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Tomás Tenorio Galindo

OTRO PAIS

*Un voto útil para Los Chuchos, por favor

El ex gobernador priista René Juárez Cisneros dijo el lunes de esta semana que Guerrero “está secuestrado por la delincuencia”, y tuvo la osadía de hacer una comparación entre lo que sucede hoy y lo que sucedía cuando él entregó el gobierno en 2005 al perredista Zeferino Torreblanca: “Como está hoy, no hay mucho de qué hablar, lo que se ve no se juzga”.
Que hasta René Juárez –conocido por la corrupción desatada en su gobierno– se sienta legitimado para señalar los efectos desastrosos de diez años de gobiernos del PRD, sin que alguien se atreva ni pueda rebatirlo con argumentos sólidos, ofrece una perspectiva del dilema que se dirime en las elecciones del 7 de junio. La desgracia del caso es que tiene razón.
Por su programa social, sus principios y el aliento de renovación que incorporó al pluralismo político, alguna vez el PRD fue el partido de la esperanza y en el que la izquierda se sentía representada, pero hace mucho que ya no es así.
La esperanza se convirtió en un desencanto vergonzoso para un partido que llegó a contar con un gran asentimiento social debido a su propuesta moral frente al autoritarismo y la corrupción del sistema político priísta. Medran ahora en ese partido, negocian, trafican, grupos movidos por la avaricia, y reina la fiebre por el enriquecimiento fácil y la ausencia total de escrúpulos y ética. El caso Ayotzinapa, la matanza más horrenda en la historia del país aun si los hechos no hubieran ocurrido como dice la PGR, puso de manifiesto la degradación sufrida por el PRD y exhibió la profundidad y el avanzado estado del cáncer que se desarrolló en su interior en cuatro lustros.
Sin embargo, como si el ataque de la policía de Iguala contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa no fuera responsabilidad suya, y como si no hubiera gobernado durante diez años sin resolver uno solo de los grandes problemas de Guerrero y agregado varios más, el PRD disputa la gubernatura reclamando un papel de agente del cambio que ha perdido irremediablemente. El estado pobre y marginado que es hoy Guerrero, sometido por la inseguridad y la violencia, es el resultado de los gobiernos del PRD.
Entre personas decentes ese ruinoso panorama habría sido motivo de un acto de contrición y rectificación, pero las élites perredistas desperdiciaron la oportunidad de actuar con responsabilidad. No hicieron nada. Al contrario, volvieron a las mismas prácticas por medio de las cuales en Iguala entregaron la presidencia municipal al criminal ex alcalde José Luis Abarca.
Hoy, a dos semanas de las elecciones –y con tendencias que sitúan a la candidata del PRD, Beatriz Mojica Morga, abajo del candidato priísta, Héctor Astudillo Flores–, el PRD emprendió una campaña para estimular el ejercicio del “voto útil” a su favor con el argumento de impedir el regreso del PRI al poder.
Para darle una apariencia de sentido histórico a la campaña, recurrió el martes a varios ex dirigentes estatales del PRD –algunos de los cuales habían renunciado a ese partido en repudio por el caso Ayotzinapa–, a quienes hizo comparecer públicamente pidiendo el voto útil para Beatriz Mojica. Los más activos del grupo son Eloy Cisneros Guillén y Saúl López Sollano.
Eloy Cisneros había promovido a principio de mayo la declinación del candidato de Movimiento Ciudadano, Luis Walton, a favor de Mojica Morga, y llegó a declarar que éste había mostrado disposición a ello. Si en algún momento de debilidad personal Walton consideró realmente dar ese paso, ahora mismo no parece que esté dispuesto. Contra él está dirigida la campaña del voto útil, porque está claro que son los votos de Walton los que pretende captar el PRD. Pero el PRD hace un cálculo irreal sobre la eficacia de su llamado al voto útil, porque los votos potenciales de Walton son votos de castigo al PRD. Son los votos del desencanto y del dolor después de lo de Iguala.
La realidad objetiva a la que el PRD cerró los ojos es que Walton era la figura que debía ser impulsada y fortalecida para representar a la izquierda en estas elecciones, escenario al que la corriente Nueva Izquierda se opuso y boicoteó con todas su mañas.
Eloy Cisneros dijo el martes que “ante las circunstancias prevalecientes que ponen en riesgo el proyecto democrático de la izquierda en Guerrero y la amenaza del retorno al gobierno del estado de los viejos cacicazgos y del PRI, reiteramos el llamado a todos los electores guerrerenses, hombres y mujeres valientes, a promover el voto útil a favor de Beatriz Mojica Morga, candidata a gobernadora por al coalición electoral PRD-PT”. Ella “es la única candidata a gobernadora que puede ganar la elección porque está arriba en las preferencias electorales”.
Recordó que los movimientos sociales como el del 60 abrieron los caminos a la democracia y la autonomía de la universidad, y en la década de los 70 las guerrillas de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, y que en 1989 el PRD entregó “todo” por construir un Guerrero democrático, igualitario y con justicia social.
Eloy Cisneros y Saúl López conocen la historia del PRD porque han sido parte de ella. En una decisión en la que pareció haber congruencia, los dos renunciaron hace meses al PRD para deslindarse del PRD de Los Chuchos. Pero con la campaña que encabezan, contradictoriamente se han puesto al servicio de ese grupo, que es el que verdaderamente se beneficiaría con un eventual triunfo de Beatriz Mojica. Por eso, es una falacia cínica enmascarar su petición del voto útil como si el PRD de Los Chuchos fuera el mismo de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.
Es falaz igualmente, como lo hizo Cisneros Guillén, hacer referencia a la represión política como si ésta fuera cosa del pasado, cuando en los diez años de gobiernos del PRD la represión y los asesinatos políticos se agudizaron, y según documentos oficiales el homicidio político emblemático de este periodo –el del diputado Armando Chavarría Barrera– fue obra del entonces gobernador Zeferino Torreblanca. Para más precisión, los presos políticos de la actualidad –Nestora Salgado, Gonzalo Molina, Arturo Campos, Marco Antonio Suástegui– fueron encarcelados por órdenes del ex gobernador perredista Ángel Aguirre Rivero, rescatado esta semana del exilio al que fue arrojado por el caso Ayotzinapa, y traído como factor de apoyo para Beatriz Mojica precisamente por uno de los jefes de Nueva Izquierda, Guadalupe Acosta Naranjo.
Esas alusiones sesgadas que omiten los datos reales en busca de argumentos para el voto útil sólo retratan la descomposición en la que se encuentra el PRD, cuya posible derrota a manos del PRI fue cincelada durante diez años por actitudes irreflexivas y mendaces como las de Eloy Cisneros y Saúl López, que actúan bajo el control de Los Chuchos. Por otra parte, no hay duda de que en estas circunstancias, sólo en la derrota podría encontrar la izquierda la cura que necesita. La búsqueda de los sueños, sobre todo de aquellos que parecen imposibles, es precisamente una de las cosas que hacen que la vida valga la pena. En la voz de Pasión Vega, en esta letra se puede hallar un himno al compromiso. Pero no para todos, ni en todas partes. No en el PRD, y menos en el estado de Guerrero.

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