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El 30 de abril dos policías comunitarios murieron en el ataque de los estatales y cuatro fueron ejecutados

*De acuerdo con testigos, cerca de San Juan de los Llanos, en la entrada a Ometepec, tras la primera agresión, los efectivos del estado con militares y policías federales y municipales, acordonaron la zona y alteraron la escena del crimen para aparentar un enfrentamiento

Jacob Morales Antonio

Juchitán
(Primera parte)

Policías estatales atacaron el jueves 30 de abril a las afueras de Ometepec a policías comunitarios de la Casa de Justicia de Juchitán de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) que viajaban en dos camionetas; dos murieron durante el ataque, tres fueron heridos y uno quedó ileso; los tres heridos y el ileso fueron ejecutados por los estatales en el mismo lugar, donde poco después el líder Eliseo Villar Castillo fue arrestado.
La información recabada de dos testigos presenciales, de vecinos, familiares y del único policía comunitario que ese día salvó la vida porque se encontraba en otro vehículo, indica que los comunitarios fueron ejecutados una vez que les quitaron las armas, y la escena del crimen fue alterada por los policías estatales para aparentar un enfrentamiento.
Ese día, los comunitarios detuvieron al ganadero y proveedor de droga Noé Marroquín Reyes. Pero la versión oficial en el primer boletín de la Fiscalía General del Estado (FGE) afirma que la detención fue un secuestro por un grupo de plagiarios quienes iniciaron la agresión contra los policías estatales.
En fotografías periodísticas se ve cómo policías comunitarios quedaron en el pavimento del tramo carretero Ometepec-Acapulco, con disparos en la cabeza a corta distancia, como si los hubieran rematado, y la trayectoria de los balazos no corresponde con la ubicación como quedaron los cuerpos y los carros: la patrulla 0161 y RAM doble cabina donde viajaban los comunitarios.
El policía comunitario de 22 años, Rodolfo Bello Hernández fue el único de los comisionados a esa operación contra el narcotráfico que salvó la vida, porque iba en el automóvil Tsuru que se adelantó, y el ataque de los policías estatales se dio a dos camionetas, en las que viajaban seis comunitarios y un ganadero y narcotraficante que iba arrestado. El ataque se dio en el tramo carretero Ometepec-Acapulco, entre los cruceros El Barrero de Magdalena y El Capulín en el municipio de Igualapa, a unos 15 minutos de la ciudad de Ometepec y a cinco minutos del crucero de San Juan de los Llanos de la carretera interestatal Acapulco-Pinotepa Nacional.

