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Cómo se atreven a pedirnos el voto en medio de la inseguridad, recrimina una joven indígena

Karla Galarce Sosa

“¿Cómo se atreven a pedirnos el voto?”, recriminó la joven indígena Ana Yamilet Gatica Matías a autoridades estatales y electorales instantes después de que concluyó la presentación de Rigoberta Menchú en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Internacional Acapulco (CIA), como parte de sus actividades de promoción del voto y observadora electoral para las cuales la contrató el Instituto Nacional Electoral (INE).
Pero al llamarla “hermana Rigoberta”, la joven de Acatlán subió al escenario y reprochó a autoridades la situación de inseguridad y de zozobra en el estado.
Increpó la joven indígena a Rigoberta Menchú, porque la premio Nobel de la Paz pidió un minuto de silencio por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
“Porque pedir un minuto de silencio por cada desaparecido, y por cada asesinato en nuestro país, en nuestro estado, es quedarnos callados eternamente”, dijo Ana Yamilet Gatica después de que concluyó la presentación de la también escritora guatemalteca.
Apenas concluía Rigoberta Menchú su charla en la que narró anécdotas sobre su inicio como luchadora social en su natal Guatemala, cuando de manera sorpresiva, entre la multitud que abarrotaba el recinto, la joven oriunda de un pueblo de la región de la Costa Chica pidió que se le diera la palabra.
“Hermana Rigoberta”, gritó la joven Ana y subió al escenario. Y reprochó a las autoridades la situación de inseguridad en Guerrero.
“Admiro su lucha que he estudiado en muchos momentos, yo, junto con varios colegas”, dijo después de que pidió con voz agitada el micrófono y comenzó su intervención.
“Admiro que esté aquí y disculpe esta pregunta: ¿no sé cómo nos pueden pedir que hagamos un voto? No sé cómo nos pueden pedir… Tengo 27 años, me dedico a la gestión y a la producción cultural desde los 14, con un colectivo en mi pueblo, un pueblo nahua de aquí de Guerrero, de aquí de Acatlán, desde el 26 de octubre de 2012 hasta el 30 de mayo de 2015 puedo contar 30 desaparecidos jóvenes”, comenzó la joven.
Reclamó que la primera muerte fue la hija de su prima: “Gabriela Itzel Ortiz Vázquez, 15 años; el último, Gilberto Abundis Sánchez, artista gráfico de 30 años, lo levantaron afuera de su casa cuando estaba regando las plantas, estudiaba en la Escuela Popular de Bellas Artes, regresó a visitar a su familia, regresó a visitar a su familia, apareció el 27 de mayo, le quitaron la cabeza, su cuerpo estaba en descomposición absoluta, y lo reconocimos por un tatuaje que tenía en la espalda”.
Cuando se dirigió al gobernador le preguntó, pues hasta entonces lo hacía hacia Rigoberta Menchú: “¿Cómo, señor gobernador, me puede llamar a votar?, ¿cómo partidos políticos del estado de Guerrero nos pueden llamar a los jóvenes que somos el más numeroso índice de población en  México?, ¿cómo me pueden pedir que le otorgue un voto en mi municipio cuando una sola duda, en una pared, dice ‘Miguel Cantorán asesinaste a Ulises Fabián’, sea mentira o sea verdad no interesa y eso es razón absoluta para no pedir mi voto”.
“La indignación y la rabia –continuó– no se pueden acabar y sé que usted lo entiende (…) no podemos seguir pidiendo un minuto de silencio por los desaparecidos, porque pedir un minuto de silencio por cada desaparecido, y por cada asesinato en nuestro país, en nuestro estado, es quedarnos callados eternamente”, concluyó, bajó del escenario y aguardó la respuesta de la invitada en las escaleras del recinto.
Rigoberta Menchú respondió: “el minuto de silencio es para conversar con nuestros difuntos, es para decir ‘aquí estoy’, ‘hermano dame luz’, ‘para decirle te recuerdo’, ‘no hablar por los demás’” y pidió disculpas por una mala interpretación sobre el minuto de silencio que pidió a los asistentes guardar, por los 43 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre del año pasado.
Acotó que el voto es una decisión personal: “si eso no es el sistema que no quiero, tengo en mis manos elegir lo que hago, es lindo esto porque los mayas nos han dicho que cada persona tiene la absoluta determinación de lo que hace”.

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