Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Víctor Cardona Galindo

PÁGINAS DE ATOYAC

* El Paraíso

(Novena parte)

Desde tiempos remotos la violencia se ha enseñoreado en El Paraíso y la muerte siempre ha estado presente, tanto que las rezanderas se hicieron preponderantes y el levantamiento de sombra un ritual frecuente.
El mejor cronista de Atoyac, Wilfrido Fierro registra que el 6 de marzo de 1955 “fueron muertos en un zafarrancho en el poblado El Paraíso, Alfonso Argüello, Pascual y Bonifacio Andrés, y heridos Margarito Vázquez y Anastasio Catalán; viejas dificultades salieron a relucir al calor del alcohol con las consecuencias anotadas”.
Otra página de la Monografía de Atoyac, de Wilfrido, describe que el síndico del Ayuntamiento, profesor Luis Cabañas Ocampo fue herido el 4 de marzo de 1962 en El Paraíso, quien luego sería cesado del cargo el 17 de marzo, al parecer porque su esposa respondió la agresión y asesinó a Inocencio Ríos. “La esposa de Cabañas, Adolfina Pino, al ver a su esposo herido y en el suelo le sacó la pistola que portaba en la cintura y disparó la carga sobre el agresor, matándolo en el acto”, escribió Salvador Román, historiador del movimiento de Los Cívicos de Guerrero que encabezaba Genaro Vázquez. Por eso Cabañas negociaría con el gobierno del estado la libertad de su esposa a cambio de la sindicatura de Atoyac.
Un buen día, el 24 de junio de 1979, ocurrió un tiroteo entre civiles y policías. Los preventivos intentaron desarmar a Josafat Lucena Adame dándose la balacera. Un informe del Ejército dice que la Policía Sub-Urbana “es culpable de los hechos ocurridos el día 24 de junio de 1979 en los que perdieron la vida tres personas y resultaron cinco heridos”.
Precisa que en un primer enfrentamiento en la calle, frente al cabaret de la señora Esperanza Zamora, murió el policía Esteban Romero de Jesús y salió herido el segundo comandante Ciro Tinoco Morales y el campesino Josafat Lucena. En el segundo enfrentamiento murió Juventino Ávila. El reporte no da los pormenores sobre el otro muerto y los demás heridos.
El Año Nuevo de 1990 muchos campesinos de todas las comunidades del municipio llegaron a reforzar el plantón que el PRD tenía en el zócalo de la ciudad de Atoyac. Esa noche el padre Máximo Gómez llevó comida y se hizo acompañar de muchos de sus feligreses. Si ese Año Nuevo los cuerpos policiacos hubieran caído a desalojar hubieran quedado muchos muertos. En ese tiempo estaban construyendo el hotel Alameda, y dentro de la construcción se ocultaron muchos sierreños armados, entre los que se encontraba Ricardo Lucena Basave y otros perredistas de El Paraíso.
El grupo de autodefensa se incorporó en todas las guardias que había alrededor del zócalo, y uno de los más activos era Porfirio Alarcón, y Placido Domínguez se paseaba con un casco de acero, caminando por arriba de la bóveda de la iglesia armado de un rifle M-1. Ese Año Nuevo se fue muchas veces la energía eléctrica, así que toda la noche los plantonistas estuvieron alerta. En la madrugada llegó la noticia de que el plantón de Coyuca de Benítez había sido atacado por unos pistoleros que habían matado a tres perredistas.
Al día siguiente se formó una comisión para ir a reforzar el plantón de Coyuca de Benítez formado en su mayoría por campesinos. El grupo iba encabezado por Oscar Rivera, Elio Dionisio Ponce y Ricardo Lucena. Otra comisión se fue a la toma de protesta de Salvador Flores Bello como presidente municipal de Tecpan de Galeana. Por la tarde al regresar la comisión de Coyuca de Benítez, Ricardo Lucena venía herido y un perredista de Tecpan había muerto en un enfrentamiento a tiros.
Ricardo Lucena Basave sería posteriormente el comandante de la policía prevenvtiva de la Comuna Popular Revolucionaria que funcionó los tres primeros meses de 1990, en el Palacio Municipal. Pasado los años, el 9 de abril de 1995, Ricardo fue asesinado en las estribaciones de la sierra Madre del Sur, adelante de Toro Muerto cerquita de Cruz de Ocote. La misma suerte correría Porfirio Alarcón. Oscar Rivera, Elio Dionisio y Plácido Domínguez también serían asesinados, pero esa es historia de otras comunidades.
