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El 30% del maíz transgénico importado por México de EU llega al consumo humano, advierten

Diana Saavedra / Agencia Reforma

Ciudad de México

Expertos advirtieron que mientras la legislación mexicana para la producción de transgénicos está atorada, la población consume maíz genéticamente modificado desde hace tiempo.
El 93 por ciento del maíz que produce Estados Unidos es transgénico y, aunque México lo compra principalmente para alimentar al ganado, las empresas de alimentos lo usan desde hace tiempo, dijo Francisco Bolívar Zapata, titular de la oficina de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Presidencia de la República.
Con él se producen harinas, aceites, alimentos procesados y jarabes, agregó.
El especialista en organismos genéticamente modificados (OGM) estima que el 30 por ciento del maíz transgénico importado por México llega al consumo humano.
“Si va al supermercado, principalmente en Estados Unidos, la mayor parte de los alimentos que dicen que usan maíz están usando granos transgénicos”, detalló el funcionario.
Además, en un par de años se liberarán nuevas patentes de producción de transgénicos, por lo que su oferta aumentará.
Naciones como China, India y Sudáfrica –que ya tienen sus propias semillas modificadas– podrían ofrecer a nuestro país más de esos granos y ante este panorama es necesario impulsar los cultivos propios de OGM, añadió Bolívar Zapata.
Francisco José Fernández Perrino, especialista en biotecnología y economía agrícola de la Universidad Autónoma Metropolitana UAM-Iztapalapa, agregó que en México urge que las empresas de alimentos añadan al etiquetado información sobre el tipo de semillas que utilizan.
El académico agrega que falta, además, investigar seriamente los efectos en la salud por el consumo de estas semillas. Aclara que, hasta el momento, no hay suficiente evidencia científica que documente daños específicos.
“En un tema tan polarizado como este es complicado encontrar un punto intermedio. En lo personal creo que no afecta a la salud, pero soy partidario de la información y del libre albedrío de la gente para que cada uno asuma si toma el riesgo o no”, enfatizó.
Para Adelita San Vicente Tello, directora de la Fundación Semillas de Vida, quien actualmente lidera la demanda contra las siembras de maíz transgénico, es necesaria la imposición de un etiquetado y suspender la importación de maíz transgénico.
Naciones de Europa han colocado avisos de organismos genéticamente en etiquetas ante la mínima sospecha de la presencia de esos granos, añadió el abogado de la organización, René Sánchez Galindo.

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