuentado a los que va Malony (el joven protagonista de la película al que da vida Rod Paradot)”.
El film habla de que la educación “es fundamental” y, cuando las familias no la pueden brindar, “es la sociedad la que lo debe dar. Un niño no es salvaje, si se convierte en eso es porque no ha tenido la suerte de recibirla”. “Los niños tienen que estar protegidos”, agregó Bercot, en cuya opinión, los jóvenes terroristas que actuaron en París no habían sido “protegidos”, ni habían recibido “educación”.
Deneuve, que precisamente esta semana es portada de Charlie Hebdo, destacó que tras el difícil año que ha vivido Francia, inaugurar el certamen francés con esta película “habla” precisamente de la apuesta del festival no por una cinta taquillera, sino por una artística (de temática social).
En La tête haute, el protagonista (Paradot) es un delincuente violento al que intentan ayudar una juez de menores (Deneuve) y un educador (Benoît Magimel). La trama no se centra exclusivamente en el menor, sino que intenta aportar el punto de vista de la gente que le tiende una mano y acabará marcando su vida.
La película es un “tributo a la gente que trabaja en la sombra”, dijo la propia Bercort, que concurre por primera vez en la sección oficial del certamen francés (pero fuera de concurso). Desde que en 1997 ganó el premio del jurado por su corto Les Vacances, tan sólo había acudido al certamen como actriz y guionista. Y este año, además, hace doblete, pues protagoniza Mon roi, de su amiga y compatriota Maïwenn.
Deneuve asistió a numerosos juicios de menores para empaparse del oficio. “Pasaba mañanas enteras escuchando” y “quedé impresionada”, dijo la veterana actriz, que acudía a estas audiencias para saber cómo trataban los jueces a los futuros adultos. Le llamó la atención la paciencia que tienen, su perserverancia y sobre todo su capacidad para escuchar. “Hay que tener una verdadera vocación para hacer este trabajo. Es maravilloso ver a esa gente cómo tiende la mano”.
Como no podía ser de otra forma, tampoco faltó la pregunta sobre la condición de mujer de la directora, ya que por segunda vez en casi 70 ediciones una directora inaugura el certamen.
A Bercort no pareció gustarle mucho la pregunta pues no quería entrar en el debate de género. “En Francia no somos minoría. No creo que suframos discriminación”, aunque estadísticamente somos menos. Pero “hay muchas directoras en el país. Tomará tiempo llegar a la igualdad, porque tenemos que recuperar 50 años”, dijo, pero lo importante –agregó– es que la película haya sido seleccionada para participar en Cannes.
Con todo, La tête haute ha sido acogida con una frialdad sorprendente. Muchos críticos comentaban a la salida de la proyección que no tenía el suficiente “nivel” para inaugurar el certamen. No obstante, el año pasado el festival se puso en marcha con la glamourosa Nicole Kidman encarnando a Grace Kelly (Grace of Monaco), un trabajo que tampoco fue del gustó a la crítica.

Las declaraciones de Guillermo del Toro

El director mexicano Guillermo del Toro, aseguró ayer en el Festival de Cannes que la misión del jurado del que forma parte es sobre todo “dar una pauta, no tanto dictar sentencia”.
“No estamos aquí para decir lo que es bueno y lo que es malo”, afirmó el cineasta. Del Toro forma parte del jurado internacional que decidirá el próximo 24 de mayo quién merece la Palma de Oro, el máximo galardón del certamen cinematográfico más prestigioso del mundo que ayer arrancó con el drama La tête haute, de la francesa Emmanuelle Bercot.
Del Toro, que aspiró al cotizado premio en 2006 con El laberinto del fauno, comentó que sabe lo que se siente al estar en competición. Y recordó cómo le cambió la vida cuando Cronos ganó en la sección paralela de la Semana de la Crítica.
Es por ello, dijo, que estamos aquí “para tomarlo en serio, porque la gente que compite merece ser tomada en serio”.
Y en los próximos diez días espera “aprender y enriquecerse sobre cine”, aseguró el cineasta, que dejó patente su buen sentido del humor al bromear sobre su sobrepeso.
Guillermo del Toro, que en octubre estrenará Crimson Peak, la historia de fantasmas que ha escrito y dirigido, estará acompañado en el jurado por los actores Jake Gyllenhaal (Estados Unidos), Sienna Miller (Reino Unido), Rossy de Palma (España) y Sophie Marceau (Francia), así como la compositora de Rokia Traore (Mali) y el actor y director Xavier Dolan (Canadá), el más joven del jurado con apenas 26 años.
La presidencia recae por primera vez en dos hermanos, los directores estadunidenses Joel y Ethan Coen, que han pasado en nueve ocasiones por el certamen francés, ocho de ellas en competición, y tienen una amplia nómina de premios, entre otros la Palma de Oro (Barton Fink). (Con información de DPA).

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