Cómo dieron con Noé Marroquín

El testigo Bello Hernández y el integrante de la CRAC nombrado el 5 de mayo como parte del comité que asumió las funciones del coordinador Villar Castillo, Filemón Santacruz Marín Magallón, relataron cómo sucedieron los hechos, ambos estuvieron en el lugar, en dos momentos.
El 29 de abril a las 8 de la noche, cinco policías que integran la guardia permanente de la Casa de Justicia de Juchitán y dos coordinadores salieron a la comunidad de Capulín Chocolate, Marquelia, para realizar una operación sorpresa para capturar a vendedores y proveedores de droga, pero no se logró detener a nadie. La Casa de Justicia había recibido varias denuncias de vecinos.
Los nombres de los policías comunitarios de la guardia permanente que asistieron a la operación son Pascual Miel Bautista de El Aguacate, Juchitán; Bertín Villanueva Verónica, de Cuautepec; Fidencio Santiago Baltazar de Tejas Crudas, Cuajinicuilapa (amuzgo originario de Cumbres de Barranca Honda, Ometepec); Antonio Martínez Hernández de Ometepec, Éric Marbel Paniagua Bernal de El Faro, Cuajinicuilapa, (todos muertos) y el único sobreviviente, Rodolfo Bello Hernández.
Para las detenciones la guardia permanente fue acompañada por los coordinadores Modesto Alberto Sánchez Cruz, muerto en el ataque, y Eliseo Villar Castillo, detenido y encarcelado en el penal federal de Veracruz.
El 30 de abril de madrugada, los integrantes de la guardia permanente, dice Marín Magallón, salieron de la Casa de Justicia de Juchitán, a la comunidad de San Nicolás, municipio de Cuajinicuilapa a bordo de la camioneta RAM, color guinda. De acuerdo con el testimonio del sobreviviente, llegaron a esa comunidad alrededor de las 7 de la mañana.
“Nosotros fuimos de aquí –Juchitán– para allá, porque ya había señalamientos de que vendían droga. Llegamos y pues sí fuimos a la casa que nos habían dicho y encontramos al señor. Le encontramos unas diez bolsitas de mariguana y unos cigarros ya preparados, lo descubrimos y lo subimos a la patrulla”.
En esa casa detuvieron a Juan Cisneros Parral por posesión y venta de droga. Después dice que “nos fuimos a la otra casa que nos habían señalado. Fuimos y ahí encontramos como medio kilo de mariguana, todos en bolsas para la venta”, y detuvieron en esa misma comunidad a Leobardo Mendoza Mariano.
Al segundo detenido le preguntaron quién le surtía la droga, y dijo el nombre de Silvestre Román Candela originario de la comunidad de Comaltepec, Cuajinicuilapa, que fue detenido, junto a su esposa.
“Le encontramos primero como unas 30 bolsitas –de mariguana–. Y le preguntamos que dónde tenía la demás, pero él decía que ya no tenía, y empezamos a revisar –su casa– y le hallamos media costalilla, pero el profe Eliseo no se quedó conforme y empezamos a buscar y fue cuando encontramos tres costalillas más de mariguana”.
Indicó que al momento de su detención el señor se disponía a trabajar en un taxi tipo Tsuru que también fue apropiado por los comunitarios. Con los cuatro detenidos los comunitarios regresaron a la Casa de Justicia de Juchitán donde llegaron alrededor de las 10:30 de la mañana.
Ahí, Román Candela delató a Noé Marroquín Reyes, a eso de las 11 de la mañana. Dijo que era el proveedor de la droga y que vivía en Santa María, Ometepec. Los policías comunitarios se trasladaron a la ciudad de Ometepec en la RAM y el Tsuru.
Una vez ahí, Román Candela les comentó a los comunitarios que cuando le va a entregar el dinero de la venta de la droga le marca por teléfono a Marroquín Reyes y baja a la ciudad por el dinero. Utilizando el mismo procedimiento, los comunitarios permitieron al detenido llamar al proveedor de la droga y lo citó cerca de un taller mecánico, por el Tecnológico de Ometepec.
Marroquín Reyes llegó al lugar alrededor de la 1 de la tarde a bordo de la camioneta Ford F-150 con redilas negras, de su propiedad, y fue detenido e inmediatamente trasladado hacia la Casa de Justicia de Juchitán. En la RAM guinda de doble cabina, subieron cuatro comunitarios y el recién detenido (al volante Sánchez Cruz, de copiloto Villanueva Verónica, atrás del conductor Miel Bautista, atrás del copiloto Martínez Hernández y en medio el detenido Marroquín Reyes).
Mientras en el carro de redilas incautado viajaron dos policías, al volante Paniagua Bernal y de copiloto Santiago Baltazar. Mientras en el Tsuru viajaron al volante el propietario del vehículo que iba detenido, Román Candela, además del coordinador Villar Castillo y el sobreviviente Bello Hernández. En este vehículo se alejaron unos 300 metros de los otros dos que fueron atacados.

Convoy comunitario hacia Juchitán

Alrededor de las 2 de la tarde, el convoy de comunitarios fue alcanzado por una patrulla de la Policía Estatal, con cuatro elementos, entre los cruceros de El Barrero de Magdalena y El Capulín en el municipio de Igualapa.
Bello Hernández relató: “nosotros nos venimos. El Tsuru se arrancó primero, de ahí se arrancó la RAM y de ahí se arrancó la ganadera. Pero ya en el camino el Tsuru rebasó a una camioneta roja que venía adelante y los compañeros –a bordo de los otros dos carros– se quedaron un poquito más atrás”.
“El detenido Román Candela quien manejaba su carro Tsuru, dijo: creo que los paró la estatal a los compañeros. Así que volteamos a ver, y sí pues ya estaba atravesada la camioneta (patrulla), les cerró el paso”, relató Bello Hernández.
Indicó que al ver eso, el coordinador Villar Castillo ordenó a Román Candela retroceder e ir al lugar donde estaban sus compañeros detenidos por los policías estatales.
“Así que nos regresamos y cuando llegamos ahí –al lugar del ataque–, ya dos de los compañeros estaban botados (muertos) y los demás estaban vivos”. Dijo que Villar Castillo bajó del Tsuru y encaró a los policías reclamando porqué les habían disparado, y los estatales respondieron que sólo repelieron la agresión.
Después, Villar Castillo y Bello Hernández con el detenido Román Candela decidieron ir por apoyo a la Casa de Justicia de Juchitán para dar auxilio a sus compañeros heridos. “Los demás compañeros estaban vivos todavía. Sólo vimos a un policía –estatal– muerto, porque cuando nos acercamos, ellos nos encañonaron, nos dijeron que no nos moviéramos, porque si no nos iban a disparar”, recordó Bello Hernández.
Vio que a los que quedaron vivos, los policías estatales los trataron de bajar de la RAM pero los comunitarios no quisieron y los policías estatales les quitaron sus armas. “A ese que estaba vivo, a golpes lo querían bajar de la camioneta, él no se quería bajar de la RAM”.
Dijo que él alcanzó a ver a tres heridos y a un policía comunitario que salió ileso (Martínez Hernández) y dos estaban muertos.