Entre otros registros encontrados, en el Archivo Histórico Municipal, el campesino Ángel Fierro Martínez de El Paraíso, fue asesinado a balazos en la cabecera municipal el 13 de marzo de 1994. Ángel Fierro era suplente de Mario Valdez en la regiduría de Desarrollo Rural del Ayuntamiento que presidía María de la Luz Núñez Ramos y que había tomado posesión apenas el 1 de diciembre de 1993 postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El 17 de septiembre de 1994 fue asesinado Antonio Adame Reyna en El Paraíso; recibió tres balazos de 38 súper en diferentes partes del cuerpo y el 22 de noviembre de 1994 hubo tres balaceados durante el torneo de basquetbol.
Luego el 4 de septiembre de 1995 serían emboscados y asesinados en un lugar conocido como El Venado, en la carretera que conduce a El Paraíso, el comandante de la policía comunal de esa localidad, Adalid Araujo Ávila y al policía Armando Simbras Torres. Durante su gobierno María de la Luz Núñez Ramos llevaría un registro de las muertes violentas al que llamó Banco de sangre y violencia. Se puede encontrar en el Archivo Histórico Municipal.
Aquel 18 de febrero de 1996, la Policía Judicial del Estado, a las 11 horas, cerca de La Florida, emboscó a Agapito Rojas Hernández, Genaro Martínez Sánchez y Miguel Rojas Cortés. “Al trasladarse cinco familiares de las víctimas del poblado El Paraíso a La Florida, se encontraron con un grupo de agentes de la PJE, percatándose por las huellas de sangre que uno de los agentes había sido herido”, dice un oficio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) firmado el 2 de junio de 1997.
Por la noche al estar velando a los difuntos, se enteraron que el agente judicial estaba siendo llevado al puerto de Acapulco y por eso José Rojas Hernández, Isaías Rojas Osorio, Mauro Altamirano Osorio, Benigno Figueroa Alquisiras y Héctor Aguilar Navarrete decidieron trasladarse a Acapulco para conocer la identidad del policía y denunciar los hechos, pero al ir tras el policía en el punto denominado El Roble, entre El Papayo y El Zapote, fueron acribillados por los judiciales dentro del vehículo en que viajaban y arrastrados fuera de él. Todos tenían múltiples heridas y tiro de gracia.
Esa noche también asesinaron a Marco Antonio Fierro Camacho, quien se encontraba en el velorio y al trasladarse a su casa, fue acribillado frente al panteón con seis balazos calibre .380 en la espalda. A raíz de esos crímenes fueron destituidos de la policía judicial Leopoldo Benítez Pérez como comandante y Leonel González Garduño como agente. También fueron consignados campesinos que nada tenían que ver con el crimen.
El lunes primero de abril del 2002, gran conmoción provocó el descubrimiento del cadáver de una niña entre 10 y 12 años, semienterrado en una vivienda en la pequeña comunidad de Las Finquitas, perteneciente al ejido de El Paraíso. El cadáver fue encontrado en estado de putrefacción, por personas que querían habitar la casa; sólo estaba el cráneo y una parte de los huesos.
Según lo que informó el comisario de El Paraíso, Román Abarca Corona, la niña María Javier era hija del matrimonio formado por Crescencio Javier Peralta e Isabel Manzanares, indígenas originarios de Chilapa, quienes llegaron a trabajar a Las Finquitas.
El cadáver estaba siendo devorado por los perros cuando llegó el agente del Ministerio Público al levantamiento del cuerpo que fue traído en una bolsa de plástico a la cabecera municipal. Se presumió que la niña era robada, pues sus presuntos papás no la dejaban platicar con nadie mientras estuvo en la comunidad.
Lázaro Bautista Catalán fue asesinado a balazos a las cinco y media de la tarde, del 5 de diciembre del 2005, cerca de El Paraíso. Lázaro era uno de los más connotado líderes priistas de la comunidad y había sido dos veces candidato a síndico, la primera vez con Juan Méndez Mejía que perdió ante María de la Luz Núñez y la segunda vez con Elías Salomón que se quedó en el camino ante Pedro Brito García.
