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El Salvador celebra beatificación de monseñor Romero asesinado en 1980 por la ultraderecha

*En un acto de masas el arzobispo Arnulfo Romero fue elevado a los altares resaltando su amor por los pobres y la lucha por la justicia. Asistieron a la celebración el presidente Salvador Sánchez y los mandatarios de Ecuador, Honduras y Panamá y una delegación de México entre otras

DPA / EFE

San Salvador

Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, asesinado hace 35 años por un escuadrón ultraderechista, fue declarado ayer beato por el papa Francisco, quien envió una carta a El Salvador en se refiere a él como “siervo de Dios” y “padre de los pobres”.
El pueblo salvadoreño, masivamente volcado en la Plaza del Salvador del Mundo, ovacionó y gritó vivas a Romero, una vez finalizada la lectura de la carta por parte de Jesús Delgado, un obispo que fue secretario personal del ahora beato.
La ceremonia oficial de beatificación del primer beato salvadoreño estuvo a cargo del enviado especial del papa Francisco, Angelo Amato.
“Romero fue un ejemplo de pastor que defendió a los pobres”, afirmó el arzobispo italiano Vicenzo Paglia al leer su biografía en la plaza ante los miles de salvadoreños congregados. “Romero sigue hablando y pidiendo nuestra conversión. Hoy continúa la misa que interrumpieron el día de su muerte”, aseveró Paglia.
Romero, asesinado por un escuadrón de la muerte que lo acusaba de ser cura comunista, fue beatificado en medio de más de 300 mil personas, que llegaron de todos los rincones de El Salvador, así como de varias partes del mundo.
Fieles hondureños, costarricenses, mexicanos, estadunidenses, argentinos, chilenos, panameños, guatemaltecos y nicaragüenses, entre otros, estuvieron presentes en la plaza Salvador del Mundo.
El pasado 9 de enero la Congregación para las Causas de los Santos reconoció por unanimidad que Monseñor Romero fue asesinado por odio a la Fe cuando celebraba una misa el 24 de marzo 1980.
Posteriormente, el 3 de febrero de este año el Papa firmó el decreto que reconoce el martirio del obispo salvadoreño y el 11 de marzo anunció oficialmente la fecha para la beatificación.
La “voz de los sin voz”, monseñor Romero (1917-1980), fue elevado ayer a los altares en su natal El Salvador, en un acto de masas en que se resaltó su amor por los pobres y lucha por la justicia.
Durante la beatificación, que se prolongó unas tres horas, el arzobispo salvadoreño Luis Escobar Alas invocó a Romero “con fe y esperanza, para que Dios nos conceda la esperanza de poder construir una sociedad nueva, con justicia para todos”.
También agradeció al papa Francisco por dar a El Salvador “un beato en la persona” del “tan amado Óscar Romero (…) un gran intercesor y un gran protector”.
A partir de la beatificación, la reliquia pasará a la Catedral Metropolitana de San Salvador, desde donde se irá trasladando a diferentes iglesias y museos para que pueda ser visitada por los fieles.
En la beatificación estuvieron presentes los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Panamá, Juan Carlos Varela; y el anfitrión, Salvador Sánchez Cerén.
También el vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; de Costa Rica, Helio Fallas, y el viceprimer ministro de Belice, Gaspar Vega, demás de delegaciones de México, Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos, Italia y Nicaragua.

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