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Detuvieron a 14 personas en la irrupción a Chilapa y las entregaron a los gendarmes, dice un comisario

*Deslinda José Apolonio, de Xiloxuchicán, a los pueblos que entraron a la ciudad del grupo criminal Los Ardillos. Pudo haber infiltrados “de Los Rojos o de otros”, pero de ello se advirtió a la Gendarmería y no hicieron nada, asegura

Lourdes Chávez

Chilpancingo

“Dicen que tenemos que ver con Los Ardillos y no tenemos que ver con grupos armados, si había otros por ahí no es competencia de nosotros sino de la Gendarmería, del Ejército, del propio gobierno estatal y del oficial Juan Sarmiento que estaba a cargo”, dijo el comisario de bienes comunales de Xiloxuchicán, José Apolonio Villanueva para deslindar a los pueblos de Chilapa que irrumpieron armados a la cabecera municipal de una banda de narcotraficantes de Quechultenango.
En consulta telefónica sobre las denuncias de desaparición de al menos 13 personas en ese periodo, señaló que las familias tienen razón “están dolidas igual que nosotros, me pongo en sus zapatos, a todos nos duele, (pero) que la autoridades tomen cartas, porque no es en las comunidades donde su familia se ha perdido sino en Chilapa”.
La versión más difundida del caso es que los vecinos de distintos pueblos que entraron armados permitieron que el grupo criminal de Los Ardillos entrara a la cabecera municipal donde opera el grupo delictivo Los Rojos que controla la zona baja de la Montaña.
Apolonio Villanueva aclaró que en la protesta de los pueblos que bajaron armados a Chilapa durante seis días, pudo haber infiltrados “de Los Rojos o de otros”, pero de ello se advirtió a la Gendarmería y no hicieron nada.
“Dicen que hay gente infiltrada entre nosotros pero no están con nosotros, andaban en las orillas cuatro camionetas blancas de la gente de Los Rojos o de otros cárteles, nosotros estábamos aquí amontonados”, dijo en referencia a su posición junto al hotel donde estaban hospedados policías federales de la Gendarmería.
Pidió que no los acusen de los desaparecidos, “me pongo del lado de ellos (las familias), lo que han sufrido, a lo mejor por estar nosotros ahí nos responsabilizan y nosotros no hemos levantado gente. El presidente municipal nos está echando tierra, nosotros no estamos aliados con una mafia, somos gente trabajadora, han pasado otros presidentes que nos conocen, trabajamos con los pueblos, no somos gente mañosa ni nada”.
Aseguró que detuvieron a unas 14 personas que de inmediato entregaron a los gendarmes, pero no hicieron registros.
Los civiles armados volvieron a sus comunidades el 15 de mayo y desde entonces pidieron la intervención de la Marina, porque consideró que es la única institución “que podría detener a los delincuentes”.
Recordó que el gobernador Rogelio Ortega Martínez se comprometió a llevar a la Marina, “y vemos que siguen las extorsiones y los levantones, pero ahí en Chilapa”, porque en las comunidades ahora están organizados.

La agresión a los pueblos

El comisario de bienes comunales de Xiloxuchicán, José Apolonio Villanueva aseguró que en los pueblos son muchos los desaparecidos, entre tres y cinco en cada comunidad, y dijo que ahora suman 30 comunidades que están en el movimiento por la seguridad.
Recordó que la violencia en las comunidades comenzó en octubre de 2014, cuando choferes de la ruta Chilapa-Xiloxuchitlán denunciaron en reuniones que Los Rojos les cobraban 5 mil pesos mensuales, y amenazaron a quienes no les daban dinero con levantarlos con todo y pasajeros.
El primer caso ocurrió el 21 de noviembre, se llevaron al chofer de El Jagüey, Epifanio Santos, con todo y Urvan y siete pasajeros a bordo, uno originario de Juxtlahuaca y otro de San Ángel, y “hasta el momento no sabemos de la Urvan ni de ellos”.
Aseguró que en los pueblos estaban asustados y no tienen relación con Los Ardillos, que operan en la sierra de Tlanicuilulco y El Zapote, pero ese grupo no daña a quienes viajaban a Quechultenango, “no hemos tenido desaparecidos para allá abajo”.
Aclaró que quienes se movilizaron en Chilapa fueron los policías comunitarios de las comunidades, acreditados por los comisarios y el Ayuntamiento, además de los deudos de los desaparecidos “que habían sufrido los golpes y represión”.
Del conflicto entre Los Rojos y Los Ardillos estimó que eso ocurrió alrededor de septiembre, “había enfrentamientos, pérdida de vidas, no nos tocó a nosotros, jamas estuvimos en eso en la riña a lo mejor de cárteles, ahí la gente no sé qué pelea”.
Reveló que habló por teléfono con el líder de Los Rojos, Zenén Nava Sánchez y le dijo, “mira mano, no tengo que ver contigo ni con tu trabajo, quiero que no mates a gente inocente, él respondió ‘yo no lo hice, lo hizo mi gente’. Pero es el jefe del cártel, le agradezco que me hablaba buenamente, dijo que va a indagar”.
Añadió que el jueves pasado le dio datos de tres personas asesinadas antes de llegar al panteón de Nejapa, avisó a la Gerdarmería y fueron a sacar a los muertos. Consideró que tiene voluntad de colaborar con los pueblos.
Aclaró que la gente está “media incomoda” porque no confía en las corporaciones policiacas ni en los militares, y exigen la presencia de la Marina, porque saben que esa corporación “acabó con la delincuencia en Altamirano, que no se vende y que no le andan pidiendo permiso a sus superiores para hacer su trabajo”.
Denunció que varias personas que entregaron a los gendarmes fueron puestas en libertad de inmediato, porque no estaban en su relación de personas con antecedentes penales.
“Entregamos a personas de 40, 45 años, taxistas que llevaban a la gente en la cajuela a rempujones, que reconocieron las víctimas y se los entregamos”, pero decían que no estaban en su libreta, y no les dieron facilidades para presentar las denuncias.

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