Y el 15 de junio 2007, a las 8: 40 de la mañana, fue baleado en El Paraíso otro connotado priista. Román Abarca Corona de 63 años de edad fue trasladado herido al hospital Juventino Rodríguez. Sus agresores le tiraron desde el monte, en su rancho llamado El Retén, y le dieron dos balazos en la espalda. El lugar donde fue atacado el ganadero Román Abarca, se ubica casi enfrente del sitio donde fue asesinado Lázaro Bautista Catalán.
El 28 de junio del 2007 caería abatido por balas asesinas en el centro de la comunidad Alberto Sotelo Lucena, ex comisario municipal y el síndico priista en el periodo de Acacio Castro Serrano. Alberto era hombre valiente y buen amigo.
Luego sujetos armados dispararon contra familiares y vecinos que estaban en el velorio de Roberto Lucena Pérez, los hechos fueron a las 7 de la noche del domingo 26 de agosto del 2007, en la comunidad de El Paraíso. Los pistoleros dieron muerte a Flavio Amado Delgado de 43 años originario de Alcholoa, con domicilio en El Paraíso. También fue herido de gravedad el hijo del velado, Salvador Lucena Rayo de 25 años. En el ataque se usaron armas de calibre 9 milímetros y 38 súper.
También el ex presidente del comisariado ejidal, Benjamín Martínez Enríquez fue asesinado a tiros en la inmediaciones de El Paraíso en abril de 2008.
El 17 de septiembre de 2008 el candidato a síndico del Partido Revolucionario Institucional, Mario García Marcelo, sufrió un atentado en el que murió Ángela Nava Vargas una de sus acompañantes quien recibió tres balazos. Los hechos ocurrieron subiendo a la sierra, a la altura del rancho Las Gemelas. Sujetos armados salieron de la maleza y dispararon en contra de la camioneta en que viajaban cuatro personas. Mario García fue presidente del comisariado ejidal de El Paraíso apoyado por el PRD con quien ganó las elecciones el 5 de abril de 1992 y luego regresó al PRI ocupando cargos como director de Gobernación municipal y director del agua potable.
El 21 de marzo de 2013 fue ejecutado a balazos el ex presidente del Consejo Consultivo de comisariados ejidales, Agustín Sotelo Aguilar de aproximadamente 48 años de edad, en la casa de la familia Gómez donde se refugió de un primer ataque, en la calle Independencia de la cabecera municipal. Los hechos fueron a las seis y media de la tarde a una cuadra del zócalo. Sotelo Aguilar fue presidente del comisariado ejidal de El Paraíso, precandidato a la alcaldía de Atoyac por el Partido de la Revolución Democrática pero al no ser favorecido apoyó al PRI, partido por el que era un prospecto para estas elecciones.
Por último, el 16 de noviembre de 2013, en la tarde, dos dirigentes campesinos de la comunidad El Paraíso fueron asesinados en pleno centro de Atoyac, cuando regresaban de una reunión con cafetaleros. Se dijo que las víctimas organizaban una policía comunitaria, pues ya habían asistido a una reunión a Xaltianguis. A las 14:20 horas, Juan Lucena Ríos y José Luis Sotelo Martínez estaban en una camioneta, cuando un hombre les disparó cuatro balazos certeros a cada uno.
Hacía más de un mes que a Sotelo Martínez le habían secuestrado a su hija de 27 años, pero la gente del pueblo se armó. Unos 300 hombres lograron rescatarla. Eso motivó que la gente hablara de la creación de una policía comunitaria en El Paraíso. Juan Lucena había sido comisario de El Paraíso por el PRI, un tiempo se afilió al PAN por el que llegó a una regiduría que luego se llevó al PRD y hace seis años contendió por el PVEM por la presidencia municipal de Atoyac. Anteriormente se había salvado de dos atentados.
Luego la muerte alcanzaría a Alfredo de los Santos Ávila de 60 años de edad, presidente del Consejo de Vigilancia de El Paraíso, asesinado el lunes 2 de marzo de 2015, por el basurero que está en la periferia de la ciudad de Atoyac, en la carretera que conduce a la comunidad de El Paraíso. “Fue atacado cuando viajaba en un coche Matiz rojo”, publicó la prensa.

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