Los rounds de sombra de Camacho en el desairado foro-debate del Grupo ACA

Aurelio Peláez

Los estrados vacíos de los candidatos a gobernador por los partidos PRD, PRI y MC recibieron el reproche del presidente del Grupo ACA, José Luis Gallegos Peralta, por desairar el debate convocado por esa asociación civil conformada por empresarios locales de medio cartel, políticos de medio pelo y ciudadanos con currículum de ex funcionarios: “… tontos”.
Al abogado se le escuchaba enojado. Así se le oía desde el rincón en donde fue confinada la prensa, ceñida a dieta de café y pan, como en todas las sesiones del grupo. “¿No falta pan aquí, verdad?”, saludaba jocoso el candidato a diputado local plurinominal por el PAN, Fernando Donoso –como avanzada de Jorge Camacho, el único candidato que llegó–, y quien como futuro legislador tendrá más que una dieta de carbohidratos con manteca, y seguramente, ya instalado en su curul y como cuota del candidato a alcalde por ese partido, Zeferino Torreblanca, se olvidará del PAN.
El abogado Gallegos pues, estaba enojado. Y es que, dijo, la organización de ese debate –que denominó eufemísticamente “foro”, como para decir que aquí no saldría la mugrita que hace interesante los debates– les ocupó tiempo y trabajo: como pedir permiso al IEPC, invitar a la televisora estatal RTG –¿a poco iba en directo, alguien se enteró?– e invitar a la prensa a cubrir el acto y a desayunar café con pan.
Porque además, solo panistas hubo de invitados, ya que sin candidato que apoyar, las mesas especiales –dos por partido– reservadas para los acompañantes de Beatriz Mojica, Héctor Astudillo y Luis Walton quedaron vacías. Sólo un desinformado en la mesa de este último desayunó huevos con espinacas, frijoles y puré de papa, frutitas y café y pan, a 200 pesos el menú.
Durante el paneo al café, los reporteros atestiguaron la llegada de la comitiva panista, encabezada por el diputado local Marcos Efrén Parra, los ex diputados federales Gloria Ocampo y Max Tejeda, y el ex diputado local Esteban Sotelo, y algunos más. Saludables se les veía, como que en dos sexenios ocuparon las delegaciones federales en el estado en los gobiernos presidenciales panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, y se olvidaron por un rato del PAN (sin transitar al bolillo, supone uno). También estaba por el PAN el equipo de Torreblanca cuando fue gobernador (no por el PAN sino por el PRD). Además de Donoso, allí estaban quien fuera su procurador, David Sotelo, y su subsecretario del Trabajo, Porfirio Daza.
El candidato blanquiazul echó por delante que llegó al Grupo ACA para cumplir su palabra. Porque “palabra”, y lo repitió varias veces Gallegos, fue lo que le faltó a Mojica, del PRD-PT; Astudillo Flores, del PRI-PVEM; y Walton, de Movimiento Ciudadano, por no llegar a la sesión. Y dijo que por haber perdido la oportunidad de participar en este foro fueron “tontos”.

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En las redacciones de los periódicos, de la televisión, radio, se sabía desde dos o tres días antes que Astudillo y Mojica no iban a ir al debate, y desde el martes por la tarde, que tampoco Walton. Ya con Godeleva Rodríguez, del PPG, fuera de la jugada al declinar por la perredista, y con cuatro candidatos excluidos por el comité del Grupo Aca quizá aplicando el criterio de considerarlos chiquillada o algo así, un debate entre cuatro y no nueve candidatos tenía más interés de cobertura periodística, aunque fuera en el Grupo ACA.
Pero Gallegos no lo sabía. Eso dijo a los acasocios –que tienen en su hoja de servicios ya dos debates a la alcaldía– poco después de las 8:30 de la mañana, tras el repique de la campanilla para dar inicio a la sesión. Contó que el candidato del PRI informó que no llegaría por un problema “técnico-jurídico” aducido por su equipo de campaña, que no se explicó; que Mojica apenas esa mañana envió una carta, “que recibimos en este momento”, anunciando que no llegaría, y Walton sencillamente no dijo nada.
No llegaron “por un cálculo político”, por recomendaciones de sus asesores, pero no “honraron su palabra”, que comprometieron “de manera pública” ante ese grupo, en visitas anteriores. Como “señal de protesta”, y porque se perdieron de la oportunidad de “convencer a los indecisos”, en sus estrados se colocó una cartulina con el logo de sus partidos.
Y los indecisos acasocios –sobre todo cuando militan fuera del presupuesto público–, se dispusieron a darle 20 minutos a Camacho para que los convenciera –chance y en una de esas–, y quién sabe, sobre todo tras ese round de sombra donde el ex locutor y heptatleta olímpico soltó jabs, bolo punchs y golpes de conejo a esos aspirantes que ni las manos metieron, por lo que sin más su equipo de prensa lo declaró ganador del debate. Invicto y sin chipote de por medio, dejó –extenuado– el ring poco después de las 10 de la mañana.

