Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Bitácora política (7)

 

1. En el último debate televisado de los candidatos a la gubernatura estatal, cuestión vergonzosa fue la saña con que el macho, Jorge Camacho, del PAN, embistió verbalmente, una y otra vez, a Beatriz Mojica (sin hacerle mella alguna en su fortaleza como fémina) y exhibió, una vez más, su desprecio a la mujer en general. ¡Ah! Pero no tocó ni con el pétalo de una rosa al candidato del PRI.
2. Voto útil o voto digno. El primero es netamente oportunista y convenenciero, sin ideología, sin ideal que perseguir o principios que defender y sostener. No refleja mayor cosa, tan sólo coloca al elector como ente utilitario, a la sombra y a la vera de los partidos políticos. El voto útil que ha sido convocado, en las presentes circunstancias, representa más de lo mismo por los mismos de siempre. No expresa reflexión para el verdadero cambio social, sólo es la disyuntiva de apoyar al malo y no al peor. En otras palabras, es la cosificación de nuestra libre determinación electoral.
3. El voto digno da identidad y es plenamente axiológico. Manifiesta congruencia entre lo que se aspira y se hace para conquistarlo, en el presente o en el mañana. Exhibe ideales, principios y valores permanentes e indeclinables. No importa que se gane o pierda. Hay definición, compromiso y responsabilidad. Da confianza. Da credibilidad. Deja huella. Para eso es el juego democrático. Para permanecer en la pluralidad y contrarrestar la partidocracia de dos en uno solo.
4. Tanto el PRI en su antigua historia en el poder, como el PRD en su reciente zaga, tienen manchadas las manos de sangre. El tiempo le dio la razón a Francisco Ruiz Massieu: El PRD se convirtió en el partido de la sangre, a semejanza del PRI. El primero no merece gobernar por ser discípulo fiel a las mañas priistas. Permitirle al segundo hacerlo sería retroceder, porque no ha cambiado en su proceder. Seguir fomentando esta bi-partidocracia mercantilizada en su forma extrema que fue la que se enseñoreó de Guerrero, no resuelve su hundimiento, lo ahonda más. Hoy por hoy, El PRI y el PRD son lo mismo y sirven para lo mismo.
5. Descaradamente los diputados federales del PRD y del PRI, en complicidad y al parejo, anularon la comisión especial, creada por la actual legislatura federal, para darle seguimiento a la masacre de Iguala. Este intento por mantenerse en la impunidad cancelando una investigación en curso no es más que su confesión pública vergonzante. Por mucho que hagan, no podrán evadir su responsabilidad histórica. Allá en la capital votan igual y se cubren por igual en sus fechorías. No hay cambio. No hay diferencia. No hay opción. Son hermanos siameses gracias al contubernio que el PRI tiene con “los chuchos”, actuales jefes del esquelético PRD.
7. A golpe de desapariciones forzadas y de la inanición de las autoridades correspondientes, quieren nulificar nuestra capacidad de pasmo e indignación. No hemos salido del trauma social por los actos de lesa humanidad cometidos contra 43 jóvenes normalistas en Iguala, cuando ya tenemos al menos 13 casos semejantes en otros jóvenes de Chilapa. ¿Cuánto es el poder acumulado por los cárteles que los mueven a hacer estas aberraciones con la mayor desfachatez e impunidad recurrente? Chilapa es más grave de lo que actualmente visualizamos.
8. La coordinadora de la CRAC de Olinalá, Nestora Salgado García, lleva su reclusión injusta con dignidad y valentía. La lucha que enarbola la mantiene enhiesta desde la cárcel, aún a costa de su salud. Su empeño porque la seguridad pública sea una realidad en los pueblos indígenas es digna de encomio. El Fiscal General la encierra, pero a otras personas las exime por la misma causa. Son tiempos canijos y canallas. De temple y resolución.
9. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio paso para una probable sentencia contra el Estado mexicano, por las presuntas ejecuciones extrajudiciales acaecidas en El Charco, Municipio de Ayutla, en junio de 1998. Por los elementos aportados a la CIDH, todo indica que así será.
PD. A ocho meses de ocurrida la desaparición forzada de 43 normalistas, la herida aún no cierra o no queremos cerrarla. ¡Que pena!

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