La ejecución extrajudicial

Luego de ir por ayuda a Juchitán, Villar Castillo, acompañado de Adelaida Hernández (también coordinadora de la CRAC del grupo de Eliseo Villar, que el mismo día fue detenida y se encuentra en el reclusorio de Acapulco) y el nuevo coordinador Marín Magallón llegaron al lugar del ataque en San Juan de los Llanos, y encontraron muertos a los cuatro comunitarios que después del ataque fueron vistos vivos y heridos.
Para ese momento recordó Marín Magallón ya estaban en el lugar policías municipales de Ometepec y de Cuijinicuilapa, y militares que tenían cerrada la carretera. Los estatales estaban corriendo a la gente y decían como estrategia: “retírense, retírense, aún nos están disparando (los comunitarios)”, cuando éstos ya estaban muertos.
Marín Magallón dijo que cuando trataron de acercarse al lugar de los hechos los policías y militares les impidieron el paso. “Eliseo les dice, somos compañeros de los que están caídos. Cuando empiezo a grabar y a tomar fotos y me arrebata la cámara (un militar)”.
“El que tomaba el mando era militar, empieza a injuriarme. Expresó: vamos a darle cuello a este cabrón, es uno de ellos. Ahí se ve tan claro que esto es la misma estrategia que han utilizado allá arriba en Iguala (con los 43 normalistas desaparecidos)”.
“Entonces separan a Eliseo, se lo llevan a una patrulla de la Policía Federal…pero antes de que subieran a Eliseo a la patrulla les dice: caramba no se vale lo que estoy viendo, a mis compañeros, no todos estaban muertos. Y la escena que yo vi –cuando llegamos ahí– fue que todos estaban muertos”.
A Marín Magallón lo detuvieron durante una hora. Después lo llevaron a las instalaciones de la Policía Ministerial de Ometepec, pero los policías cambiaron de actitud y “me dijeron que sólo cumplieron con rutina. A mí me dijeron que me iban a llevar al MP para declarar, pero nunca me llevaron”.
Los cuatro detenidos que delataron a Marroquín Reyes fueron enviados a otras casas de Justicia, que por seguridad no informaron en qué localidades se encuentran. Mientras que Marroquín Reyes fue trasladado al hospital general de Ometepec por los policías estatales para su atención médica porque según se informó que iba herido.

Dos testigos de los hechos

Dos testigos presenciales narraron cómo los policías estatales dispararon a los comunitarios. Ellos afirman que la escena del ataque fue alterada por los estatales, una vez que atravesaron la patrulla en la carretera.
Los testigo, que por temor a represalias pidieron omitir sus nombres, se desplazaban en diferentes vehículos de Ometepec hacia San Juan de los Llanos. Ambos indicaron que la patrulla los rebasó a toda velocidad a unos 500 metros antes de alcanzar al convoy de comunitarios.
El primer testigo dijo que desde tres vehículos se vieron los hechos. Él viajaba en uno de ésos, a unos cien metros de la balacera. Indicó que sólo vio disparos de los policías estatales hacia los comunitarios.
En una hoja, dibujó cómo quedaron los vehículos en la carretera. Narró que cuando terminó de salir de la curva casi en la entrada de la colonia Enrique Ramírez Cruz, “los vimos –a los policías estatales– que estaban atravesado la patrulla”.
Agregó: “yo vi la camioneta de redilas, uno de los comunitarios bajó del carro y caminaba con el arma abajo, en ese momento en que llevaba el arma nosotros comentamos que nos regresábamos, en esos instantes empiezan la balacera…yo nada más vi cuando cayó el policía comunitario, que vi rodear el carro de redilas”.
El testigo dijo que una vez que comenzó la balacera retornó hacia Ometepec. Otro de los testimonios afirmó que a los comunitarios los trataron de bajar a la fuerza del carro color guinda donde venían pero hubo discusiones. Y mientras se alejó en su auto escuchó varias detonaciones.

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