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Atrás quedaba el disperso y complicado ejercicio realizado por el IEPC –los dos debates oficiales– del que se recuerda que todos los participantes se declararon ganadores, algunos con más estruendo que otros. Venía el último chance de arreglar cuentas en la parte final de la campaña, pero al parecer en los war rooms de los candidatos de plano no confían en el rating de RTG o de que alguien vea o se emocione con estos encuentros (“pícale los ojos, candidato”).
En la recta final de la campaña se saca en cuenta de que el pleito no pasa por ahí, y los indecisos acasocios se quedaron sin ser protagonistas de la historia electoral. Qué dirán los diarios este jueves: que los candidatos no llegaron. Y justo cuando la guerra electoral se pone más interesante (“¿alguien vio el USB donde está el programa de campaña?”).
En resumen, por si alguien salió del estado y quiere ponerse al día: el PRI –porque de dónde más– pegó bajo la línea de flotación de la campaña del PRD con la filtración de llamadas telefónicas que revelan el presunto apoyo del gobierno del estado y del grupo figueroísta a Beatriz Mojica y a su candidato a la presidencia municipal de Acapulco. El PRD y sus aliados despliegan una campaña por el voto útil con los simpatizantes de Morena y Movimiento Ciudadano. El MC de Walton rompió lanzas con sus ex aliados de izquierda y despliega una descomunal campaña de propaganda en la que asocia al PRD con la barbarie cometida en Iguala contra los normalistas de Ayotzinapa. El dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador también le pega al perredismo –“el que no está podrido está a punto de podrirse”– y contra el gobernador Rogelio Ortega, al que califica de “florero”.
En tanto el PAN navega de muertito –pero no de hambre de pan– y lanza golpes que nadie le responde, y los demás partidos y sus candidatos están fuera de la escena. El PRI a la ofensiva operó en tanto de forma más eficaz sus broncas internas y calcula que el riesgo político de desprenderse de los Figueroa les quita al PRD de la competencia estatal, con el riesgo de que Acapulco –donde empezaron campaña con candidato inédito– lo gane Zeferino Torreblanca, el candidato del PAN, que ya ha demostrado que como gobernante no va a contracorriente de las políticas priístas.
Las campañas están en los medios, en la prensa escrita. Los debates fueron efectos ilusorios de la carísima organización electoral, esa que creció financieramente contra las trampas del PRI, que ya aprendió a capotearlas.

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Camacho sigue en el estrado. Habló de que los gobiernos del PRI y del PRD dejaron a Guerrero para el arrastre. Nada de que estos se dieron en el contexto de los gobiernos federales del PAN que, según su lógica, estaban “nomás milando” cómo nos llevaba la fregada. Dice que no va a declinar por el PRD de Los Chuchos. Que se sepa, nadie se lo ha pedido. Los acasocios desayunan, a los periodistas les rugen las tripas, pues por lo temprano del acto apenas da tiempo para zamparse medio vaso de leche. Ahora los acasocios, ya desayunados, participan y opinan. Es el esquema que por años sigue el grupo. No sé por qué los seguimos cubriendo, dice uno luego en la redacción. Los reporteros apuntan. Los acasocios esperan leerse o escucharse o verse al otro día en los medios. Ya se vació la canasta de pan. No vas a pagar la mitad de tu salario en un desayuno en el hotel Crowne. Además, es trabajo. Sales a la calle y buscas tacos de canasta o algo así. No sólo de pan vive el hombre.